BOOTCAMPS CONTRA EL DESEMPLEO JUVENIL

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Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), en agosto de 2016, el 43,2% de los españoles menores de 25 años se encontraban en situación de desempleo. En este contexto, resulta paradójico que existan empresas que no consiguen encontrar a la persona adecuada para incorporar a los puestos de trabajo que ofertan (obviando aquellas que piden 30 años de experiencia y buscan a alguien de 20, lo cual daría para otro post).

Uno de los sectores en los que este gap entre oferta y demanda es más notorio es el de las Tecnologías de la Información (TI). Según Adecco, el empleo en el sector tecnológico crecerá, hasta el año 2020, un 9,3% anual a nivel internacional, lo que significa que o actuamos pronto, o quedarán cada vez más y más puestos sin cubrir. Además, la automatización y la robótica vienen para quedarse y aunque se estima que muchos empleos tenderán a desaparecer, las máquinas traerán de la mano la creación de muchos otros puestos de trabajo cualificados. En este sentido, las habilidades de TI, una vez más, serán de las más solicitadas (piensen que alguien tiene que diseñar, programar y poner en marcha todas estas “máquinas”).

Si bien las políticas y programas de empleo juvenil deben ser transversales a todos los sectores, el área tecnológica es de gran prioridad por el gran volumen de empleo que genera y seguirá generando. Actualmente existen programas innovadores que crean y forman, en muy poco tiempo, profesionales altamente cualificados en las TI.  Es el ejemplo de los bootcamps de programación (coding bootcamps), formaciones intensivas de 3 a 6 meses de duración, donde los estudiantes salen preparados para trabajar de inmediato como desarrolladores de software junior. El proveedor del bootcamp es normalmente quien decide qué tipo de lenguaje de programación se enseñará a los alumnos, basándose en las necesidades del mercado y en los potenciales empleadores.

Son muchos los organismos e instituciones que están apoyando este nuevo tipo de formación, como es el caso del Banco Mundial o el Presidente de Estados Unidos, Barack Obama, aunque en España las opciones todavía son reducidas y se concentran principalmente en Madrid y Barcelona. Si bien este puede ser un negocio privado, algunos Gobiernos ya están poniendo el foco en los bootcamps, como, por ejemplo, la Alcaldía de Medellín (Colombia) a través de la Corporación Ruta N, donde han subsidiado parte del bootcamp para hacerlo accesible a toda la población. Es una forma rápida de integrar a jóvenes en el mundo laboral y cubrir así las necesidades de muchos emprendedores y empresas que no encuentran el talento humano que necesitan.

No se trata de quitar el trabajo a los ingenieros y tecnólogos, sino de complementar su labor y cubrir en un corto plazo este enorme hueco entre la oferta y la demanda de empleo, mediante una formación técnica intensiva y concentrada en las necesidades requeridas actualmente por el sector TIC.

Esta formación, en todo caso, debe ir complementada con el desarrollo de una actitud emprendedora. El objetivo no es que todos los estudiantes creen sus propias empresas, sino que la formación incluya también una parte de habilidades blandas (pensamiento crítico, resolución de problemas, inteligencia emocional…), para que estos sean capaces de crear por sí mismos una solución a los retos de las empresas que les van a contratar.

Muchos países ya están implementando este tipo de programas y las tasas de inserción laboral son superiores al 75%. El impacto de estas iniciativas es incontestable. ¿Serán estos bootcamps el inicio del cambio para combatir el desempleo juvenil?.

Muchas gracias Elene por compartir tu internacional experiencia en este post :-). Elene Allende Letona es consultora del Banco Mundial en Washington, D.C., donde asesora a Gobiernos en las áreas de empleo juvenil, emprendimiento e innovación, principalmente relacionados con las TICs. Licenciada en Administración y Dirección de Empresas por la Universidad de Mondragón, siempre ha ligado su carrera al mundo internacional. Anteriormente trabajó en países como India y Chile, y a día de hoy compagina su trabajo en el Banco Mundial con el desarrollo de su propio proyecto, buscando cambiar la forma en la que los jóvenes buscan e interactúan con el empleo. ¡No cejes en tu empeño Elene!, personas como tú son las que hacen que las cosas cambien.

