Las 5 claves de Ranieri para ser un líder exitoso

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¡Dilly ding dilly dong!. Las campanas repiquetean con el firme objetivo de despertarnos del plácido ensoñamiento, pero no será esta vez, el sueño ha continuado convirtiéndose en feliz realidad. El Leicester City ha ganado la liga inglesa de una manera incontestable arrebatando la victoria natural a los petrodólares, a los colosos de la Premier League como el Manchester City, Liverpool, Manchester United o Chelsea. Las casas de apuestas todavía están temblando por esta gesta histórica del equipo dirigido por Claudio Ranieri.

Este modesto club, con más de 130 años de historia, es la primera vez que consigue el título de liga. Los casi 300.000 habitantes de la ciudad de Leicester no daban crédito cuando jornada tras jornada seguían disfrutando como su equipo se mantenía en la cima del campeonato. Sin dejar de soñar. Un equipo formado con retales de futbolistas que han tenido una segunda oportunidad sólo vista en películas americanas de serie B. Así como Ranieri, el entrenador italiano que con 64 años, y considerado en el declive de su carrera, ha sido el responsable máximo de la hazaña conseguida por los “foxes”.

Las vivencias y resultados de esta temporada han marcado lo que podríamos denominar un estilo propio, el estilo Ranieri, que puede recogerse en 5 puntos clave de liderazgo y éxito empresarial:

1. El líder que genera confianza.

Ranieri llegaba a Leicester en julio de 2015, un club que tenía como objetivo pelear por salvar la categoría. El palmarés de Ranieri se limitaba a cuatro títulos oficiales en toda su carrera y su llegada fue bastante criticada por muchos periodistas y aficionados. De carácter afable y siempre con una sonrisa en sus primeras ruedas de prensa enfatizaba que lo más importante para él era devolver la confianza a sus jugadores para construir un equipo competitivo. Ranieri ha conseguido convertir a un grupo de jugadores poco valorados en la verdadera armada invencible inglesa.

“Tengo mucha admiración por los que hacen nuevos sistemas tácticos, pero siempre he pensado que lo más importante para un entrenador es construir un equipo de acuerdo a las características de los jugadores”.

2. Potenciar el talento apagado. 

Volver a hacerles creer. Ranieri tenía entre manos a un grupo de jugadores totalmente desconocidos. Jamie Vardy trabajaba en una fábrica haciendo férulas médicas, N’Golo Kanté jugaba hace cuatro años en la tercera división francesa y el caso de Wes Morgan,
el capitán del Leicester, que no debutó en la máxima categoría del fútbol inglés hasta los 30 años, media vida después de que el Notts County dejará de contar con él por sobrepeso.

“He hablado con mis jugadores antes del partido. Les he dicho que hemos soñado hasta el momento, pero ahora es el momento de hacer el sueño realidad. Ahora es el momento de darlo todo, ¡todo!. Luego, si el Tottenham es mejor que nosotros, ok… Pero tenemos que pelear, pelear… porque nunca más vamos a poder tener este fantástico momento”. 

3. Trabajar como un único equipo. 

En el inicio de la temporada el Leicester conseguía victorias pero encajaba demasiados goles. Claudio Ranieri, preocupado por esta situación les dijo a sus jugadores: “Si el próximo partido dejamos la portería a cero, os invito a una pizza”. El siguiente partido ganaron 1-0 contra el Crystal Palace y Ranieri cumplió su promesa llevándoles a una pizzería en Leicester. “Tienen que trabajar para lograr cualquier cosa. Así que trabajen también para su pizza. Haremos nuestra propia pizza”.

4. Libertad con responsabilidad. 

Es fundamental potenciar la libertad de la individualidad pero ésta tiene que ser compartida. Ranieri explica que dar confianza a sus jugadores significa darles libertad, pero sin olvidar el compromiso con cada uno de sus compañeros, con el equipo.

“Jamie Vardy, por ejemplo, no es un futbolista, es un caballo fantástico. Necesita sentirse libre cuando está sobre el césped. Le digo: `Eres libre de moverte como quieras pero debes ayudarnos cuando perdemos el balón. Es todo lo que te pido. Si empiezas a presionar al rival, todos tus compañeros te seguirán´.”

