¿De profesión?. Soy buscador de trabajo señor Presidente

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¿Que cuál es mi profesión?. Soy buscador de trabajo señor Presidente. Me extraña que un profesional de su categoría no sea conocedor de este nuevo empleo surgido en tiempos de desesperación. Pregunte por la calle, pregunte… Como sabrá soy una más de las 4 millones de personas desempleadas que estamos a la espera de esa oportunidad laboral. Y que no termina de llegar por cierto. Además, por el simple hecho de ser mujer todavía me sigo encontrando con más trabas, si cabe, que mis masculinos compañeros a la hora de encontrar trabajo. Pero que le voy contar a usted que tanto sabe de la equidad numérica. ¿Qué si estoy preocupada?. Claro. Entendiendo el concepto pre-ocupación como ese período temporal previo, si dios quiere, a que consiga una ocupación. Y por supuesto que estoy preocupada, no le quepa duda, pero he decidido que desesperarme no va a ser la solución. Por tanto lo que debo hacer es reflexionar para definir una estrategia que me permita salir de esta desastrosa situación.

Me tengo que entrenar para la búsqueda de trabajo, es mi ocupación actual. Le dedico unas 6 horas al día, casi como un trabajo en sí mismo, porque lo es. No tiro la toalla y sé que tengo que ser proactiva a la hora de buscar empleo. La vida me ha enseñado que si quiero algo tengo que luchar por ello, así que no me verá perdiendo el tiempo en el sofá a la espera de que vengan en busca de mi talento. Esas épocas eran otras, recuerde, recuerde. He decidido que mi trabajo ahora es buscar trabajo, sin remuneración salarial pero con expectativas de que el ROI* de mi inversión temporal supere pronto el VAN > 0**. Ah… ¿no me ha entendido?, disculpe. Es que me licencié en empresariales hace ya 2 años y quería hacerle un símil financiero con las esperanzadoras expectativas que tengo. En definitiva, que lo que quiero transmitirle señor Presidente, es que espero y deseo que todo este esfuerzo que estoy aplicando acabe fructificando en un empleo digno.

Mi abuela también me dice en tono jocoso que mi profesión podría ser la de procesionaria, porque mi CV va de procesión en procesión buscando la divina profesión. ¡Un poco de humor hombre!. Mi intención no es aburrirle, de veras, pero la vida se ve mejor con una sonrisa, ¿no?. Soy consciente de que hay que trabajar duro antes de conseguir un trabajo, por lo que suelo ensayar a conciencia para los procesos de selección. Lo tengo todo estratégicamente preparado, para que no me pillen por sorpresa y así poder dar respuesta a preguntas tan dispares como: ¿Quién ganaría en una pelea entre Batman y Spiderman?, si fuera un repartidor de pizza, ¿cómo se beneficiaría de las tijeras? o ¿cuántas veces se cruzan las agujas del reloj?. La planificación es la clave del éxito. ¿Recuerda sus primeras entrevistas?. Perdón, perdón… Humor negro. Disculpe de nuevo, que estamos hablando en serio.

Y yo me pregunto, ¿por qué no idean y aplican políticas (más) efectivas en torno al empleo?. Fíjense en modelos internacionales que funcionan y déjense asesorar por los que saben. ¡Qué la rueda ya está inventada!. Pero bueno, quien soy yo para darle consejos a usted, que tanto nos prometió…También me preocupa mucho el dominio de idiomas, como a ustedes los políticos, pero creo más importante si cabe conseguir generar una marca personal potente. Mantengo un perfil activo en redes sociales profesionales como Linkedin o Infojobs porque hoy en día, quien no está en Internet no existe. Me gusta asistir a eventos y jornadas donde pueda haber personas que contraten. Es otra forma diferente de acercarse al empleo, desde otra perspectiva, porque nunca se sabe dónde puede surgir LA oportunidad, y tengo claro que desde el calor de mi habitación eso no va a ocurrir. Habrá ninis en nuestra sociedad señor Presidente, pero le garantizo que yo no soy una de ellos.

