LAS 5 PROFESIONES QUE TE HARÁN TENER TRABAJO EN 2020

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El mercado de trabajo como lo conocemos en la actualidad está transformándose y en continua evolución, no hay discusión al respecto. Las nuevas tecnologías, la inmediatez que nos proporcionan las redes sociales y los medios de comunicación, la conectividad mundial y el progreso hacia el futuro, entre otros muchos factores, están provocando que la manera de interrelacionarnos cambie. Esto hará que sea necesario desarrollar nuevas habilidades para seguir adaptándonos a este vertiginoso cambio. Estudios de la Universidad de Oxford afirman que el 47% del empleo actual desaparecerá en los próximos 10 años. Asimismo cerca del 90% de las profesiones que sobrevivan sufrirán alguna modificación y tendrán que incorporar diferentes y nuevas competencias profesionales. Pero también llegarán nuevas y desconocidas oportunidades para quienes apuesten por renovarse y liderar esta mutación laboral, como indica la experta en inno-liderazgo y transformación digital Silvia Leal en este reciente artículo. “No importa cuál sea nuestro presente o pasado, la clave es apostar por sumarse al futuroSeñala esta Doctora en Sociología, autora del libro e-renovarse o morir y reconocida como una de las diez expertas más influyentes de España. Silvia, muchas gracias por tu amabilidad y disposición de colaboración dando tu experto testimonio en este artículo.

Hemos seleccionado 5 profesiones que sin duda van a generar una gran demanda de empleo en los próximos años:

1. ANALISTAS Y PROGRAMADORES DE INTERNET DE LAS COSAS (IoT) 

Los números que rodean al sector del Internet de las cosas (IoT por sus siglas en inglés) lo muestran con claridad: esta tecnología, que en 2014 ocupaba a 300.000 profesionales especializados, necesitará multiplicar por 15 su fuerza laboral para el año 2020, según las proyecciones de Vision Mobile recogidas por la Universidad de Richmond. Cualquier cosa es susceptible de tener un sensor que nos aporte datos o nos permita interactuar con ella, todo se puede monitorizar. Y sobre esa máxima van a construirse las ciudades y los hogares del futuro. Las estimaciones indican que se van a necesitar profesionales con conocimientos analíticos, de programación y lógica, que sean capaces de sacar partido a la llegada de estas nuevas tecnologías. Serán trabajadores formados en ingeniería informática, pero también del resto de las ingenierías con amplios conocimientos de programación, sobre el IoT y, por supuesto, del famoso big data.

2. ARQUITECTO DE NUEVAS REALIDADES

Se espera que la realidad aumentada traiga consigo 110.000 millones de euros en 2020, según los pronósticos de la consultora especializada Digi-Capital frente a los 4.500 millones que se prevén para el 2016. En 2020 la realidad virtual generará más de 25.000 millones en empleos relacionados con ámbitos militares, educativos y empresariales. Por todo ello, necesitamos personas con conocimiento de desarrollo de videojuegos, sociología y psicología. Su formación debe incluir programación, gamificación, realidad virtual y aumentada, complementados con nociones de humanidades.

3. DISEÑADOR DE ÓRGANOS

En torno a 70.000 personas están en lista de espera en Europa para un trasplante, según la Comisión Europea, y, desafortunadamente, muchas mueren antes de llegar a recibirlo. Sin embargo, ya se está utilizando la impresión 3D para los órganos sencillos (como las vejigas) y pronto será posible realizar los más complejos. Se demandarán sanitarios con conocimientos de impresión de órganos en 3D para trasplantes y experimentación médica. Estamos frente a una evolución del médico “tradicional”, cuyo perfil será complementado con amplios conocimientos en impresión 3D y, por supuesto, de bioimpresión, lo que implica estar al día o investigar en el desarrollo de nuevos materiales y técnicas para lograr órganos y tejidos cada vez más parecidos a los humanos.