EL DESALIENTO DEL TALENTO

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Sí, así es, el talento está sufriendo en lenta agonía, ahora mismo, mientras leemos estas líneas. Se percibe en el ambiente, en las empresas, en las conversaciones de café, en el gris de muchas miradas. Ya no podemos lamentarnos con culpas sinsentido hacia ese ente llamado crisis, no lo podemos permitir más. Uno de sus malditos colaterales está siendo el reguero de desencanto y desaliento que está afectando ya a muchos profesionales. Corrupción, mentiras, enchufismos ligados a burocracias de parentesco, pasotismo social, conformismo barato… Toda esta amalgama de negatividad está provocando que se desaproveche el valioso potencial de grandes personas talentosas. Éstas se sienten cada vez más frustradas ante la no aceptación generalizada de la meritocracia, como no podía ser de otro modo. Ya no sirve con un: ¡Vete de tu hogar, de tu país, para labrarte un mejor futuro!. No, cuando queda, aunque sólo sea un poco de responsabilidad social y moral para con tu pueblo, te indignas y mucho. No puedes más que enviar un mensaje de crítica, de auxilio, a los oídos sordos de los que tienen que decidir para solventar esta ruin situación. La falta de oportunidades para este colectivo de personas que deben ser el motor del desarrollo de nuestra sociedad está ahogando sus ilusiones, sus ganas de prosperar y de generar valor añadido en sus quehaceres diarios. Se han convertido en piezas no encajables del sucio y mal engrasado mecanismo de un progreso anquilosado en el ahora y no en el mañana. Figuras que ya no brillan a la espera de una voz que les saque de esa oscuridad que corta las alas de la creatividad, de lo nuevo, del cocrear… Los mediocres han provocado que el talento se consuma mansamente mutando en algo parecido y con forma de “destalento” (desaliento del talento). Pero este proceso será reversible, que no os quepa duda alguna.

¿Cuando se darán cuenta los que actúan en nombre y representación de los ciudadanos que lo que sustenta el desarrollo económico, humano, social, el desarrollo como país civilizado, se apalanca en la formación y en la capacitación del capital humano?. Nuestro sistema educativo defenestrado a una liga de segunda al igual que las políticas de retención y potenciación del talento. Principal error. ¿Para qué preocuparse en aplicar modelos de países desarrollados como el de los nórdicos?. ¿Para qué?. Es mejor perderse en luchas anodinas de poder con fecha de caducidad cuatrienal y vender la imagen de ladrillo, toros, sol y “paela” para sacar máxima rentabilidad de dudosa procedencia. Mientras tanto seguiremos viendo en las noticias como los mejores científicos, como los más galardonados y reconocidos tecnólogos, como los grandes profesionales tienen que seguir haciendo las maletas en busca de su lejano porvenir. Ya no quieren seguir rogando por las migas del pan caduco que les ofrecen sus ya ex-dirigentes políticos, no les representan. Eso sí, toda esta fiesta pagada hasta la fecha a costa del padre Estado y la madre Patria. Lamentable. Lo más triste de esta historia es que únicamente nos quedamos con la imagen de telediario que muestra los éxodos masivos de nuestro talento por tierra, mar y aire. Son los menos. El gran potencial, el talento más recuperable, sigue oculto en nuestras fronteras, agazapado, a la espera de su momento. Sólo nos queda desear que aún no sea demasiado tarde y que cuando el llamador de la puerta suene, alguien todavía ilusionado aparezca al otro lado. Y al que recibiremos afectuosamente con un: Adelante Sr. Talento, entre usted hasta la cocina y sea muy bienvenido, hace tiempo que le estábamos esperando”. 

Los PILB y la élite del deporte

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Inauguramos este nuevo año 2016 con los mejores deseos y esperanzadores proyectos para tod@s. Además de con una excelente colaboración. Como gran aficionado al deporte, y en especial del fútbol, llevo un tiempo trabajando en un nuevo término, los PILB, acrónimo de “Player I would Like to Be” (Jugador que me gustaría ser). Con osadía y atrevimiento solicité ayuda y consejo a la psicóloga deportiva Patricia Ramírez para que me ayudara a testear profesionalmente este concepto ya que no sabía si realmente podría tener contenido. Patricia Ramírez es una de las mayores expertas en el área de la psicología deportiva en la actualidad y desde el año 1995 se ha dedicado a trabajar con deportistas nacionales e internacionales de máximo nivel. Ramírez ejerció además como psicóloga para la primera plantilla del Real Betis Balompié durante dos temporadas, en un ciclo que la entidad calificó de “altamente exitoso”. Por lo que me reitero, un verdadero lujo y placer compartir tan apreciada colaboración. Gracias Patricia por tu generosidad y por tu inestimable conocimiento.