Le cuento, si he tenido la fortuna de pasar algún proceso de selección no me gusta quedarme al margen, me gusta ser insistente, preguntar e incluso en alguna que otra ocasión me he personado en las oficinas para que vean mi disposición al puesto. Como decía aquél, es mejor pedir perdón que pedir permiso. Cada vez se valoran más las habilidades sociales y la actitud personal, o eso dicen los expertos, que se debe conocer al profesional pero también a la persona. Pues yo soy una persona-profesional, y por ese orden.

Si, si, ya voy terminando, que ya veo que su asistente me hace gestos señalándose el reloj… Para acabar esta agradable y productiva conversación, lo que les diría como consejo a todos esos jóvenes, y no tan jóvenes, que ocupan sus días como buscadores de trabajo es que es esencial establecer y cumplir rutinas diarias, actualizar el CV, buscar por internet, hablar con muchas personas, no rendirse, acudir a tu antigua universidad o centro formativo para pedir ayuda, hacerte visible en las redes sociales profesionales, practicar deporte, continuar formándote y sobre todo, gestionar los momentos trágicos y de desasosiego, que los habrá. Con todas estas pautas estarás mejor preparado física y mentalmente para la lucha contra la desempleabilidad. Es mi experiencia de guerrera al menos.

Buenas tardes señor Presidente y gracias por su tiempo. El mío ya lo he invertido con usted…

PD: Este post va dirigido a todos esos jóvenes que siguen luchando por labrarse un digno porvenir. No desesperéis y nunca, nunca, nunca os rindáis, porque la oportunidad puede estar a un paso de distancia.

* ROI: Retorno de la inversión

** VAN: Valor Actual Neto. VAN > 0, La inversión produciría ganancias por encima de la rentabilidad exigida (r)

Los PILB y la élite del deporte

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Inauguramos este nuevo año 2016 con los mejores deseos y esperanzadores proyectos para tod@s. Además de con una excelente colaboración. Como gran aficionado al deporte, y en especial del fútbol, llevo un tiempo trabajando en un nuevo término, los PILB, acrónimo de “Player I would Like to Be” (Jugador que me gustaría ser). Con osadía y atrevimiento solicité ayuda y consejo a la psicóloga deportiva Patricia Ramírez para que me ayudara a testear profesionalmente este concepto ya que no sabía si realmente podría tener contenido. Patricia Ramírez es una de las mayores expertas en el área de la psicología deportiva en la actualidad y desde el año 1995 se ha dedicado a trabajar con deportistas nacionales e internacionales de máximo nivel. Ramírez ejerció además como psicóloga para la primera plantilla del Real Betis Balompié durante dos temporadas, en un ciclo que la entidad calificó de “altamente exitoso”. Por lo que me reitero, un verdadero lujo y placer compartir tan apreciada colaboración. Gracias Patricia por tu generosidad y por tu inestimable conocimiento.

La idea sobre el concepto PILB surgió al analizar la carrera futbolística de jugadores como Puyol, Pirlo, Xavi Hernández, Maldini, Seedorf, Ryan Giggs,… Deportistas, a priori, “mayores de edad” para la práctica profesional del fútbol. A pesar de haber sobrepasado con creces la treintena han demostrado (y lo siguen haciendo algunos) que con mentalidad ganadora, sacrificio a nivel físico y unos valores personales y profesionales intachables pueden superar incluso los umbrales máximos que poseían en su etapa de veinteañeros. Mención especial merece la más que destacable actuación del jugador del Athletic Club de Bilbao, Aritz Aduriz. A punto de cumplir 35 años (11 de febrero de 1981) está firmando un primer tramo de temporada espectacular, tanto por número de goles como por juego desplegado. Demostrando un arrojo y una emoción hacia el fútbol comparable a sus épocas de juvenil. Increíble. Quizás al reconocer humildemente que no le quedan muchos más años en la élite profesional quiera disfrutar más si cabe sintiéndose parte tractora del equipo. Mostrando así el camino a los más jóvenes, como una responsabilidad social y deportiva adquirida hacia ellos, hacia su Club e incluso hacia la propia sociedad.