4. ROBOTISTA

El negocio de la robótica moverá en 2020 un volumen global de 75.000 millones de euros, según Merrill Lynch. Es el resultado de la evolución del coste de la robótica, que ha bajado la última década un 27% y se espera un 22% adicional en la próxima, y de los avances provocados por las mejoras tecnológicas en los chips de silicio, sensores y computación. En este ámbito se desarrollará un tipo de profesional con conocimientos de ingeniería y ciencias de la computación que profundice en el desarrollo de robots con estabilidad dinámica, inteligencia y capaces de empatizar con quienes los necesitan. A su formación de base en ingeniería e informática tendrían que sumar una permanente revisión de los avances en áreas como el Internet de las cosas, la inteligencia artificial o la impresión 3D. Su éxito depende en buena parte del diseño de sus creaciones, con lo cual deberán estar atentos a los progresos en esa área y, cuanto más quieran que se parezcan sus robots a un ser humano, más familiarizados con el cuerpo y su mecánica tendrán que estar.

5. DISEÑADOR DE REDES NEURONALES ROBÓTICAS E INTELIGENCIA ARTIFICIAL 

La inteligencia artificial moverá en 2020 un volumen global de 65.000 millones de euros, según datos de la consultora especializada IDC, siete veces más que en la actualidad. Este crecimiento exponencial generará mucho empleo. Para que esta industria se desarrolle tendremos que tener profesionales especializados en el funcionamiento de nuestro cerebro y en la tecnología necesaria para replicarlo de forma artificial y que semejante avance tenga aplicaciones concretas y útiles. El diseñador de redes neuronales ha de tener conocimientos lógico-matemáticos, de programación y, a ser posible, de filosofía para el desarrollo de nuevas aplicaciones sobre esta tecnología. Esta profesión abre una doble oportunidad: en primer lugar, para quienes estudiaron (o estudiarán) humanidades y se atrevan a formarse en programación de aplicaciones de inteligencia artificial, pero también para los que apostaron por la ingeniería informática (y las disciplinas técnicas) y deseen seguir el camino que empezaron. En este caso, para lograr crear un robot que piense como una persona, necesitarán apoyarse en determinadas ramas de las humanidades.

Como podréis apreciar estas nuevas profesiones requieren un plan formativo que se aleja de los temarios actuales de Universidades y centros educativos, por lo que éstos tendrán que reconfigurarse para poder formar y capacitar a los nuevos profesionales del futuro, ese es el gran reto, romper con el paradigma educativo que permita generar empleabilidad real. Veremos que nos deparan estos novedosos cambios, pero lo que sí es cierto, es que cuanto mejor preparados estemos para el futuro, más cerca estará nuestro presente.

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Silvia Leal es consejera y experta en inno-liderazgo y transformación digital. Doctora en Sociología y asesora de la Comisión Europea en competencias digitales, liderazgo y emprendimiento y directora del Programa en Dirección TIC & Innovación Digital de IE Business School. Es autora de los libros e-Renovarse o morir,  Ingenio y Pasión e Ingenio, Sexo y Pasión (LID Editorial).

 

Las 10 tecnologías emergentes que cambiarán el mundo

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¿Estamos preparados para asimilar el cambio tecnológico que se nos avecina de manera inminente?. El Foro Económico Mundial, en colaboración con la revista Scientific American, ha publicado recientemente un informe con las 10 tecnologías emergentes de 2016. Este listado lo ha definido el Meta-Consejo de Tecnologías Emergentes del FEM y destaca los avances tecnológicos que, en palabras de sus miembros, tienen el poder para mejorar vidas, transformar las industrias y salvaguardar el planeta.

Este informe recoge una amplia gama de tecnologías punteras y de vanguardia, incluyendo ejemplos como el internet de las nanocosas, optogenética y los materiales 2D. Tecnologías que pronto podrán jugar, si no lo están haciendo ya, un papel esencial en la lucha contra los grandes desafíos de nuestra sociedad. El Dr. Bernard Meyerson, director de innovación de IBM y Presidente del Meta-Consejo de Tecnologías Emergentes lo tiene muy claro: “La exploración de horizontes de tecnologías emergentes es crucial para mantenerse al tanto de los acontecimientos que pueden transformar radicalmente nuestro mundo, lo que permite el análisis de expertos en preparación oportuna para estos disruptores. La comunidad mundial debe unirse y ponerse de acuerdo sobre principios comunes si nuestra sociedad quiere aprovechar los beneficios de estas tecnologías”. 