La idea sobre el concepto PILB surgió al analizar la carrera futbolística de jugadores como Puyol, Pirlo, Xavi Hernández, Maldini, Seedorf, Ryan Giggs,… Deportistas, a priori, “mayores de edad” para la práctica profesional del fútbol. A pesar de haber sobrepasado con creces la treintena han demostrado (y lo siguen haciendo algunos) que con mentalidad ganadora, sacrificio a nivel físico y unos valores personales y profesionales intachables pueden superar incluso los umbrales máximos que poseían en su etapa de veinteañeros. Mención especial merece la más que destacable actuación del jugador del Athletic Club de Bilbao, Aritz Aduriz. A punto de cumplir 35 años (11 de febrero de 1981) está firmando un primer tramo de temporada espectacular, tanto por número de goles como por juego desplegado. Demostrando un arrojo y una emoción hacia el fútbol comparable a sus épocas de juvenil. Increíble. Quizás al reconocer humildemente que no le quedan muchos más años en la élite profesional quiera disfrutar más si cabe sintiéndose parte tractora del equipo. Mostrando así el camino a los más jóvenes, como una responsabilidad social y deportiva adquirida hacia ellos, hacia su Club e incluso hacia la propia sociedad.

Lezama, la cantera del Athletic Club de Bilbao, y La Masía del Fútbol Club Barcelona son claros ejemplos de que educar en valores desde las primeras etapas formativas del futbolista es fundamental para concebir futuros PILB. El desarrollo del talento, la emocionalidad, la creatividad florecen en espacios donde la singularidad del individuo se tiene en consideración y se valora. La realidad del deporte nos ha enseñado que los deportistas de élite deben estar preparados física y mentalmente para afrontar y superar los diferentes retos que van a ir surgiendo a lo largo de su carrera profesional. Por lo que resulta clave educar desde la complejidad atendiendo a la especificidad de cada futbolista ya que el desarrollo personal y deportivo son facetas indivisibles de un mismo crecimiento (palabras de Jose Mari Amorrortu, director deportivo del Athletic Club). Hay que disponer de una visión del deportista a largo plazo. Una formación específica en valores identifica al futbolista y al propio Club. Valores que van a conformar una seña de identidad y una marca país reconocible a todos los niveles. Como se aprecia en el caso paradigmático del Fútbol Club Barcelona y del Athletic Club de Bilbao, equipos respetados, admirados, y generadores de grandes personas y deportistas. Ese debe ser el camino a seguir.

No sólo la edad distingue a este colectivo denominado PILB, sino su carácter ganador, su perseverancia, sus valores personales, su ética profesional, su responsabilidad, su compromiso para con la sociedad y ante las nuevas generaciones. Conocen su poder mediático y lo utilizan para el bien. Son el reflejo y la esencia de la élite deportiva y serán por siempre recordados además de como excelentes players como grandes referentes sociales. El espíritu Puyol vs El ruido mediático del fútbol. 

La fortaleza mental juega un papel esencial y es distintivo de este grupo de deportistas. Son líderes tanto dentro como fuera del campo y actúan como tal. Carismáticos y brillantes estrategas, la mayoría de los PILB deciden continuar su carrera profesional como entrenadores o en puestos que generan valor dentro de sus equipos. Potenciar las variables psicológicas ayuda y es acicate para mejorar y prolongar la ejecución deportiva. Sin duda.

Tras contrastar esta idea conceptual con Patricia Ramírez llegamos a las siguientes conclusiones en formato de DECÁLOGO DEL PILB:

  1. La edad no es un impedimento, no debe ser una barrera para la práctica de tu actividad profesional.
  2. Sé tu mejor versión en cada momento, aunque sepas que no puedas conseguir la victoria.
  3. Ayuda a los más jóvenes como un día te ayudaron a ti.
  4. Comparte tu conocimiento. Comprométete con la sociedad.
  5. Analiza en perspectiva. Conciencia vs Consciencia.
  6. Sé humilde. El deporte forja personas para la vida.
  7. La victoria es el camino no el fin. Que te reconozcan más por tu comportamiento que por los trofeos que levantes.
  8. Respeta al contrario, al resto de players. No son tus enemigos.
  9. La educación, la salud, la cultura conviven contigo y te harán superarte.
  10. Que predomine en ti el sentido de equipo, sus intereses están por encima del lucimiento personal.

