BOOTCAMPS CONTRA EL DESEMPLEO JUVENIL

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Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), en agosto de 2016, el 43,2% de los españoles menores de 25 años se encontraban en situación de desempleo. En este contexto, resulta paradójico que existan empresas que no consiguen encontrar a la persona adecuada para incorporar a los puestos de trabajo que ofertan (obviando aquellas que piden 30 años de experiencia y buscan a alguien de 20, lo cual daría para otro post).

Uno de los sectores en los que este gap entre oferta y demanda es más notorio es el de las Tecnologías de la Información (TI). Según Adecco, el empleo en el sector tecnológico crecerá, hasta el año 2020, un 9,3% anual a nivel internacional, lo que significa que o actuamos pronto, o quedarán cada vez más y más puestos sin cubrir. Además, la automatización y la robótica vienen para quedarse y aunque se estima que muchos empleos tenderán a desaparecer, las máquinas traerán de la mano la creación de muchos otros puestos de trabajo cualificados. En este sentido, las habilidades de TI, una vez más, serán de las más solicitadas (piensen que alguien tiene que diseñar, programar y poner en marcha todas estas “máquinas”).

Si bien las políticas y programas de empleo juvenil deben ser transversales a todos los sectores, el área tecnológica es de gran prioridad por el gran volumen de empleo que genera y seguirá generando. Actualmente existen programas innovadores que crean y forman, en muy poco tiempo, profesionales altamente cualificados en las TI.  Es el ejemplo de los bootcamps de programación (coding bootcamps), formaciones intensivas de 3 a 6 meses de duración, donde los estudiantes salen preparados para trabajar de inmediato como desarrolladores de software junior. El proveedor del bootcamp es normalmente quien decide qué tipo de lenguaje de programación se enseñará a los alumnos, basándose en las necesidades del mercado y en los potenciales empleadores.

Son muchos los organismos e instituciones que están apoyando este nuevo tipo de formación, como es el caso del Banco Mundial o el Presidente de Estados Unidos, Barack Obama, aunque en España las opciones todavía son reducidas y se concentran principalmente en Madrid y Barcelona. Si bien este puede ser un negocio privado, algunos Gobiernos ya están poniendo el foco en los bootcamps, como, por ejemplo, la Alcaldía de Medellín (Colombia) a través de la Corporación Ruta N, donde han subsidiado parte del bootcamp para hacerlo accesible a toda la población. Es una forma rápida de integrar a jóvenes en el mundo laboral y cubrir así las necesidades de muchos emprendedores y empresas que no encuentran el talento humano que necesitan.

No se trata de quitar el trabajo a los ingenieros y tecnólogos, sino de complementar su labor y cubrir en un corto plazo este enorme hueco entre la oferta y la demanda de empleo, mediante una formación técnica intensiva y concentrada en las necesidades requeridas actualmente por el sector TIC.

Esta formación, en todo caso, debe ir complementada con el desarrollo de una actitud emprendedora. El objetivo no es que todos los estudiantes creen sus propias empresas, sino que la formación incluya también una parte de habilidades blandas (pensamiento crítico, resolución de problemas, inteligencia emocional…), para que estos sean capaces de crear por sí mismos una solución a los retos de las empresas que les van a contratar.

Muchos países ya están implementando este tipo de programas y las tasas de inserción laboral son superiores al 75%. El impacto de estas iniciativas es incontestable. ¿Serán estos bootcamps el inicio del cambio para combatir el desempleo juvenil?.

Muchas gracias Elene por compartir tu internacional experiencia en este post :-). Elene Allende Letona es consultora del Banco Mundial en Washington, D.C., donde asesora a Gobiernos en las áreas de empleo juvenil, emprendimiento e innovación, principalmente relacionados con las TICs. Licenciada en Administración y Dirección de Empresas por la Universidad de Mondragón, siempre ha ligado su carrera al mundo internacional. Anteriormente trabajó en países como India y Chile, y a día de hoy compagina su trabajo en el Banco Mundial con el desarrollo de su propio proyecto, buscando cambiar la forma en la que los jóvenes buscan e interactúan con el empleo. ¡No cejes en tu empeño Elene!, personas como tú son las que hacen que las cosas cambien.