Uno de los criterios más disruptivos utilizados por los miembros del Consejo durante la elaboración del informe es que 2016 pueda representar un punto de inflexión en el despliegue de estas tecnologías. Este innovador listado incluye tecnologías conocidas y utilizadas desde hace varios años, pero sólo ahora están llegando a un punto de madurez en el que su impacto puede tener relevancia significativa y real. El Meta-Consejo de Tecnologías Emergentes se basó para la elaboración del listado en la experiencia colectiva de las comunidades del Foro para identificar las tendencias tecnológicas recientes más importantes. Siendo el objetivo por tanto dar a conocer el potencial de estas tecnologías y contribuir a cerrar las brechas en la inversión, la regulación y la comprensión del público paralizadores y barreras para el progreso mundial, como civilización.

1. Materiales bidimensionales crean nuevas herramientas para los tecnólogos

Los nuevos materiales innovadores como el grafeno son cada vez más económicos y podrían ofrecer mejoras radicales para la energía solar y la contaminación del aire.

2. Los vehículos autónomos van por el carril de ascenso

El desarrollo de vehículos autónomos o sin conductor se ha acelerado rápidamente con empresas como Tesla que ya producen modelos para el consumidor. Es probable que los vehículos semi autónomos puedan estar disponibles para la producción en masa antes de lo esperado.

3. El blockchain mejora la privacidad, la seguridad y el transporte de datos

La cadena de bloques es una base de datos descentralizada donde las transacciones electrónicas se registran de forma segura y verificada. Se utilizan actualmente para las monedas digitales como el bitcoin. La futura economía mundial se basará en transacciones en cadena de bloques y las organizaciones de terceros puede que ya no sean necesarias.

4. Las baterías de próxima generación aumentan su capacidad

Incluye nuevas tecnologías de batería tales como iones de sodio y zing-aire, que son mucho más eficientes y económicos. Esto hará posible almacenar energía en gran escala y facilitar el uso de las energías renovables.

5. Un ecosistema abierto de inteligencia artificial augura un asistente personal para todos

Las tecnologías de IA que interpretan el habla, el texto, el comportamiento financiero y las condiciones de la salud pronto serán capaces de proporcionar asistencia y apoyo igual o superior a los de un asistente personal humano.

6. Órganos-en-chips permiten explorar nuevos ángulos de la biología humana

Los órganos en chips son modelos en miniatura que pueden emular efectivamente a los órganos humanos, permitiendo que se ensayen nuevos fármacos con mayor precisión y se sustituya la experimentación con animales.

7. Las células solares de perovskita  recargan la producción de electricidad

Es un nuevo tipo de célula solar que es mucho más eficiente en la generación de energía. El desarrollo rápido de estas células solares podría proporcionar una fuente confiable de energía limpia en todo el mundo.

8. Sistemas de ingeniería metabólica transforman a microbios en fábricas

Las preocupaciones por el cambio climático y la dependencia de los combustibles fósiles están dando lugar a una economía de base biológica. Los microorganismos que pueden estar contenidos en forma segura y sin problemas éticos se están utilizando como “biofactorías” para la producción de productos químicos y materiales sostenibles, que se utilizarán para producir productos más amigables con el medio ambiente, sin huella de carbono.

9. El Internet de las cosas se vuelve nano

Esta tecnología se basa en sensores suficientemente pequeños para que puedan circular a través de los cuerpos vivos o mezclarse directamente con los materiales de construcción. Es un primer paso crucial hacia un Internet de las Nanocosas (IoNT) que podría transformar la medicina, las ciencias ambientales y muchos otros sectores.