Este ejemplo de player que recoge el concepto PILB se podría extrapolar a otros deportes y disciplinas. El más que conocido retorno de Michael Jordan al baloncesto, el 21 de febrero de 2003, en el que se convirtió en el primer jugador de la NBA en anotar más de 40 puntos con 40 años. Qué decir del admirado alpinista español Carlos Soria, que con 76 años sigue inmerso en una increíble lucha, conquistar los 14 ochomiles de la tierra. De momento le faltan 3: Anapurna, Kanchenjunga y Dhaulagiri. Y por último y no menos importante el caso de Jeannie Longo. Ciclista profesional francesa recordada por su naturaleza altamente competitiva y su longevidad en el deporte. En junio de 2011 sumó su 58º título nacional, al proclamarse campeona de Francia en contrarreloj con 52 años. Todos ellos significativos casos de superación tanto en lo profesional como en lo personal. Esperemos que de aquí a unos años podamos dar nuevos y mejores ejemplos de la generación PILB, eso sería sintomático de que el deporte y por ende nuestra sociedad sigue avanzando hacia un estadio mejor, más evolucionado.

Y para finalizar una última reflexión… ¿Por qué no trasladar este filosofía PILB al mundo empresarial?. El valor no está en la edad sino en nuestra actitud ante la vida.

Inglatierra de Oportunidades

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En esta ocasión me gustaría dar voz nuevamente a los jóvenes, grandes damnificados de la mala praxis de nuestros gobiernos en la gestión de este interminable “período de recesión”, que decían algunos… Cuento con el testimonio de Unai, un joven periodista que acertadamente, ha decidido pasar una etapa de su vida en Inglaterra. Primeramente para perfeccionar su nivel de inglés (el eterno hándicap de nuestro entorno laboral por cierto) y segundo para recibir las primeras pinceladas del mundo profesional. El título del post ya lo indica, además de como fuente inagotable de experiencias, Inglaterra propone una interesante capacidad de empleabilidad e innumerables oportunidades de trabajo que bien canalizadas pueden complementar y fortalecer nuestro pasaporte vital y profesional. Gracias Unai por mostrarte dispuesto a colaborar y a compartir tu historia de joven inquieto. Adelante:

“Me presento. Me llamo Unai Sarriugarte, graduado en periodismo por la Universidad del País Vasco (UPV/EHU), y soy uno más de los muchos jóvenes españoles a los que les ha tocado dejar atrás a familia y amigos para ir en busca de un futuro laboral más próspero. Tras finalizar los estudios universitarios realicé unas prácticas de 4 meses en el departamento de comunicación del hospital de Basurto en Bilbao. Dada la dificultad para desarrollar mi carrera como periodista en el entorno cercano, algo más que limitado, decidí tomar las riendas de mi futuro y empecé a valorar ofertas de empleo en el extranjero. Detecté como prioritario mejorar mi capacidad idiomática (el inglés principalmente) y por eso decidí centrar mi búsqueda en Inglaterra.

Unos amigos me recomendaron ponerme en contacto con agencias especializadas en la búsqueda de empleo en el extranjero y así lo hice. Tras telefonear y visitar varias de estas agencias empecé a colaborar con Oxonnet, agencia inglesa con gran expertise en hostelería (hoteles, restaurantes y bares). Mi prioridad era encontrar un trabajo como periodista, pero dado que mi nivel de inglés no era del todo bueno, decidí aceptar una oferta en el mundo de la hostelería. Los objetivos a alcanzar con este empleo eran entre otros: mejorar mi inglés, conocer una nueva cultura, un nuevo país y poder ahorrar algo de dinero conociendo de primera mano el mercado laboral. A día de hoy puedo afirmar que he cumplido con creces estos 3 retos iniciales.

Finalmente conseguí un empleo como camarero en la cadena de hoteles británica Warner Leisure Hotels. Me enviaron a un hotel de 4 estrellas situado en un pueblecito llamado Hungerford, a unos 100 kilómetros de Londres. He de reconocer que estaba asustado e ilusionado a partes iguales cuando crucé el lobby del hotel por primera vez… El alojamiento y la comida que se ofrece al staff no es de lo más cómodo ni de lo más apetecible pero ya iba mentalizado que tenía que sobreponerme a este tipo de impedimentos. No iba a permitirme cualquier tipo de queja. El salario para ser Inglaterra tampoco es nada del otro mundo, minimun wage: 6,70 libras la hora si eres mayor de 21 años. La diferencia abismal llega cuando comparamos este salario con el salario mínimo por hora en España, fijado en unos 5 euros, frente a los cerca de 10 euros de salario mínimo en Inglaterra. Por no hablar de las famosas propinas, más conocidas en Inglaterra como tips. Un buen mes un camarero puede llegar a ganar unas 300 libras en propinas, una inyección económica muy notable a final de mes. En España no hay costumbre de dejar propina pero en Inglaterra está muy socializada está acción, e incluso está mal visto no dejar esta “remuneración voluntaria” como señal de gratitud por los servicios recibidos.