La remunerafición empresarial

Businessman with Surfboard Going to the Beach

¿Es posible hacer de tu afición empresa?. Así lo confirma el crecimiento en el número de emprendedores que están convirtiendo su hobby en su fuente de ingresos. Profesionalizar tu pasatiempo de una manera seria y organizada, con un business plan viable que apoye esa necesidad vital, puede suponer un verdadero logro tanto en lo personal como en lo profesional. El reto consiste en integrar sostenible y eficientemente ese hobby profesional en las 24 horas del día y que te reporte un capital recurrente que permita financiar el resto de necesidades básicas.

Delante de un café y una agradable conversación tuve la oportunidad de conocer uno de estos casos (exitosos por cierto) en los que una afición deportiva ha permitido generar un proyecto empresarial de alto valor añadido. ASAKEN, una empresa especializada en trabajos verticales con cuerda y representada por la figura de Oskar Álvarez, gran aficionado a la montaña y en especial a la escalada. ASAKEN se fundó en el año 2005 y a día de hoy genera más de 70 puestos de trabajo realizando proyectos en diferentes sectores como la rehabilitación de infraestructuras, oil & gas y edificación sostenible.

Según Oskar:El deporte nos motiva, la aventura también, ¿y por qué no el trabajo?. Conseguir generar una empresa en la que nuestra actividad sea igual o más gratificante que el deporte y a su vez sirva de sustento económico, ese era nuestro objetivo. ¿Cómo lo materializamos en realidad?. Lo primero que hicimos fue centrar la atención en qué diferencias y similitudes existen entre eso que por lo general tanto rehúsan las personas, trabajo monótono y aburrido, y lo que tanto busca todo el mundo en forma de superación, actividad física e intelectual, posibilidad de conocer nuevas personas, nuevos lugares, en definitiva, ser parte activa de un proyecto ilusionante. A simple vista no parece complicado asemejar estos valores primarios con el trabajo, ya que en principio es (o debería ser) la esencia propia de la actividad vital. ¿Pero qué ha ocurrido?. ¿Cómo hemos llegado a ciertos modelos productivos actuales?. En muchos casos las personas viven una doble vida, la del trabajo asalariado (o alquiler de sus horas), y la otra vida, la del ocio, la destinada íntegramente a disfrutar y consumir lo generado en la fase trabajo. Y es precisamente esta dualidad vital la que hace difícil que prosperen dentro de las empresas las ideas de participación, compromiso, el sentir la empresa,… Sin tratar de indagar en los orígenes de estos modelos productivos: producción en masa, industrialización, fin del trabajo artesanal,… buscamos los puntos estratégicos que podrían hacer que nuestro trabajo se pareciese a una expedición de escalada o alpinismo, conseguir dar con estas claves y adecuarlas dentro de la organización. Perseguir el ideal de hacer siempre cosas que nos aporten como personas y como profesionales. Es algo que todavía no hemos conseguido al 100%, pero en ello estamos. Buscar el alto valor añadido, apostar por rotar al personal en proyectos diferentes, poner mucha atención en reunir un grupo humano con el que poder compartir momentos duros con una sonrisa, invertir mucho dinero en equipos y herramientas más cómodas y seguras, saber gestionar nuestros descansos, formarnos continuamente para poder conseguir ser polivalentes en obra y/o en oficina, no descuidar el desarrollo personal, saber compartir y celebrar el reconocimiento externo. Ese está siendo el éxito del proyecto ASAKEN. Lo que empezó como una afición deportiva se ha convertido en una verdadera ocupación profesional que tiene forma de empresa. Y así esperamos que siga evolucionando en un futuro, sin que pierda la esencia con la que se creó nuestra compañía, el amor por las alturas. Queremos seguir divirtiéndonos y disfrutando con lo que hacemos”.

En el mundo del emprendizaje coexiste la dicotomía sobre cual debe ser el objetivo de generar un nuevo negocio. Algunos sólo analizan criterios económicos, querer ganar mucho dinero, totalmente lícito pero difícil de conseguir. Otros en cambio tienen otras inquietudes y lo que buscan es poder dedicarse a lo que realmente les gusta, a su afición y poder vivir de ello dignamente en base a una remunerafición (la remuneración de la afición). La idea de profesionalizar tu hobby suena a priori fantásticamente bien, ¿verdad?. Además si te emociona lo que haces, en lo que trabajas, te resultará mucho más llevadero dedicarle el tiempo que haga falta para sacar adelante tu empresa. El problema a analizar es que una afición por lo general recae en nuestro ámbito temporal del ocio y al convertirlo en profesión, perderás ese espacio, esa delgada línea que une el trabajo con el hobby. Pero… ¿por qué no intentarlo?.