Lezama, la cantera del Athletic Club de Bilbao, y La Masía del Fútbol Club Barcelona son claros ejemplos de que educar en valores desde las primeras etapas formativas del futbolista es fundamental para concebir futuros PILB. El desarrollo del talento, la emocionalidad, la creatividad florecen en espacios donde la singularidad del individuo se tiene en consideración y se valora. La realidad del deporte nos ha enseñado que los deportistas de élite deben estar preparados física y mentalmente para afrontar y superar los diferentes retos que van a ir surgiendo a lo largo de su carrera profesional. Por lo que resulta clave educar desde la complejidad atendiendo a la especificidad de cada futbolista ya que el desarrollo personal y deportivo son facetas indivisibles de un mismo crecimiento (palabras de Jose Mari Amorrortu, director deportivo del Athletic Club). Hay que disponer de una visión del deportista a largo plazo. Una formación específica en valores identifica al futbolista y al propio Club. Valores que van a conformar una seña de identidad y una marca país reconocible a todos los niveles. Como se aprecia en el caso paradigmático del Fútbol Club Barcelona y del Athletic Club de Bilbao, equipos respetados, admirados, y generadores de grandes personas y deportistas. Ese debe ser el camino a seguir.

No sólo la edad distingue a este colectivo denominado PILB, sino su carácter ganador, su perseverancia, sus valores personales, su ética profesional, su responsabilidad, su compromiso para con la sociedad y ante las nuevas generaciones. Conocen su poder mediático y lo utilizan para el bien. Son el reflejo y la esencia de la élite deportiva y serán por siempre recordados además de como excelentes players como grandes referentes sociales. El espíritu Puyol vs El ruido mediático del fútbol. 

La fortaleza mental juega un papel esencial y es distintivo de este grupo de deportistas. Son líderes tanto dentro como fuera del campo y actúan como tal. Carismáticos y brillantes estrategas, la mayoría de los PILB deciden continuar su carrera profesional como entrenadores o en puestos que generan valor dentro de sus equipos. Potenciar las variables psicológicas ayuda y es acicate para mejorar y prolongar la ejecución deportiva. Sin duda.

Tras contrastar esta idea conceptual con Patricia Ramírez llegamos a las siguientes conclusiones en formato de DECÁLOGO DEL PILB:

  1. La edad no es un impedimento, no debe ser una barrera para la práctica de tu actividad profesional.
  2. Sé tu mejor versión en cada momento, aunque sepas que no puedas conseguir la victoria.
  3. Ayuda a los más jóvenes como un día te ayudaron a ti.
  4. Comparte tu conocimiento. Comprométete con la sociedad.
  5. Analiza en perspectiva. Conciencia vs Consciencia.
  6. Sé humilde. El deporte forja personas para la vida.
  7. La victoria es el camino no el fin. Que te reconozcan más por tu comportamiento que por los trofeos que levantes.
  8. Respeta al contrario, al resto de players. No son tus enemigos.
  9. La educación, la salud, la cultura conviven contigo y te harán superarte.
  10. Que predomine en ti el sentido de equipo, sus intereses están por encima del lucimiento personal.

Este ejemplo de player que recoge el concepto PILB se podría extrapolar a otros deportes y disciplinas. El más que conocido retorno de Michael Jordan al baloncesto, el 21 de febrero de 2003, en el que se convirtió en el primer jugador de la NBA en anotar más de 40 puntos con 40 años. Qué decir del admirado alpinista español Carlos Soria, que con 76 años sigue inmerso en una increíble lucha, conquistar los 14 ochomiles de la tierra. De momento le faltan 3: Anapurna, Kanchenjunga y Dhaulagiri. Y por último y no menos importante el caso de Jeannie Longo. Ciclista profesional francesa recordada por su naturaleza altamente competitiva y su longevidad en el deporte. En junio de 2011 sumó su 58º título nacional, al proclamarse campeona de Francia en contrarreloj con 52 años. Todos ellos significativos casos de superación tanto en lo profesional como en lo personal. Esperemos que de aquí a unos años podamos dar nuevos y mejores ejemplos de la generación PILB, eso sería sintomático de que el deporte y por ende nuestra sociedad sigue avanzando hacia un estadio mejor, más evolucionado.

Y para finalizar una última reflexión… ¿Por qué no trasladar este filosofía PILB al mundo empresarial?. El valor no está en la edad sino en nuestra actitud ante la vida.