En muchas ocasiones se hace duro dejar atrás toda una vida para recalar en ambientes que son totalmente desconocidos para nosotros, pero nadie dijo que sobrevivir en pleno siglo XXI fuese fácil, ¿verdad?. Adecuarse a la cultura, a las tradiciones y a las personas de otros países cuesta y mucho. Hay que desarrollar esa capacidad de tolerancia y adaptación de la que tanto nos hablan. Otra cualidad imprescindible que he podido comprobar es la paciencia, ya que tenemos que dejar de lado la cultura del aquí y ahora, para abrir camino al observar, reflexionar y actuar.

Inglaterra es un país que ofrece innumerables posibilidades de empleo. La tasa de paro en Inglaterra está fijada en torno al 7 por ciento, muy por debajo de la de España, que está en torno a un 23 por ciento. Es decir, que si decides trasladarte a Inglaterra con la intención de trabajar, el ratio de posibilidades de encontrar un empleo son infinitamente más altas que en España. Sobre todo en el sector de servicios y de la hostelería. En el tiempo que llevo aquí he recorrido unas cuantas ciudades como Oxford, Reading e incluso Londres y las ofertas de empleo están latentes en cada rincón o esquina de estas ciudades.

Empecé trabajando en el restaurante del hotel a principios de Octubre de este año. No todo es fácil y de color de rosa, para nada. Cansado del egoísmo y las malas formas de parte de la plantilla del restaurante, del estrés del servicio y de la antipatía hacia mí de algunos de mis clientes al de un mes solicité el traslado para trabajar en el bar del hotel. Puesto de trabajo en el que al contrario que en el restaurante, me siento muy cómodo y respetado. Si de algo me está sirviendo esta experiencia es para cerciorar que las relaciones entre las personas son la base de cualquier trabajo.

Dentro de un mes finalizará la experiencia laboral en este hotel británico y tendré que valorar, nuevamente, cual va a ser mi siguiente paso. Mi mejora en el inglés desde que estoy aquí ha sido notable. Me veo mucho más suelto y relajado a la hora de hablar y entiendo más o menos bien a casi toda la gente. Por lo que, si os veis con la necesidad de aprender inglés, os animo a todos a buscar un trabajo en Inglaterra. Otra de las cosas que he podido detectar es que los entornos laborales son un buen mecanismo y una buena herramienta para poder mejorar en el uso y en el aprendizaje de una nueva lengua.

Las expectativas de volver a Inglaterra el próximo año a trabajar son muy altas. Pero está vez intentaré buscar un trabajo algo mejor remunerado, ya que existen posibilidades reales de que lo encuentre. Además intentaré moverme a una ciudad donde haya algo más de vida que en el pueblo en el que estoy. Porque no todo es trabajar.

Esta es mi breve historia en Inglaterra. Espero que sirva como ejemplo porque a título personal puedo decir sin ninguna duda que ha sido una experiencia increíble (con cosas buenas y malas, pero la vida consiste en esto, ¿no?). Inglaterra está abierta a vosotros si el día de mañana queréis venir a trabajar aquí. La cuestión es: ¿Estáis dispuestos a dejar atrás vuestras vidas para disfrutar de una vivencia inolvidable?. Espero que la respuesta sea un mayúsculo.”

Ese loco mundo de las decisiones

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De vez en cuando nos vemos en la tesitura de tener que reflexionar para hacernos esas transcendentales preguntas acerca de si hemos alcanzado nuestras metas, si somos felices, si estamos en el camino que queremos o si nos sentimos realizados en el trabajo y en nuestra vida personal. La rutina diaria y el acomodo en esa zona de confort de la que todo el mundo habla pueden hacer que no avancemos y que la frustración invada nuestro día a día. Provocando de esta manera, que tus decisiones no estén rociadas del coraje necesario para buscar tu “dorado”, tu sueño o tu motivación. No hay que olvidar que todo lo que sucede en nuestra vida es resultado y consecuencia de nuestras decisiones. ¿Quieres obtener resultados diferentes? Pues empieza por tomar decisiones diferentes ya que si sigues haciendo siempre lo mismo vas a conseguir el mismo resultado. Hay que evitar llegar a ese punto de no retorno en el que te das cuenta de que no has vivido la vida como realmente querías o habías imaginado bajo la cálida sombra de tu recuerdo.