“Escoge un trabajo que te guste, y nunca tendrás que trabajar ni un solo día de tu vida”. Confuncio.

   

 

Los PILB y la élite del deporte

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Inauguramos este nuevo año 2016 con los mejores deseos y esperanzadores proyectos para tod@s. Además de con una excelente colaboración. Como gran aficionado al deporte, y en especial del fútbol, llevo un tiempo trabajando en un nuevo término, los PILB, acrónimo de “Player I would Like to Be” (Jugador que me gustaría ser). Con osadía y atrevimiento solicité ayuda y consejo a la psicóloga deportiva Patricia Ramírez para que me ayudara a testear profesionalmente este concepto ya que no sabía si realmente podría tener contenido. Patricia Ramírez es una de las mayores expertas en el área de la psicología deportiva en la actualidad y desde el año 1995 se ha dedicado a trabajar con deportistas nacionales e internacionales de máximo nivel. Ramírez ejerció además como psicóloga para la primera plantilla del Real Betis Balompié durante dos temporadas, en un ciclo que la entidad calificó de “altamente exitoso”. Por lo que me reitero, un verdadero lujo y placer compartir tan apreciada colaboración. Gracias Patricia por tu generosidad y por tu inestimable conocimiento.

La idea sobre el concepto PILB surgió al analizar la carrera futbolística de jugadores como Puyol, Pirlo, Xavi Hernández, Maldini, Seedorf, Ryan Giggs,… Deportistas, a priori, “mayores de edad” para la práctica profesional del fútbol. A pesar de haber sobrepasado con creces la treintena han demostrado (y lo siguen haciendo algunos) que con mentalidad ganadora, sacrificio a nivel físico y unos valores personales y profesionales intachables pueden superar incluso los umbrales máximos que poseían en su etapa de veinteañeros. Mención especial merece la más que destacable actuación del jugador del Athletic Club de Bilbao, Aritz Aduriz. A punto de cumplir 35 años (11 de febrero de 1981) está firmando un primer tramo de temporada espectacular, tanto por número de goles como por juego desplegado. Demostrando un arrojo y una emoción hacia el fútbol comparable a sus épocas de juvenil. Increíble. Quizás al reconocer humildemente que no le quedan muchos más años en la élite profesional quiera disfrutar más si cabe sintiéndose parte tractora del equipo. Mostrando así el camino a los más jóvenes, como una responsabilidad social y deportiva adquirida hacia ellos, hacia su Club e incluso hacia la propia sociedad.

Lezama, la cantera del Athletic Club de Bilbao, y La Masía del Fútbol Club Barcelona son claros ejemplos de que educar en valores desde las primeras etapas formativas del futbolista es fundamental para concebir futuros PILB. El desarrollo del talento, la emocionalidad, la creatividad florecen en espacios donde la singularidad del individuo se tiene en consideración y se valora. La realidad del deporte nos ha enseñado que los deportistas de élite deben estar preparados física y mentalmente para afrontar y superar los diferentes retos que van a ir surgiendo a lo largo de su carrera profesional. Por lo que resulta clave educar desde la complejidad atendiendo a la especificidad de cada futbolista ya que el desarrollo personal y deportivo son facetas indivisibles de un mismo crecimiento (palabras de Jose Mari Amorrortu, director deportivo del Athletic Club). Hay que disponer de una visión del deportista a largo plazo. Una formación específica en valores identifica al futbolista y al propio Club. Valores que van a conformar una seña de identidad y una marca país reconocible a todos los niveles. Como se aprecia en el caso paradigmático del Fútbol Club Barcelona y del Athletic Club de Bilbao, equipos respetados, admirados, y generadores de grandes personas y deportistas. Ese debe ser el camino a seguir.

No sólo la edad distingue a este colectivo denominado PILB, sino su carácter ganador, su perseverancia, sus valores personales, su ética profesional, su responsabilidad, su compromiso para con la sociedad y ante las nuevas generaciones. Conocen su poder mediático y lo utilizan para el bien. Son el reflejo y la esencia de la élite deportiva y serán por siempre recordados además de como excelentes players como grandes referentes sociales. El espíritu Puyol vs El ruido mediático del fútbol. 