10. La optogenética ilumina la neurociencia terapéutica

Con la optogenética los neurocientíficos pueden activar y desactivar las neuronas de forma selectiva con un nivel de precisión sin precedentes. La Organización Mundial de la Salud estima que los trastornos mentales afectan a una de cada cuatro personas en el mundo, con consecuencias a largo plazo para los individuos y las sociedades. La optogenética puede tener un impacto revolucionario en el tratamiento de los trastornos mentales tales como la epilepsia y el mal de Parkinson.

¿Qué os parece?. Esperemos ver pronto la evolución y puesta en práctica de estas tecnologías en el mundo real, aunque si este tipo de iniciativas e informes nos permiten crear espacios para debatir los riesgos y preocupaciones sociales, humanas, económicas o ambientales que estas tecnologías pueden plantear antes de su adopción generalizada, bienvenido sean.

La generación ARNOLD: superemprendedores a los 50

ARNOLD 1Knowmads, Millennials, generación Z, Socialnetworkers todos estos conceptos que inundan las redes sociales no hacen más que referenciar a los nuevos perfiles profesionales del siglo XXI. No nos engañemos, nos gusta etiquetar, clasificar los conceptos, para así poder identificarnos y ser embajadores del que más se asemeje a nosotros. De este modo se facilita la comprensión de todo lo que nos rodea, tanto a nivel profesional como personal. Más aún cuando a nivel profesional se nos exige poseer un perfil social, potente y generacionalmente marcado por el año de nacimiento. Bien es cierto que estas novedosas clasificaciones parecen estar más enfocadas a los jóvenes y no debemos olvidarnos de ese colectivo de profesionales que sobrepasan el medio siglo de edad. Sabios, experimentados y cada vez más adaptados tecnológicamente. Según un estudio reciente las personas mayores de 50 años tienen un 12% más de poder adquisitivo que el resto y representan el 30% de la población europea. Me he atrevido a denominar a este colectivo con el término “la generación ARNOLD”, sobran las explicaciones…

Por poner un poco de orden aquí va una pequeña descripción de todos estos perfiles:

1) Knowmads

Término creado por John Moravec y con la española Raquel Roca como fiel defensora. Los Knowmads no tienen edad determinada y son los denominados nómadas del conocimiento y la innovación. Innovadores, imaginativos, creativos, super adaptables, capaces de trabajar en colaboración con casi cualquier persona, en cualquier momento y lugar. Son digitales, hiperconectados. Desaprenden para volver a aprender. Cada día, un reto nuevo. Motivados por trabajos donde puedan aprender e innovar, es importante que se valore su creatividad. No aceptan las jerarquías. Trabajan por proyectos y necesitan independencia y autonomía.

2) Socialnetworkers

Son aquellos profesionales que se relacionan y viven conectados en las redes sociales. Las utilizan como fuente de conocimiento para encontrar clientes, socios, proveedores, ideas e inspiración para su propio desarrollo personal, basándose siempre en la filosofía de compartir. Se mueven perfectamente en empresas conectadas, abiertas y con buena reputación digital. Su motivación son los trabajos que requieren altas dosis de relación interpersonal y en los que se valore la aportación de capital social y humano.

3) Millennials (o generación Y)

Son aquellas personas nacidas entre 1981 y 1995, una generación preocupada por formarse de forma muy completa en diversos campos. Son nativos digitales, han vivido las redes sociales desde su génesis y se caracterizan porque viven para captar información constantemente. Trabajan por retos, su motivación depende del proyecto y de la persona. Disfrutan cada proyecto, aprendiendo de cada experiencia, es su base para el aprendizaje continuo, son proactivos e intraemprendedores, ante un problema, una solución, no hay quejas, hay acción.

4) La Generación Z

Nacidos a partir de 1995. Son los más autónomos, acostumbrados a compartir, muy resilientes, es decir, ante un problema saben gestionarlo bien y sacar el mejor provecho de ellos. Tienen una mente extremadamente abierta acompañada de una psicología muy positiva. Han nacido con la crisis, es por ello que se mueven bien en los entornos complejos, son realistas, aplican el DIY (Do It Yourself) y son sin duda la generación más “doer”. No es que estén hiperconectados, es que nunca están desconectados.