Si de este periodo de crisis podemos sacar algo en positivo es que está permitiendo que muchas personas se replanteen su vida y reinventen su camino, a veces motivado por un estancamiento profesional (¿hay algo más frustrante que estar 8 horas al día en un trabajo que no te motiva?) y otras muchas por una causa de fuerza mayor como puede ser un despido laboral. Momentos reflexivos en los que te paras, levantas la cabeza y observas con retrospectiva los pasos dados analizando al mismo tiempo dónde has llegado y dónde te gustaría estar. Las oportunidades no surgen por sí solas, hay que tomar decisiones para que florezcan. Sí, así es.

Cuando la mochila metafórica de nuestra existencia se va llenando cada día más con obligaciones y responsabilidades, es el momento de amarrar firmemente y dirigir las riendas de tu vida, porque si no lo haces, más alejado estarás de esa anhelada vida plena. Si tú no decides quien quieres ser, alguien lo hará por ti, no lo olvides… La frustración y el estrés son males endémicos en nuestra sociedad. Cuantas más opciones tenemos más nos frustramos por no conseguir lo que queremos: una gran casa, un buen trabajo, un cochazo… Deberíamos centrarnos en potenciar  y maximizar nuestra vida, optimizarla de tal manera que sea posible alcanzar nuestra mejor versión. Hay que intentarlo al menos.

Muchas son las razones que nos impiden avanzar, pero la más común se da cuando no tomamos decisiones, y lo que es aún peor, cuando no elegimos la decisión acertada. No sé si te has percatado, pero para evolucionar y progresar en la vida es necesario tomar decisiones, y algunas más que otras marcarán nuestro futuro. Son decisiones que se convierten en un punto de inflexión, en balizas que señalan puntos relevantes y estratégicos en tu vida y que por lo general se suelen repetir cada 7 años. La vida de una persona por lo general está dividida en ciclos de 7 años.

Eres la persona que eres en el momento actual por todas las decisiones que tomaste en el pasado. Incluso estás leyendo este post porque decidiste hacerlo en detrimento de otras muchas acciones. Decidir es por tanto elegir. No te fustigues por las opciones no elegidas. Cada vez que pensamos en tomar una decisión y luego seleccionamos otra se van generando enésimos universos alternos. Realidades irreales donde otro yo decide aceptar algo inicialmente rechazado. Los universos alternos se producen debido al libre determinismo que tenemos todas las personas. Pero no nos engañemos, nunca podremos alcanzar y linkear esos universos múltiples a no ser que seas el Dr. Bishop. Sé consecuente por tanto con tus acciones mirando siempre hacia delante y no te arrepientas de decisiones ya tomadas, simplemente aprende de los aciertos y de los errores para poder tomar nuevas, diferentes y mejores decisiones cada vez.

Las decisiones vitales por lo general tienen que ver con el ámbito profesional o personal, donde tienes que sopesar y elegir entre tus propósitos, entre lo que es correcto ahora o lo que quieres para un futuro. Es difícil sin duda, pero repito nuevamente, estamos en la obligación de tomar decisiones. Cuando toca decidir a nivel profesional hay que valorar qué es lo que realmente quieres y cuáles son nuestras prioridades, compaginando estas inquietudes con una vida personal. Esta dupla decisional va a significar tener que sacrificar y dejar marchar oportunidades. Es complicado dejar marchar pero hay que ser coherente cuando tomamos decisiones. Siempre. Equivocarse no es malo, para nada. Por ejemplo para llegar de un punto X a un punto Y no siempre sabremos o podremos elegir la línea recta como opción viable, pero quizás, pasar por un punto intermedio Z sea lo mejor, y nos permita llegar al punto final con unos niveles mayores de realización personal y profesional. Tomar buenas decisiones requiere por tanto conocerse a uno mismo, y sobre todo de estrategia, si sabemos dónde y cómo queremos estar en unos años hay que dar pasos firmes en esa dirección.

¿Existe entonces una receta mágica para elegir correctas y buenas decisiones? Yo no soy el más indicado para aconsejar en este punto, pero si tengo claro que esas decisiones que marcarán tu yo futuro, tienen que estar impregnadas por tu personalidad, por tu esencia, con tus valores como fiel estandarte y como no, de escuchar a los que saben. No te fíes del engañoso cortoplacismo y sobre todo no decidas en caliente, deja espacio al análisis y a la reflexión. Primero lo importante después lo urgente.