La fortaleza mental juega un papel esencial y es distintivo de este grupo de deportistas. Son líderes tanto dentro como fuera del campo y actúan como tal. Carismáticos y brillantes estrategas, la mayoría de los PILB deciden continuar su carrera profesional como entrenadores o en puestos que generan valor dentro de sus equipos. Potenciar las variables psicológicas ayuda y es acicate para mejorar y prolongar la ejecución deportiva. Sin duda.

Tras contrastar esta idea conceptual con Patricia Ramírez llegamos a las siguientes conclusiones en formato de DECÁLOGO DEL PILB:

  1. La edad no es un impedimento, no debe ser una barrera para la práctica de tu actividad profesional.
  2. Sé tu mejor versión en cada momento, aunque sepas que no puedas conseguir la victoria.
  3. Ayuda a los más jóvenes como un día te ayudaron a ti.
  4. Comparte tu conocimiento. Comprométete con la sociedad.
  5. Analiza en perspectiva. Conciencia vs Consciencia.
  6. Sé humilde. El deporte forja personas para la vida.
  7. La victoria es el camino no el fin. Que te reconozcan más por tu comportamiento que por los trofeos que levantes.
  8. Respeta al contrario, al resto de players. No son tus enemigos.
  9. La educación, la salud, la cultura conviven contigo y te harán superarte.
  10. Que predomine en ti el sentido de equipo, sus intereses están por encima del lucimiento personal.

Este ejemplo de player que recoge el concepto PILB se podría extrapolar a otros deportes y disciplinas. El más que conocido retorno de Michael Jordan al baloncesto, el 21 de febrero de 2003, en el que se convirtió en el primer jugador de la NBA en anotar más de 40 puntos con 40 años. Qué decir del admirado alpinista español Carlos Soria, que con 76 años sigue inmerso en una increíble lucha, conquistar los 14 ochomiles de la tierra. De momento le faltan 3: Anapurna, Kanchenjunga y Dhaulagiri. Y por último y no menos importante el caso de Jeannie Longo. Ciclista profesional francesa recordada por su naturaleza altamente competitiva y su longevidad en el deporte. En junio de 2011 sumó su 58º título nacional, al proclamarse campeona de Francia en contrarreloj con 52 años. Todos ellos significativos casos de superación tanto en lo profesional como en lo personal. Esperemos que de aquí a unos años podamos dar nuevos y mejores ejemplos de la generación PILB, eso sería sintomático de que el deporte y por ende nuestra sociedad sigue avanzando hacia un estadio mejor, más evolucionado.

Y para finalizar una última reflexión… ¿Por qué no trasladar este filosofía PILB al mundo empresarial?. El valor no está en la edad sino en nuestra actitud ante la vida.

2035 Y LA NECESIDAD DEL LARGO PLAZO

Back-to-the-Future-Title-CardMuchas de las malas noticias que vemos a diario en los medios de comunicación son la consecuencia directa de no dirigir pensando en el largo plazo. Me refiero a hechos como la crisis de los refugiados, los atentados yihadistas del pasado mes de noviembre en París, el de California en Estados Unidos, o el reciente ataque a la embajada española en Kabul que ha costado la vida a dos policías nacionales. Nada de esto ocurre por casualidad.

Una de las lecciones que aprendieron los gobernantes en la Segunda Guerra Mundial fue que solo habría paz duradera en el continente si existía, al mismo tiempo, prosperidad económica y un reparto más equitativo de la riqueza. Así, en las décadas posteriores tras la finalización del conflicto bélico, se pusieron en marcha ambiciosos programas de reconstrucción y desarrollo (con una gran aportación económica estadounidense a través del “Plan Marshall”), de los que también se beneficiaron Alemania e Italia, los países perdedores.

Es decir, hubo una clase política que pensó en un horizonte temporal que excedía, con mucho, de la duración de su mandato. Otro elemento importante que permitió el crecimiento económico prolongado fue la creación de la CECA (Comunidad Europea del Carbón y del Acero) en 1950, germen de lo que hoy es la Unión Europea. El objetivo era crear un mercado común, suprimiendo aduanas y buscando la libre circulación de productos dentro del territorio de los estados firmantes. Como consecuencia, se mejoró la producción del carbón y del acero, se intensificó el comercio entre los países miembro y se relanzó la industrialización en el territorio. La clase media europea creció de manera sensible. Europa ha vivido, desde entonces, el mayor periodo de paz de su historia.