 5. Todo es posible si se cree.

Si cuentas con talento, ilusión y ganas todo es posible, por muy imposible que parezca el reto a alcanzar. Cuando Ranieri se hizo cargo del Leicester percibió el enorme potencial que tenía su equipo y dijo: “Cuando dirigí mi primer entrenamiento y vi la calidad de estos jugadores, supe lo buenos que podían llegar a ser. Les estamos dando esperanza a todos los jugadores jóvenes a los que alguna vez les han dicho que no eran lo suficientemente buenos.”

Esta proeza deportiva, y social, llevada a cabo por el Leicester City ha conseguido que se vuelva a creer en el fútbol, en el deporte, y en que hay ocasiones en el que el tesón puede vencer al mediático marketing. Campanas, nunca dejéis de sonar, nunca dejéis de soñar. ¡Dilly ding dilly dong!.

Los PILB y la élite del deporte

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Inauguramos este nuevo año 2016 con los mejores deseos y esperanzadores proyectos para tod@s. Además de con una excelente colaboración. Como gran aficionado al deporte, y en especial del fútbol, llevo un tiempo trabajando en un nuevo término, los PILB, acrónimo de “Player I would Like to Be” (Jugador que me gustaría ser). Con osadía y atrevimiento solicité ayuda y consejo a la psicóloga deportiva Patricia Ramírez para que me ayudara a testear profesionalmente este concepto ya que no sabía si realmente podría tener contenido. Patricia Ramírez es una de las mayores expertas en el área de la psicología deportiva en la actualidad y desde el año 1995 se ha dedicado a trabajar con deportistas nacionales e internacionales de máximo nivel. Ramírez ejerció además como psicóloga para la primera plantilla del Real Betis Balompié durante dos temporadas, en un ciclo que la entidad calificó de “altamente exitoso”. Por lo que me reitero, un verdadero lujo y placer compartir tan apreciada colaboración. Gracias Patricia por tu generosidad y por tu inestimable conocimiento.

La idea sobre el concepto PILB surgió al analizar la carrera futbolística de jugadores como Puyol, Pirlo, Xavi Hernández, Maldini, Seedorf, Ryan Giggs,… Deportistas, a priori, “mayores de edad” para la práctica profesional del fútbol. A pesar de haber sobrepasado con creces la treintena han demostrado (y lo siguen haciendo algunos) que con mentalidad ganadora, sacrificio a nivel físico y unos valores personales y profesionales intachables pueden superar incluso los umbrales máximos que poseían en su etapa de veinteañeros. Mención especial merece la más que destacable actuación del jugador del Athletic Club de Bilbao, Aritz Aduriz. A punto de cumplir 35 años (11 de febrero de 1981) está firmando un primer tramo de temporada espectacular, tanto por número de goles como por juego desplegado. Demostrando un arrojo y una emoción hacia el fútbol comparable a sus épocas de juvenil. Increíble. Quizás al reconocer humildemente que no le quedan muchos más años en la élite profesional quiera disfrutar más si cabe sintiéndose parte tractora del equipo. Mostrando así el camino a los más jóvenes, como una responsabilidad social y deportiva adquirida hacia ellos, hacia su Club e incluso hacia la propia sociedad.

Lezama, la cantera del Athletic Club de Bilbao, y La Masía del Fútbol Club Barcelona son claros ejemplos de que educar en valores desde las primeras etapas formativas del futbolista es fundamental para concebir futuros PILB. El desarrollo del talento, la emocionalidad, la creatividad florecen en espacios donde la singularidad del individuo se tiene en consideración y se valora. La realidad del deporte nos ha enseñado que los deportistas de élite deben estar preparados física y mentalmente para afrontar y superar los diferentes retos que van a ir surgiendo a lo largo de su carrera profesional. Por lo que resulta clave educar desde la complejidad atendiendo a la especificidad de cada futbolista ya que el desarrollo personal y deportivo son facetas indivisibles de un mismo crecimiento (palabras de Jose Mari Amorrortu, director deportivo del Athletic Club). Hay que disponer de una visión del deportista a largo plazo. Una formación específica en valores identifica al futbolista y al propio Club. Valores que van a conformar una seña de identidad y una marca país reconocible a todos los niveles. Como se aprecia en el caso paradigmático del Fútbol Club Barcelona y del Athletic Club de Bilbao, equipos respetados, admirados, y generadores de grandes personas y deportistas. Ese debe ser el camino a seguir.