5) La Generación ARNOLD

Excelentes emprendedores, con 50 años o más piensan que nunca es tarde para promover un negocio. Tienen conocimiento, recursos económicos, relaciones, experiencia y suelen asociarse con jóvenes profesionales tecnológicamente avanzados para buscar la complementariedad perfecta. Aprenden y se adaptan pronto al entorno, tanto tecnológico como social. Los ratios de éxito de los proyectos que traccionan superan el 70%. Son el aliado definitivo para emprender.

Un fantástico ejemplo que recoge el apoyo institucional a esta generación ARNOLD se está dando en el Reino Unido, donde un gran número de empresarios maduros están capitalizando su pensión para crear el negocio de sus sueños. “Se espera que al menos unas 500.000 personas mayores de 50 años capitalicen sus retiros y abran negocios propios en los próximos años en el Reino Unido”. Esto está siendo posible gracias al Pension Led Funding (PLF), un servicio financiero que permite capitalizar la pensión y convertirla en un fondo de inversión si tienes más de 55 años. Desde que esta brillante medida fue aprobada ya se han retirado de los fondos de pensiones británicos casi 3.000 millones de libras.

Podemos destacar algunos casos de éxito de la generación ARNOLD, como Ray Kroc, el fundador de McDonalds, que se pasó la vida vendiendo vasos de papel hasta que a los 52 años dio su gran salto profesional vendiendo hamburguesas. O Mary Kay Ash, creadora de la marca de cosméticos a los que da nombre, quien no consiguió dar con la tecla del éxito hasta los 45. También reseñable el caso de Harland David Sanders que a los 65 años y tras una larga vida de asalariado creó Kentucky Fried Chicken y la vendió por dos millones de dólares unos años más tarde, en 1964. O por último John Stith Pemberton, que fundó Cocacola a los 55 años. Nunca dejaron de creer en sus sueños.

Quizás en un futuro no tengamos que preocuparnos por el cobro de las pensiones, no porque el sistema de pensiones actual sea insostenible (que lo es), sino porque la posibilidad de capitalizar lo poco que nos corresponda para emprender un negocio sea una posibilidad real. Y me pregunto, ¿este modelo de pensionistas emprendedores puede beneficiar a desarrollar el modelo económico de los países?. No me lo se, el futuro nos lo dirá, pero recuerda que emprender a partir de los 50 sí es posible.

La remunerafición empresarial

Businessman with Surfboard Going to the Beach

¿Es posible hacer de tu afición empresa?. Así lo confirma el crecimiento en el número de emprendedores que están convirtiendo su hobby en su fuente de ingresos. Profesionalizar tu pasatiempo de una manera seria y organizada, con un business plan viable que apoye esa necesidad vital, puede suponer un verdadero logro tanto en lo personal como en lo profesional. El reto consiste en integrar sostenible y eficientemente ese hobby profesional en las 24 horas del día y que te reporte un capital recurrente que permita financiar el resto de necesidades básicas.

Delante de un café y una agradable conversación tuve la oportunidad de conocer uno de estos casos (exitosos por cierto) en los que una afición deportiva ha permitido generar un proyecto empresarial de alto valor añadido. ASAKEN, una empresa especializada en trabajos verticales con cuerda y representada por la figura de Oskar Álvarez, gran aficionado a la montaña y en especial a la escalada. ASAKEN se fundó en el año 2005 y a día de hoy genera más de 70 puestos de trabajo realizando proyectos en diferentes sectores como la rehabilitación de infraestructuras, oil & gas y edificación sostenible.