Por desgracia, nuestros actuales gobernantes han olvidado las enseñanzas de sus predecesores. Hoy no se piensa en el largo plazo. El criterio general utilizado a la hora de tomar una decisión ante cualquiera de los graves problemas que se presentan es el de ganar tiempo. Después ya se verá lo que ocurre.

Veamos un ejemplo. Después de los atentados del 11-S, Estados Unidos, junto con el apoyo de varios países europeos, decidió intervenir militarmente Afganistán para derrocar el régimen talibán y capturar a Bin-Laden, máximo responsable de Al-qaeda. Expulsar a los talibanes del gobierno fue relativamente fácil, pero la situación en el país no se estabilizó, por la sencilla razón de que no había un plan para el día después. No contentos con tener un frente abierto, dieron inicio a la invasión de Irak. En esta ocasión, además, se utilizó un pretexto falso, el de la existencia de armas de destrucción masiva. Se eliminó a Sadam Husein. Y de nuevo, no había un plan para el día después. Irak es hoy, un caos, con parte del territorio dominado por el “Estado Islámico”.

En Siria se acometió una operación de derribo del dictador Bashar Al Assad, solo que esta vez, en lugar de enviar tropas propias, las potencias occidentales decidieron armar a los grupos opositores. En este país, para complicar aún más la situación, también participa Rusia, apoyando al dictador aún en el poder. El “Estado Islámico” se ha hecho con el control de parte del territorio. El resultado: un auténtico drama que ha hecho que cientos de miles de personas huyan del país en busca de un lugar más seguro.

Podríamos hablar también de Yemen, Mali o Libia. Son países que están sufriendo conflictos bélicos y donde no se vislumbra una solución de paz a corto plazo.

Como decía al principio, las cosas no ocurren por casualidad. La crisis de los refugiados o los atentados yihadistas son consecuencia de esta forma equivocada de actuar de manera cortoplacista. Estos problemas se han agravado, y nuestros dirigentes responden de la única manera que saben, es decir, ganando tiempo hasta la próxima legislatura.

Europa ha ofrecido a Turquía 3.000 millones de euros y la promesa de facilitar su ingreso en la UE a cambio de que los turcos se queden (y gestionen) en su territorio el grueso de desplazados por el conflicto de Siria. Y Francia, en respuesta a los ataques sufridos recientemente, está liderando una coalición para bombardear el territorio ocupado por el “Estado Islámico” en Siria e Irak. Hay serias dudas sobre la efectividad de estas acciones. Veremos.

Plano económico

En el plano económico ocurre otro tanto. Tras el estallido de la crisis de 2007, la respuesta de los mandatarios mundiales ha consistido en ganar tiempo, inyectando miles de millones de dólares y de euros al sistema. Estos estímulos no han llegado a lo que se conoce como la economía real. Se ha creado una burbuja monetaria jamás vista anteriormente. Hay temor a lo que ocurra en el momento en el que haya que retirar estos estímulos. El panorama está lleno de incertidumbres y son muchos los factores que pueden desencadenar, de nuevo, el pánico en los mercados internacionales, y por lo tanto, un nuevo parón económico.

El caso español

Se acaban de celebrar elecciones generales en España (con ingobernables resultados en el #20D) y la composición del Parlamento ha sufrido un cambio radical debido a la incorporación de nuevos partidos políticos. Ahora empieza la negociación para formar gobierno. Los candidatos han lanzado propuestas y promesas de manera continua durante la campaña. Sin embargo, ninguno de ellos ha hablado de cuál tiene que ser la España del 2035.

Si estableciéramos un símil deportivo, podríamos decir que la discusión está centrada en las reglas sin haber definido a qué jugamos (¿fútbol, baloncesto, waterpolo…?). Es decir, ¿cuál va a ser el motor que tire del progreso económico en los próximos 20 años?. ¿La construcción?. ¿El turismo?. ¿La nanotecnología?. Y en consecuencia, ¿qué acciones hay que llevar a cabo para posibilitar el cambio?.