Deporte para la Vida

nic3b1o-arbitro2Para celebrar el primer año del blog Empresamientos toca deliberar en este nuevo post sobre el trinomio Deporte-Educación-Sociedad haciendo una lectura en busca de sinergias y puntos de valor añadido entre estos tres conceptos. Cuando no conozco una materia en profundidad me gusta recurrir a la fuente de conocimiento y quien mejor que un apasionado del deporte y de la educación como Jose Mari Amorrortu para compartir con él esta reflexión. Un lujo la verdad. No me queda más que agradecer a Jose Mari su amable disposición por colaborar en este didáctico y lleno de sensatez escrito. Gracias y que lo disfrutéis.

¿Qué nos está demandando la sociedad actual? ¿Qué debemos mejorar para seguir evolucionando?. Necesitamos mayores cuotas de responsabilidad, sin duda, aplicando ética y valores que humanicen a la persona. El desarrollo del talento, la creatividad, la emocionalidad florecen en espacios donde la singularidad del individuo se tiene en consideración, se valora. El entorno deportivo es por tanto un magnífico laboratorio natural que invita al estudio de diferentes procesos psicológicos básicos en un contexto social cambiante y de gran complejidad. El análisis de estos patrones y comportamientos pueden ser adaptados y aplicables a otros ámbitos de la vida como pueden ser la empresa, la educación, la cultura o las relaciones interpersonales.

La realidad del deporte nos indica, que los deportistas deben estar preparados física y mentalmente para afrontar y superar las diferentes situaciones y vicisitudes que van a ir surgiendo a lo largo de su carrera profesional. Se les reclama, intensidad, velocidad, determinación…, pero al mismo tiempo control, equilibrio, pausa…, en definitiva, comprensión y capacidad de analítica al más alto nivel. Necesitamos deportistas que piensen, que sean autónomos, responsables y que tomen decisiones por sí mismos teniendo en cuenta y sopesando tanto los intereses individuales como colectivos, su entorno inmediato y la sociedad en general. Rompiendo de este modo con el trillado cliché del deportista como persona carente de formación académica y dotado de escasas capacidades de acceso al mercado laboral tras finalizar su etapa deportiva.

Educar en el mundo del deporte abarca toda la estrategia global de acompañamiento al joven y futuro profesional en su proceso formativo en el que el desarrollo personal y deportivo son facetas indivisibles de un mismo crecimiento. Por ello, debiéramos creer en una filosofía educativa centrada en el deportista, en la persona, donde ésta pasa a ser el protagonista de su aprendizaje.

Vivimos en un mundo cada vez más complejo, más competitivo, en el que se exige mayor y mejor preparación profesional (titulaciones, idiomas, experiencia internacional,…) y personal (capacidad de adaptación, de trabajo en equipo, creatividad, autodisciplina,…), y de todo esto nadie está exento, ni siquiera un deportista de élite.

La clave, desde una óptica educativa, es optimizar y priorizar el proceso formativo dotando al deportista en cada momento de lo que requiere desde múltiples enfoques: físico, médico, técnico, pedagógico, psicológico, etc… La educación personalizada es el mejor complemento y beneficio que éste puede obtener. Educar desde la complejidad atendiendo a la especificidad de la persona.

El factor decisivo por tanto es la persona en sí misma, es decir, su capacidad de conocimiento y el valor de su singularidad. Todo ser humano es infinitamente valioso y no debe instrumentalizarse, ya que tiene dignidad. Reconozcamos como fundamental formar y cuidar a nuestros jóvenes, ya sean deportistas o no.

Hoy en día hay una batalla en ciernes por el talento siendo los formadores esenciales en este proceso de capacitación y formación. El derecho a la diferencia debe coexistir con la igualdad de oportunidades. Debemos proponer a los jóvenes deportistas con talento un contexto de encuentro donde desarrollarse, descubriendo que un equipo es más que la suma de cada uno de los miembros que lo integra. La participación de equipos de profesorado (entrenadores, psicóloga, pedagogo, técnicos,…), se han de coordinar para dar respuesta a las necesidades de los jóvenes con talento. Hay que proponer un salto cualitativo en la formación que identifique a los deportistas, que contemple e integre el desarrollo de la persona y el desarrollo del deportista, en su filosofía, en sus metodologías, en sus infraestructuras y en sus recursos. La innovación es una actitud, no una aptitud, por lo que requiere de mentalidad abierta y positiva. Se puede conseguir, sin duda.