Según Oskar:El deporte nos motiva, la aventura también, ¿y por qué no el trabajo?. Conseguir generar una empresa en la que nuestra actividad sea igual o más gratificante que el deporte y a su vez sirva de sustento económico, ese era nuestro objetivo. ¿Cómo lo materializamos en realidad?. Lo primero que hicimos fue centrar la atención en qué diferencias y similitudes existen entre eso que por lo general tanto rehúsan las personas, trabajo monótono y aburrido, y lo que tanto busca todo el mundo en forma de superación, actividad física e intelectual, posibilidad de conocer nuevas personas, nuevos lugares, en definitiva, ser parte activa de un proyecto ilusionante. A simple vista no parece complicado asemejar estos valores primarios con el trabajo, ya que en principio es (o debería ser) la esencia propia de la actividad vital. ¿Pero qué ha ocurrido?. ¿Cómo hemos llegado a ciertos modelos productivos actuales?. En muchos casos las personas viven una doble vida, la del trabajo asalariado (o alquiler de sus horas), y la otra vida, la del ocio, la destinada íntegramente a disfrutar y consumir lo generado en la fase trabajo. Y es precisamente esta dualidad vital la que hace difícil que prosperen dentro de las empresas las ideas de participación, compromiso, el sentir la empresa,… Sin tratar de indagar en los orígenes de estos modelos productivos: producción en masa, industrialización, fin del trabajo artesanal,… buscamos los puntos estratégicos que podrían hacer que nuestro trabajo se pareciese a una expedición de escalada o alpinismo, conseguir dar con estas claves y adecuarlas dentro de la organización. Perseguir el ideal de hacer siempre cosas que nos aporten como personas y como profesionales. Es algo que todavía no hemos conseguido al 100%, pero en ello estamos. Buscar el alto valor añadido, apostar por rotar al personal en proyectos diferentes, poner mucha atención en reunir un grupo humano con el que poder compartir momentos duros con una sonrisa, invertir mucho dinero en equipos y herramientas más cómodas y seguras, saber gestionar nuestros descansos, formarnos continuamente para poder conseguir ser polivalentes en obra y/o en oficina, no descuidar el desarrollo personal, saber compartir y celebrar el reconocimiento externo. Ese está siendo el éxito del proyecto ASAKEN. Lo que empezó como una afición deportiva se ha convertido en una verdadera ocupación profesional que tiene forma de empresa. Y así esperamos que siga evolucionando en un futuro, sin que pierda la esencia con la que se creó nuestra compañía, el amor por las alturas. Queremos seguir divirtiéndonos y disfrutando con lo que hacemos”.

En el mundo del emprendizaje coexiste la dicotomía sobre cual debe ser el objetivo de generar un nuevo negocio. Algunos sólo analizan criterios económicos, querer ganar mucho dinero, totalmente lícito pero difícil de conseguir. Otros en cambio tienen otras inquietudes y lo que buscan es poder dedicarse a lo que realmente les gusta, a su afición y poder vivir de ello dignamente en base a una remunerafición (la remuneración de la afición). La idea de profesionalizar tu hobby suena a priori fantásticamente bien, ¿verdad?. Además si te emociona lo que haces, en lo que trabajas, te resultará mucho más llevadero dedicarle el tiempo que haga falta para sacar adelante tu empresa. El problema a analizar es que una afición por lo general recae en nuestro ámbito temporal del ocio y al convertirlo en profesión, perderás ese espacio, esa delgada línea que une el trabajo con el hobby. Pero… ¿por qué no intentarlo?.

“Escoge un trabajo que te guste, y nunca tendrás que trabajar ni un solo día de tu vida”. Confuncio.

   

 

KNOWMADS: LOS TRABAJADORES DEL FUTURO

KNOWMADS

Knowmad. Este novedoso concepto que empieza escucharse con fuerza en el argot empresarial es un neologismo que combina y maximiza las palabras know (conocer,saber) y nomad (nómada). Concentra las características que ha de tener un trabajador en el contexto actual para hacer frente a los retos profesionales de futuro, convirtiéndose en un nómada del conocimiento. La definición fue creada en el año 2011 por el experto en mercado laboral John Moravec, fundador de Education Futures, para definir a los trabajadores nómadas del conocimiento y de la innovación. Knowmad hace referencia a un nuevo perfil de profesional que ha de ser principalmente innovador, imaginativo, creativo, capaz de trabajar en colaboración con casi cualquier persona, en cualquier momento y lugar. Un knowmad es valorado por su conocimiento personal, lo que le proporciona una ventaja competitiva con respecto a otros trabajadores menos adaptados al entorno. Además debe ser autodidacta en esta sociedad 2.0 nutriéndose y aprovechando el potencial del conocimiento proveniente de internet y de las nuevas tecnologías, principalmente digitales.