España es un país que tiene todo para ser una potencia económica y jugar un papel mucho más relevante en el panorama internacional. Disfruta de una situación geográfica privilegiada, un clima amable, un nivel de infraestructuras muy desarrollado (carreteras, ferrocarriles, puertos, aeropuertos, telecomunicaciones,…). Y lo más importante, tiene un tejido profesional suficientemente formado y capacitado para poder competir con garantías en un mundo globalizado.

Sin embargo, hay un gran déficit de liderazgo, tanto en el ámbito público como en el privado. Como remarcaba anteriormente, no he visto aún un solo candidato que hable en términos de largo plazo sobre el futuro del proyecto país.

Y en el sector privado, por desgracia, vemos que el estilo habitual de dirección de las grandes empresas es dictatorial y cortoplacista. El reconocimiento profesional y la meritocracia brillan por su ausencia. El resultado es que es raro encontrar una empresa española que ocupe una posición puntera a escala mundial en cualquier sector.

Conclusiones

En este post podemos ver varios ejemplos de los perjuicios que acarrea el realizar la función directiva de manera cortoplacista. Sin embargo, hay una diferencia entre un país y una empresa. El primero no va a desaparecer nunca, aunque sea perdurará como esencia. Por muy deprimido que pueda llegar a estar, siempre tendrá la oportunidad de resurgir, aunque para ello quizás deba esperar muchos años. Una empresa, por el contrario, tiene muchas posibilidades de termina por desaparecer.

Pero también tenemos el ejemplo contrario, el de los beneficios que se pueden obtener por hacer un ejercicio de reflexión, de pensar en el largo plazo. Y uno de los casos más paradigmáticos es el de la transformación de Bilbao. En los años 70 y en los 80, en el siglo pasado, la villa bilbaína sufrió un importante declive tras la desaparición de ocho grandes grupos empresariales de clase mundial. En 1991 se fundó la asociación “BM30: Bilbao Metropoli-30”, lugar de encuentro de las instituciones públicas (gobierno vasco, diputación de Vizcaya y los 30 municipios pertenecientes al Bilbao metropolitano) y empresas y entidades privadas. El cometido de la asociación era, según su propia definición, “realizar proyectos de planificación, estudio y promoción, dirigidos hacia la recuperación y revitalización del Bilbao Metropolitano, definido como una realidad social y económica sin unos límites geográficos precisos y cuya existencia se ha proyectado por todo su entorno regional e internacional”.

Cualquier persona que conociera el Bilbao de antes y el de hoy verá los frutos de este trabajo. La asociación sigue funcionando activamente en la actualidad, realizando propuestas para seguir orientando la transformación que todo organismo (un territorio, una institución, una empresa,…) tiene que practicar de manera continua para adaptarse a los cambios que sufre el entorno en el que se mueve.

Considero imprescindible para toda organización hacer un ejercicio de visualización del futuro que le espera en un plazo de 20 años. Es difícil saber lo que va a ocurrir en tan largo periodo de tiempo pero esta inversión, esta reflexión mirando al futuro marcará el éxito o no de una sociedad. Este trabajo servirá asimismo para tener un papel protagonista ante esos cambios a los que habrá que hacer frente, y la empresa tendrá mayor capacidad de adaptación, que en el fondo es lo que determina su supervivencia a lo largo del tiempo.

 Mil gracias por su colaboración en este post a Julen Basagoiti/@jbasagoiti

20-D y la supremacía del Big Data

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La analítica y explotación de los datos a través del famoso Big Data se está haciendo un hueco cada vez mayor en el argot y en las prácticas empresariales de hoy en día. En esta ocasión cuento con la experiencia y visión de Jon González Zabala, consultor especialista BI en la empresa vasca LKS, que nos hace una excelente reflexión sobre esta temática:

Hace no muchos años yo mismo me cuestionaba acerca de qué era eso del Business Intelligence (BI) o inteligencia de negocio. De una forma resumida podemos afirmar que las tecnologías de BI permiten transformar los datos en información y la información en conocimiento, optimizándose de este modo la toma de decisiones. Es indudable que este manejo de conocimiento exhaustivo va a repercutir directamente en la rentabilidad y en la eficiencia de la empresa. Como dijo aquél la información es poder, y si es un poder focalizado se convertirá en facturación.