No sólo la edad distingue a este colectivo denominado PILB, sino su carácter ganador, su perseverancia, sus valores personales, su ética profesional, su responsabilidad, su compromiso para con la sociedad y ante las nuevas generaciones. Conocen su poder mediático y lo utilizan para el bien. Son el reflejo y la esencia de la élite deportiva y serán por siempre recordados además de como excelentes players como grandes referentes sociales. El espíritu Puyol vs El ruido mediático del fútbol. 

La fortaleza mental juega un papel esencial y es distintivo de este grupo de deportistas. Son líderes tanto dentro como fuera del campo y actúan como tal. Carismáticos y brillantes estrategas, la mayoría de los PILB deciden continuar su carrera profesional como entrenadores o en puestos que generan valor dentro de sus equipos. Potenciar las variables psicológicas ayuda y es acicate para mejorar y prolongar la ejecución deportiva. Sin duda.

Tras contrastar esta idea conceptual con Patricia Ramírez llegamos a las siguientes conclusiones en formato de DECÁLOGO DEL PILB:

  1. La edad no es un impedimento, no debe ser una barrera para la práctica de tu actividad profesional.
  2. Sé tu mejor versión en cada momento, aunque sepas que no puedas conseguir la victoria.
  3. Ayuda a los más jóvenes como un día te ayudaron a ti.
  4. Comparte tu conocimiento. Comprométete con la sociedad.
  5. Analiza en perspectiva. Conciencia vs Consciencia.
  6. Sé humilde. El deporte forja personas para la vida.
  7. La victoria es el camino no el fin. Que te reconozcan más por tu comportamiento que por los trofeos que levantes.
  8. Respeta al contrario, al resto de players. No son tus enemigos.
  9. La educación, la salud, la cultura conviven contigo y te harán superarte.
  10. Que predomine en ti el sentido de equipo, sus intereses están por encima del lucimiento personal.

Este ejemplo de player que recoge el concepto PILB se podría extrapolar a otros deportes y disciplinas. El más que conocido retorno de Michael Jordan al baloncesto, el 21 de febrero de 2003, en el que se convirtió en el primer jugador de la NBA en anotar más de 40 puntos con 40 años. Qué decir del admirado alpinista español Carlos Soria, que con 76 años sigue inmerso en una increíble lucha, conquistar los 14 ochomiles de la tierra. De momento le faltan 3: Anapurna, Kanchenjunga y Dhaulagiri. Y por último y no menos importante el caso de Jeannie Longo. Ciclista profesional francesa recordada por su naturaleza altamente competitiva y su longevidad en el deporte. En junio de 2011 sumó su 58º título nacional, al proclamarse campeona de Francia en contrarreloj con 52 años. Todos ellos significativos casos de superación tanto en lo profesional como en lo personal. Esperemos que de aquí a unos años podamos dar nuevos y mejores ejemplos de la generación PILB, eso sería sintomático de que el deporte y por ende nuestra sociedad sigue avanzando hacia un estadio mejor, más evolucionado.

Y para finalizar una última reflexión… ¿Por qué no trasladar este filosofía PILB al mundo empresarial?. El valor no está en la edad sino en nuestra actitud ante la vida.