Raquel Roca (a la que agradezco enormemente su colaboración en el presente post) es la autora del libro ‘Knowmads, los trabajadores del futuro’ además de profesora del Postgrado de Experto en Marketing Digital del IEDE Business School y del Master en la Gestión del Talento en la Era Digital de LaSalle International Graduate School & LIDlearning. Una experta en la materia vamos. @Raquelroca (su perfil en Twitter) señala que “no es una moda, ni un término pop-up que nace, eclosiona y rápidamente muere. A la palabra knowmad le pasa como a millenial, sirve para designar algo, pero lo que le mantiene y mantendrá en el tiempo es la riqueza de contenido y masa real que tiene detrás”. Además sostiene que todo aquel que viva en esta era está llamado a desarrollar una serie de destrezas y habilidades para desenvolverse en un mundo “hiperconectado e hiperdigitalizado”. Aquellos que no empiecen a practicar estas destrezas quedarán fuera del mercado laboral, o así lo atesoran los defensores de esta corriente. También las empresas que no se hayan puesto manos a la obra para gestionar a estos perfiles corren el peligro de ser menos competitivas. Raquel Roca es así de tajante para definir a estos profesionales “sociables y sociales a los que les gusta expandir el conocimiento -en red- y que están preparados para aprender -o desaprender si hace falta- de un modo no convencional”. Roca afirma que “el conocimiento es el valor añadido de estos trabajadores, el nuevo capital que les va a asegurar su empleabilidad. Y no se trata de un perfil laboral, es una actitud que puede adoptar cualquiera y en cualquier etapa de su vida”.

Lo que determine el futuro de una persona no dependerá del entorno geográfico de nacimiento, ni de crecimiento, sino de las ganas que cada uno tenga de progresar en el mundo laboral. Se entra de este modo en la era de la meritocracia donde las capacidades de las personas pueden florecer por sí mismas y ser valoradas con criterios objetivos. La digitalización, un cambio en el modo de vida y en la forma de trabajar son algunos de los factores que están impulsando la proliferación de los knowmads que, según Raquel Roca, representarán el 45% de la fuerza laboral en 2020. “Van a ser tantos que las empresas no van a tener más remedio que adaptarse a ello si quieren mantenerlos. Tienen que aprender a tratar al knowmad de la misma manera que a los trabajadores de plantilla, porque se trata de una fuerza laboral que va a iniciar su propio cambio”, asegura esta experta, quien conoce experiencias piloto en empresas del Ibex 35, “otra cosa es que puedan implementarlo. Son plenamente conscientes de que este cambio está basado en la responsabilidad y la confianza, que sólo funciona si los mandos participan como uno más”. Asimismo Google estima que en el año 2020 casi toda la población del mundo estará conectada a internet. Y es ahí, en ese contexto, donde los mismos expertos dibujan el perfil de un nuevo profesional: el knowmad.

Un estudio elaborado por el banco ING-DiBa predice que en solo dos décadas los robots coparán 18 millones de empleos en Alemania, cerca de la mitad del total. El desarrollo de la robótica permitirá a la industria reemplazar el 59% de los puestos actuales de trabajo por robots, parece ser que más productivos y rentables que los humanos. Sin embargo, por mucho que avance y progrese la tecnología hay cosas que las máquinas nunca van a poder ser capaces de hacer, y esto tiene que ver con los trabajos creativos, la innovación, la resolución de problemas, la emocionalidad… Aquí entra en juego el conocimiento. O lo que es lo mismo: la comprensión de datos e información, siempre puesta al servicio de la innovación y de la imaginación.