En estas últimas décadas las nuevas tecnologías e internet han cambiado muchos paradigmas, incluso la forma en la que se relacionan las personas y las empresas. Pero para comprender este tipo de interacciones, la analítica de datos es uno de los pilares fundamentales. Son muchas las empresas que a día de hoy invierten cantidades ingentes de dinero en implantar sistemas decisionales en sus organizaciones. La coyuntura económica actual nos obliga, más si cabe, a ser mejores, más eficientes, a obtener más con menos, para dibujar una radiografía precisa y actualizada del estado de nuestra organización. Esto resulta clave para colocarse en una posición privilegiada ante los competidores, algo indispensable para sobrevivir en este revuelto y cambiante mercado.

Entrando más en el terreno podemos indicar que existen diferentes tecnologías para desarrollar un proyecto de BI: QlickView, IBM Cognos, Microsoft BI, Microstrategyy es tremendamente importante a la hora de abordar un proyecto de estas características, conocer las ventajas e inconvenientes de cada una de ellas, para así, poder elegir la opción que mejor se adapte a la organización. Las tecnologías de Business Intelligence tradicionales, son maduras y con años de recorrido, pero, ¿qué es lo que nos deparará el futuro y que van a demandar cada vez más las empresas?. La respuesta, sin temor a equivocarme, es el Big Data.

Los datos y el control de la información van a ser, si no lo son ya, el petróleo del siglo XXI. A diario en el mundo se generan 2.5 trillones de bytes de información, lo que coloquialmente conocemos como “muchísima información”, además se prevé que esta evolución irá en aumento. La mayor virtud de Big data, trending topic actual, es que permite almacenar grandes cantidades de datos para posteriormente ser analizados. Mediante algoritmos estadísticos se pueden predecir patrones ocultos que pueden ayudar a la eficiencia de las empresas. Es este sentido, se ha creado un nuevo perfil profesional llamado data scientist o científico de datos. Este perfil experto requiere de habilidades en informática, matemática, estadística, conocimiento de negocio y se prevé una profesión clave muy demandada en el futuro.

Llegados a este punto, seguro que la pregunta que muchos os estáis haciendo es la siguiente, ¿son proyectos para macro empresas, o realmente las pequeñas y medianas empresas pueden beneficiarse de estas tecnologías?. Desde LKS, empresa en la que actualmente trabajo, estamos realizando proyectos de Big Data orientados a empresas industriales medianas. El objetivo es optimizar los procesos productivos, para ello, se analizan millones de datos obtenidos de diferentes sensores. Después se aplican diferentes algoritmos y de esta manera determinamos cuales son los patrones comunes que hacen que las piezas salgan defectuosas. Una vez ajustadas las máquinas con la información recibida, se consigue disminuir el número de defectivos aumentando notoriamente la eficiencia de la empresa.

Parafraseando a Winston Churchill: “Es mejor evitar predecir de antemano, porque es mucho más fácil hacerlo a posteriori‘”. Los tiempos y las necesidades van evolucionando, y empresas como Google y Amazon ya utilizan Big Data para ser más productivos. En el caso de Amazon, son capaces de recomendarnos productos en función a nuestros gustos y se dice que, en el futuro, podrán predecir cuáles serán los productos que compraremos antes incluso de hacerlo. Google en cambio, ha apostado por el ámbito de salud. En primera instancia van a recoger datos suministrados por los usuarios mediante pulseras inteligentes, datos meteorológicos, datos geo-posicionados, búsquedas realizadas en Google… y conectar todos los conjuntos de datos para obtener conclusiones de hábitos personales que nos ayuden a tener una vida más saludable mediante recomendaciones. Otro sector que apuesta por la innovación es mundo del deporte. Recientemente hemos conocido que el Fútbol Club Barcelona también ha implantado de la mano de Telefónica un sistema que le permite conocer más en detalle los patrones de juego de los equipos rivales para mejorar los movimientos de sus jugadores.