Deporte para la Vida

nic3b1o-arbitro2Para celebrar el primer año del blog Empresamientos toca deliberar en este nuevo post sobre el trinomio Deporte-Educación-Sociedad haciendo una lectura en busca de sinergias y puntos de valor añadido entre estos tres conceptos. Cuando no conozco una materia en profundidad me gusta recurrir a la fuente de conocimiento y quien mejor que un apasionado del deporte y de la educación como Jose Mari Amorrortu para compartir con él esta reflexión. Un lujo la verdad. No me queda más que agradecer a Jose Mari su amable disposición por colaborar en este didáctico y lleno de sensatez escrito. Gracias y que lo disfrutéis.

¿Qué nos está demandando la sociedad actual? ¿Qué debemos mejorar para seguir evolucionando?. Necesitamos mayores cuotas de responsabilidad, sin duda, aplicando ética y valores que humanicen a la persona. El desarrollo del talento, la creatividad, la emocionalidad florecen en espacios donde la singularidad del individuo se tiene en consideración, se valora. El entorno deportivo es por tanto un magnífico laboratorio natural que invita al estudio de diferentes procesos psicológicos básicos en un contexto social cambiante y de gran complejidad. El análisis de estos patrones y comportamientos pueden ser adaptados y aplicables a otros ámbitos de la vida como pueden ser la empresa, la educación, la cultura o las relaciones interpersonales.

La realidad del deporte nos indica, que los deportistas deben estar preparados física y mentalmente para afrontar y superar las diferentes situaciones y vicisitudes que van a ir surgiendo a lo largo de su carrera profesional. Se les reclama, intensidad, velocidad, determinación…, pero al mismo tiempo control, equilibrio, pausa…, en definitiva, comprensión y capacidad de analítica al más alto nivel. Necesitamos deportistas que piensen, que sean autónomos, responsables y que tomen decisiones por sí mismos teniendo en cuenta y sopesando tanto los intereses individuales como colectivos, su entorno inmediato y la sociedad en general. Rompiendo de este modo con el trillado cliché del deportista como persona carente de formación académica y dotado de escasas capacidades de acceso al mercado laboral tras finalizar su etapa deportiva.

Educar en el mundo del deporte abarca toda la estrategia global de acompañamiento al joven y futuro profesional en su proceso formativo en el que el desarrollo personal y deportivo son facetas indivisibles de un mismo crecimiento. Por ello, debiéramos creer en una filosofía educativa centrada en el deportista, en la persona, donde ésta pasa a ser el protagonista de su aprendizaje.

Vivimos en un mundo cada vez más complejo, más competitivo, en el que se exige mayor y mejor preparación profesional (titulaciones, idiomas, experiencia internacional,…) y personal (capacidad de adaptación, de trabajo en equipo, creatividad, autodisciplina,…), y de todo esto nadie está exento, ni siquiera un deportista de élite.

La clave, desde una óptica educativa, es optimizar y priorizar el proceso formativo dotando al deportista en cada momento de lo que requiere desde múltiples enfoques: físico, médico, técnico, pedagógico, psicológico, etc… La educación personalizada es el mejor complemento y beneficio que éste puede obtener. Educar desde la complejidad atendiendo a la especificidad de la persona.

El factor decisivo por tanto es la persona en sí misma, es decir, su capacidad de conocimiento y el valor de su singularidad. Todo ser humano es infinitamente valioso y no debe instrumentalizarse, ya que tiene dignidad. Reconozcamos como fundamental formar y cuidar a nuestros jóvenes, ya sean deportistas o no.

Hoy en día hay una batalla en ciernes por el talento siendo los formadores esenciales en este proceso de capacitación y formación. El derecho a la diferencia debe coexistir con la igualdad de oportunidades. Debemos proponer a los jóvenes deportistas con talento un contexto de encuentro donde desarrollarse, descubriendo que un equipo es más que la suma de cada uno de los miembros que lo integra. La participación de equipos de profesorado (entrenadores, psicóloga, pedagogo, técnicos,…), se han de coordinar para dar respuesta a las necesidades de los jóvenes con talento. Hay que proponer un salto cualitativo en la formación que identifique a los deportistas, que contemple e integre el desarrollo de la persona y el desarrollo del deportista, en su filosofía, en sus metodologías, en sus infraestructuras y en sus recursos. La innovación es una actitud, no una aptitud, por lo que requiere de mentalidad abierta y positiva. Se puede conseguir, sin duda.