¿Pero qué es lo que caracteriza a un knowmad? Varios expertos, con Moravec a la cabeza, han dibujado una serie de características, en lo que denominan pasaporte de habilidades:

  • No tiene una edad determinada.
  • No entiende su trabajo como un trabajo, disfruta con lo que hace para ganarse la vida, y lo integra como una actividad más de su quehacer cotidiano.
  • Inventivo e intuitivo, es un generador de ideas. Es una persona imaginativa, sabe buscarse la vida, los recursos.
  • Está alfabetizado digitalmente.
  • Transforma la información en conocimiento y la comparte.
  • Le importan las personas, porque encarnan el conocimiento, lo generan, aumentan, mejoran y lo enseñan.
  • Utiliza la información abierta y libremente.
  • No entiende de fronteras.
  • Tiene una gran capacidad para adaptarse y resolver problemas.
  • Es un creador de redes, siempre conectando a personas, ideas, organizaciones…
  • Asume que el aprendizaje es para toda la vida.
  • No le asusta la experimentación ni el fracaso.
  • Es responsable de sí mismo.

Al contrario que el millenial (nacido entre 1981 y 1995), no tiene edad, cualquier persona está capacitada para tener mentalidad nómada. Tampoco entiende su trabajo como trabajo, entiende lo que hace como una ocupación que le gusta, no como un medio para ganar dinero, y lo que hace forma parte de su vida. Busca la satisfacción por encima de todo. Es un generador de ideas, tiene recursos para salir adelante en cualquier situación. Además de imaginativo tiene la capacidad de transformar todo aquello que imagina en ideas productivas. Eso sí, ese sentimiento de libertad hace que no le guste recibir órdenes.

El knowmad domina las nuevas tecnologías, comprende su funcionamiento y las aprovecha en su beneficio, ya que aprende continuamente de ellas. Una de sus principales habilidades del knowmad es que transforma la información en conocimiento y la comparte abiertamente, es una especie de antena tecnológica que avisa sobre lo que está sucediendo. Maneja con soltura las redes sociales y, por tanto, comparte información, lo que le hace estar siempre al tanto y alerta de lo que sucede en el mundo. Sabe que el talento y el éxito dependen de esa pertenencia a redes del conocimiento. Al contrario de lo que puede parecer, no es un ermitaño, al que le guste la soledad: le puede gustar trabajar en solitario (desde cualquier lugar, una cafetería, una playa o la misma oficina), pero le importan las personas. Sabe que son importantes, porque generan conocimiento y oportunidades.

Tiene además una gran capacidad para adaptarse, para resolver problemas, es una persona, profesional, muy versátil y competente porque gracias a esos conocimientos puede hacer frente a todo tipo de conflictos. Cree firmemente en que el aprendizaje es para toda la vida (longlife learning), sabe que siempre tendrá que estar formándose por distintas vías (universidad, escuelas de negocios, internet, libros, vivencias de otras personas…). “Al asumir este hecho es capaz de aprender y desaprender con más facilidad en función de sus inquietudes o de las necesidades que vayan surgiendo”, explica Raquel Roca en su libro. Y es esta capacidad para actualizarse lo que le convierte en un profesional adaptable y moldeable, perfecto para los entornos laborales en donde prima la diversidad y la innovación constante. Son capaces de convertir su talento en el mejor activo.

No le asusta el fracaso ni experimentar, lo que no está exento de errores. Los asume, aprende de la experiencia y avanza. Otra de las características de los knowmad, y una de las más importantes, es que es responsable de sí mismo. Por lo tanto, líder de él mismo, que no espera que sean otros, “la empresa, el Estado, la sociedad… los que vengan a buscarle”, explica la autora Raquel Roca. No deja en manos de terceros su futuro profesional.

Este perfil profesional funciona como Google y Gmail: organiza y agrupa. Ésta es la clave, no la cantidad de proyectos sino la de conexiones entre unos y otros, buscan conexión para ser más productivos, menos es más. No duplican, agrupan. Por lo que estos nuevos profesionales a los que podríamos definir como vinculadores de oportunidades ya se están haciendo un hueco en nuestra sociedad. ¿Te atreves a ser un knowmad?.