Alcanzar un estadio de satisfacción en todos los ámbitos de tu vida será el fiel indicativo de que las respuestas que has ido dando a esas preguntas vitales han sido las correctas. Avanza en tu vida y toma decisiones meditadas hacia quien quieres ser. A veces te costará, dudarás, te sentirás perdido, pero una vez hayas pasado ese Rubicón en forma de incógnitas estarás un paso más cerca de tu plenitud decisional y personal.

Vale más hacer y arrepentirse, que no hacer nada y arrepentirse”. (Nicolás Maquiavelo)

 

 

Deporte para la Vida

nic3b1o-arbitro2Para celebrar el primer año del blog Empresamientos toca deliberar en este nuevo post sobre el trinomio Deporte-Educación-Sociedad haciendo una lectura en busca de sinergias y puntos de valor añadido entre estos tres conceptos. Cuando no conozco una materia en profundidad me gusta recurrir a la fuente de conocimiento y quien mejor que un apasionado del deporte y de la educación como Jose Mari Amorrortu para compartir con él esta reflexión. Un lujo la verdad. No me queda más que agradecer a Jose Mari su amable disposición por colaborar en este didáctico y lleno de sensatez escrito. Gracias y que lo disfrutéis.

¿Qué nos está demandando la sociedad actual? ¿Qué debemos mejorar para seguir evolucionando?. Necesitamos mayores cuotas de responsabilidad, sin duda, aplicando ética y valores que humanicen a la persona. El desarrollo del talento, la creatividad, la emocionalidad florecen en espacios donde la singularidad del individuo se tiene en consideración, se valora. El entorno deportivo es por tanto un magnífico laboratorio natural que invita al estudio de diferentes procesos psicológicos básicos en un contexto social cambiante y de gran complejidad. El análisis de estos patrones y comportamientos pueden ser adaptados y aplicables a otros ámbitos de la vida como pueden ser la empresa, la educación, la cultura o las relaciones interpersonales.

La realidad del deporte nos indica, que los deportistas deben estar preparados física y mentalmente para afrontar y superar las diferentes situaciones y vicisitudes que van a ir surgiendo a lo largo de su carrera profesional. Se les reclama, intensidad, velocidad, determinación…, pero al mismo tiempo control, equilibrio, pausa…, en definitiva, comprensión y capacidad de analítica al más alto nivel. Necesitamos deportistas que piensen, que sean autónomos, responsables y que tomen decisiones por sí mismos teniendo en cuenta y sopesando tanto los intereses individuales como colectivos, su entorno inmediato y la sociedad en general. Rompiendo de este modo con el trillado cliché del deportista como persona carente de formación académica y dotado de escasas capacidades de acceso al mercado laboral tras finalizar su etapa deportiva.

Educar en el mundo del deporte abarca toda la estrategia global de acompañamiento al joven y futuro profesional en su proceso formativo en el que el desarrollo personal y deportivo son facetas indivisibles de un mismo crecimiento. Por ello, debiéramos creer en una filosofía educativa centrada en el deportista, en la persona, donde ésta pasa a ser el protagonista de su aprendizaje.

Vivimos en un mundo cada vez más complejo, más competitivo, en el que se exige mayor y mejor preparación profesional (titulaciones, idiomas, experiencia internacional,…) y personal (capacidad de adaptación, de trabajo en equipo, creatividad, autodisciplina,…), y de todo esto nadie está exento, ni siquiera un deportista de élite.

La clave, desde una óptica educativa, es optimizar y priorizar el proceso formativo dotando al deportista en cada momento de lo que requiere desde múltiples enfoques: físico, médico, técnico, pedagógico, psicológico, etc… La educación personalizada es el mejor complemento y beneficio que éste puede obtener. Educar desde la complejidad atendiendo a la especificidad de la persona.

El factor decisivo por tanto es la persona en sí misma, es decir, su capacidad de conocimiento y el valor de su singularidad. Todo ser humano es infinitamente valioso y no debe instrumentalizarse, ya que tiene dignidad. Reconozcamos como fundamental formar y cuidar a nuestros jóvenes, ya sean deportistas o no.