El proceso educativo debiera contemplar una serie de principios entre los que podemos destacar los siguientes:

  • Visión del deportista, del profesional, a largo plazo.
  • El deportista, el profesional, es el protagonista (pensante y autónomo).
  • El educador influye en el proceso de formación por lo tanto hay que formarle, a su vez, para que esta influencia sea positiva e integradora.
  • El éxito del educador es la mejora continua de cada deportista.
  • Lo importante es ganar, claro está, pero más importante es cómo ganar.
  • Queremos que el deportista aprenda que el éxito es superarse a sí mismo.
  • El educador en este contexto es responsable del desarrollo del talento de las personas y llevar hacia el futuro su evolución en los planos personal y deportivo.

No resulta osado plantear, por ejemplo, que las escuelas deportivas puedan tener su propio modelo educativo. No debiera estar en función de las ofertas formativas de fuera, sino que ha de tener su filosofía de aprendizaje, se ha de centrar en la apertura hacia el conocimiento tomando como referente no sólo los contenidos conceptuales y técnicos sino las vivencias y la visión prospectiva.

En el mundo de la empresa y de la sociedad en general, los modelos se reproducen. Lo primero y fundamental deben ser los valores. Educar y educarnos en valores. Valores y formas de actuar que aprendemos desde pequeños a través del deporte como la disciplina, el respeto, el trabajo en equipo, la responsabilidad, la escucha, la pluralidad, el reconocimiento, la comprensión, la autocrítica, el perdón… son a futuro aplicables en nuestras relaciones laborales, personales y empresariales. Una formación específica en valores identifica a la persona y al colectivo. Valores que van a conformar una seña de identidad, una marca personal, una esencia. Los que practican deporte tienen esos valores en su activo de manera vitalicia.

Como conclusión, este nuevo paradigma aquí planteado pretende formar al joven deportista para que supere con éxito los retos que presenta la sociedad actual, y esto será posible ofreciéndole todo un entorno educativo en el que pueda encontrar el estímulo necesario para satisfacer sus necesidades formativas en la doble vertiente deportiva y personal.

Ayudar al joven a alcanzar el pleno desarrollo global de sus capacidades y posibilidades, de tal forma que, cuando alcance la madurez, se encuentre perfectamente preparado para elegir y seguir su propio camino. Una educación personalizada, adaptada a un mundo de expectativas y exigencias, en el que los jóvenes puedan alcanzar una alta especialización desde el esfuerzo, la dedicación y la pasión.

Para acercarnos a tal fin, familias, profesores, formadores y entrenadores, deben trabajar en la misma dirección, cada uno desde su parcela, pero sin perder el horizonte de esta formación integral, ya que de este modo, paso a paso y sin quemar etapas, conseguiremos una persona madura, capaz de elegir el camino de realización más acorde con su personalidad, capacidades e intereses. El objetivo no debe ser formar deportistas sino ante todo personas globalmente formadas, con un nivel de preparación académica tal que les permita optar profesionalmente entre múltiples opciones, y si una de ellas es el del deporte, tanto mejor.

Estamos en un periodo en el que proyectar nuestra mirada hacia el futuro pensado en largo plazo es vital. Es necesario anticiparnos y estar en condiciones de afrontar este nuevo reto. Construyamos una cultura que se vaya modelando con la participación de todos, con profesionales apasionados, con inquietudes, preocupaciones y un afán incombustible por mejorar, una cultura de largo alcance, de largo plazo, que identifique nuestro modo de ser, de pensar, de vivir.

La reflexión sobre el mañana empieza por algo fundamental, que es lo que sostiene todo este proceso, se llama educación y debe convertirse en un verdadero must para nuestra sociedad.

PD: Muchas gracias Jose Mari por tu inestimable colaboración en el presente post. No me resisto a compartir contigo esta cita de Paulo Coelho: “Las personas cambian cuando se dan cuenta del potencial que tienen para cambiar las cosas”.