El proceso educativo debiera contemplar una serie de principios entre los que podemos destacar los siguientes:

  • Visión del deportista, del profesional, a largo plazo.
  • El deportista, el profesional, es el protagonista (pensante y autónomo).
  • El educador influye en el proceso de formación por lo tanto hay que formarle, a su vez, para que esta influencia sea positiva e integradora.
  • El éxito del educador es la mejora continua de cada deportista.
  • Lo importante es ganar, claro está, pero más importante es cómo ganar.
  • Queremos que el deportista aprenda que el éxito es superarse a sí mismo.
  • El educador en este contexto es responsable del desarrollo del talento de las personas y llevar hacia el futuro su evolución en los planos personal y deportivo.

No resulta osado plantear, por ejemplo, que las escuelas deportivas puedan tener su propio modelo educativo. No debiera estar en función de las ofertas formativas de fuera, sino que ha de tener su filosofía de aprendizaje, se ha de centrar en la apertura hacia el conocimiento tomando como referente no sólo los contenidos conceptuales y técnicos sino las vivencias y la visión prospectiva.

En el mundo de la empresa y de la sociedad en general, los modelos se reproducen. Lo primero y fundamental deben ser los valores. Educar y educarnos en valores. Valores y formas de actuar que aprendemos desde pequeños a través del deporte como la disciplina, el respeto, el trabajo en equipo, la responsabilidad, la escucha, la pluralidad, el reconocimiento, la comprensión, la autocrítica, el perdón… son a futuro aplicables en nuestras relaciones laborales, personales y empresariales. Una formación específica en valores identifica a la persona y al colectivo. Valores que van a conformar una seña de identidad, una marca personal, una esencia. Los que practican deporte tienen esos valores en su activo de manera vitalicia.

Como conclusión, este nuevo paradigma aquí planteado pretende formar al joven deportista para que supere con éxito los retos que presenta la sociedad actual, y esto será posible ofreciéndole todo un entorno educativo en el que pueda encontrar el estímulo necesario para satisfacer sus necesidades formativas en la doble vertiente deportiva y personal.

Ayudar al joven a alcanzar el pleno desarrollo global de sus capacidades y posibilidades, de tal forma que, cuando alcance la madurez, se encuentre perfectamente preparado para elegir y seguir su propio camino. Una educación personalizada, adaptada a un mundo de expectativas y exigencias, en el que los jóvenes puedan alcanzar una alta especialización desde el esfuerzo, la dedicación y la pasión.

Para acercarnos a tal fin, familias, profesores, formadores y entrenadores, deben trabajar en la misma dirección, cada uno desde su parcela, pero sin perder el horizonte de esta formación integral, ya que de este modo, paso a paso y sin quemar etapas, conseguiremos una persona madura, capaz de elegir el camino de realización más acorde con su personalidad, capacidades e intereses. El objetivo no debe ser formar deportistas sino ante todo personas globalmente formadas, con un nivel de preparación académica tal que les permita optar profesionalmente entre múltiples opciones, y si una de ellas es el del deporte, tanto mejor.

Estamos en un periodo en el que proyectar nuestra mirada hacia el futuro pensado en largo plazo es vital. Es necesario anticiparnos y estar en condiciones de afrontar este nuevo reto. Construyamos una cultura que se vaya modelando con la participación de todos, con profesionales apasionados, con inquietudes, preocupaciones y un afán incombustible por mejorar, una cultura de largo alcance, de largo plazo, que identifique nuestro modo de ser, de pensar, de vivir.

La reflexión sobre el mañana empieza por algo fundamental, que es lo que sostiene todo este proceso, se llama educación y debe convertirse en un verdadero must para nuestra sociedad.

PD: Muchas gracias Jose Mari por tu inestimable colaboración en el presente post. No me resisto a compartir contigo esta cita de Paulo Coelho: “Las personas cambian cuando se dan cuenta del potencial que tienen para cambiar las cosas”.