Hoy en día hay una batalla en ciernes por el talento siendo los formadores esenciales en este proceso de capacitación y formación. El derecho a la diferencia debe coexistir con la igualdad de oportunidades. Debemos proponer a los jóvenes deportistas con talento un contexto de encuentro donde desarrollarse, descubriendo que un equipo es más que la suma de cada uno de los miembros que lo integra. La participación de equipos de profesorado (entrenadores, psicóloga, pedagogo, técnicos,…), se han de coordinar para dar respuesta a las necesidades de los jóvenes con talento. Hay que proponer un salto cualitativo en la formación que identifique a los deportistas, que contemple e integre el desarrollo de la persona y el desarrollo del deportista, en su filosofía, en sus metodologías, en sus infraestructuras y en sus recursos. La innovación es una actitud, no una aptitud, por lo que requiere de mentalidad abierta y positiva. Se puede conseguir, sin duda.

El proceso educativo debiera contemplar una serie de principios entre los que podemos destacar los siguientes:

  • Visión del deportista, del profesional, a largo plazo.
  • El deportista, el profesional, es el protagonista (pensante y autónomo).
  • El educador influye en el proceso de formación por lo tanto hay que formarle, a su vez, para que esta influencia sea positiva e integradora.
  • El éxito del educador es la mejora continua de cada deportista.
  • Lo importante es ganar, claro está, pero más importante es cómo ganar.
  • Queremos que el deportista aprenda que el éxito es superarse a sí mismo.
  • El educador en este contexto es responsable del desarrollo del talento de las personas y llevar hacia el futuro su evolución en los planos personal y deportivo.

No resulta osado plantear, por ejemplo, que las escuelas deportivas puedan tener su propio modelo educativo. No debiera estar en función de las ofertas formativas de fuera, sino que ha de tener su filosofía de aprendizaje, se ha de centrar en la apertura hacia el conocimiento tomando como referente no sólo los contenidos conceptuales y técnicos sino las vivencias y la visión prospectiva.

En el mundo de la empresa y de la sociedad en general, los modelos se reproducen. Lo primero y fundamental deben ser los valores. Educar y educarnos en valores. Valores y formas de actuar que aprendemos desde pequeños a través del deporte como la disciplina, el respeto, el trabajo en equipo, la responsabilidad, la escucha, la pluralidad, el reconocimiento, la comprensión, la autocrítica, el perdón… son a futuro aplicables en nuestras relaciones laborales, personales y empresariales. Una formación específica en valores identifica a la persona y al colectivo. Valores que van a conformar una seña de identidad, una marca personal, una esencia. Los que practican deporte tienen esos valores en su activo de manera vitalicia.

Como conclusión, este nuevo paradigma aquí planteado pretende formar al joven deportista para que supere con éxito los retos que presenta la sociedad actual, y esto será posible ofreciéndole todo un entorno educativo en el que pueda encontrar el estímulo necesario para satisfacer sus necesidades formativas en la doble vertiente deportiva y personal.

Ayudar al joven a alcanzar el pleno desarrollo global de sus capacidades y posibilidades, de tal forma que, cuando alcance la madurez, se encuentre perfectamente preparado para elegir y seguir su propio camino. Una educación personalizada, adaptada a un mundo de expectativas y exigencias, en el que los jóvenes puedan alcanzar una alta especialización desde el esfuerzo, la dedicación y la pasión.

Para acercarnos a tal fin, familias, profesores, formadores y entrenadores, deben trabajar en la misma dirección, cada uno desde su parcela, pero sin perder el horizonte de esta formación integral, ya que de este modo, paso a paso y sin quemar etapas, conseguiremos una persona madura, capaz de elegir el camino de realización más acorde con su personalidad, capacidades e intereses. El objetivo no debe ser formar deportistas sino ante todo personas globalmente formadas, con un nivel de preparación académica tal que les permita optar profesionalmente entre múltiples opciones, y si una de ellas es el del deporte, tanto mejor.

Estamos en un periodo en el que proyectar nuestra mirada hacia el futuro pensado en largo plazo es vital. Es necesario anticiparnos y estar en condiciones de afrontar este nuevo reto. Construyamos una cultura que se vaya modelando con la participación de todos, con profesionales apasionados, con inquietudes, preocupaciones y un afán incombustible por mejorar, una cultura de largo alcance, de largo plazo, que identifique nuestro modo de ser, de pensar, de vivir.

La reflexión sobre el mañana empieza por algo fundamental, que es lo que sostiene todo este proceso, se llama educación y debe convertirse en un verdadero must para nuestra sociedad.

PD: Muchas gracias Jose Mari por tu inestimable colaboración en el presente post. No me resisto a compartir contigo esta cita de Paulo Coelho: “Las personas cambian cuando se dan cuenta del potencial que tienen para cambiar las cosas”.