Son proyectos muy ambiciosos, pero ¿realmente funcionan?. Los casos de éxito más impactantes que confirman esta teoría son el uso de Big Data en las campañas electorales del actual presidente de EEUUBarack Obama. A pesar de ser una incógnita la cantidad de datos que llegaron a procesar desde Twitter, Facebook, foros, prensa, encuestas… la revista estadounidense Times, tras su posterior victoria electoral, elaboró un informe para ofrecer pequeños matices de cómo el Big data ayudó notablemente en dicha victoria. No cabe duda de que el Big Data, en una batalla oculta de guerrillas, va a provocar una revolución electoral el próximo 20-D. La mayoría de los votos clave que pueden decantar unas elecciones no se consiguen mediante complejos y sofisticados métodos. Basta recurrir a técnicas como el envío de cartas apartidistas o a conversaciones puerta a puerta con ciudadanos sobre su intención de voto. Recogida toda esta información, siempre que sea correctamente filtrada de las diversas fuentes, concederá a los gurús electorales el poder de conocer casi a la perfección el perfil del votante y sus comportamientos e intenciones. El valor añadido de este análisis facilitará, a posteriori, dirigir y definir las campañas de comunicación segmentándolas por perfiles y preferencias políticas. “Mediante modelos estadísticos, la información se puede usar para sacar conclusiones sobre votantes pese a que el equipo de campaña nunca haya hablado con ellos. Y puede predecir a qué candidato es más probable que voten”, afirma el periodista Sasha Issenberg, autor de The Victory Lab, libro de cabecera sobre la revolución de las estrategias electorales.

Llevamos tiempo escuchando que el futuro es el Big Data, mucho tiempo. Lo que antes veíamos como ciencia ficción hoy son proyectos y aplicaciones reales. Tenemos que estar preparados para afrontar lo que considero será la cuarta revolución industrial: el Internet de las cosas. Ascensores, edificios, móviles, coches, smartwatch, google glass, quirófanos, empresas… todo va a estar conectado a Internet, generando un volumen titánico de datos. Saber cómo almacenar y convertir esa información en conocimiento será el reto que nos deparará el Big Data.

Una de las personas más influyentes y visionarias a nivel tecnológico de este siglo, Steve Jobs, dijo: La innovación es lo que distingue a un líder de los demás. La pregunta que lanzo al aire es: ¿Están nuestras empresas preparadas para liderar este cambio?.

Inglatierra de Oportunidades

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En esta ocasión me gustaría dar voz nuevamente a los jóvenes, grandes damnificados de la mala praxis de nuestros gobiernos en la gestión de este interminable “período de recesión”, que decían algunos… Cuento con el testimonio de Unai, un joven periodista que acertadamente, ha decidido pasar una etapa de su vida en Inglaterra. Primeramente para perfeccionar su nivel de inglés (el eterno hándicap de nuestro entorno laboral por cierto) y segundo para recibir las primeras pinceladas del mundo profesional. El título del post ya lo indica, además de como fuente inagotable de experiencias, Inglaterra propone una interesante capacidad de empleabilidad e innumerables oportunidades de trabajo que bien canalizadas pueden complementar y fortalecer nuestro pasaporte vital y profesional. Gracias Unai por mostrarte dispuesto a colaborar y a compartir tu historia de joven inquieto. Adelante:

“Me presento. Me llamo Unai Sarriugarte, graduado en periodismo por la Universidad del País Vasco (UPV/EHU), y soy uno más de los muchos jóvenes españoles a los que les ha tocado dejar atrás a familia y amigos para ir en busca de un futuro laboral más próspero. Tras finalizar los estudios universitarios realicé unas prácticas de 4 meses en el departamento de comunicación del hospital de Basurto en Bilbao. Dada la dificultad para desarrollar mi carrera como periodista en el entorno cercano, algo más que limitado, decidí tomar las riendas de mi futuro y empecé a valorar ofertas de empleo en el extranjero. Detecté como prioritario mejorar mi capacidad idiomática (el inglés principalmente) y por eso decidí centrar mi búsqueda en Inglaterra.

Unos amigos me recomendaron ponerme en contacto con agencias especializadas en la búsqueda de empleo en el extranjero y así lo hice. Tras telefonear y visitar varias de estas agencias empecé a colaborar con Oxonnet, agencia inglesa con gran expertise en hostelería (hoteles, restaurantes y bares). Mi prioridad era encontrar un trabajo como periodista, pero dado que mi nivel de inglés no era del todo bueno, decidí aceptar una oferta en el mundo de la hostelería. Los objetivos a alcanzar con este empleo eran entre otros: mejorar mi inglés, conocer una nueva cultura, un nuevo país y poder ahorrar algo de dinero conociendo de primera mano el mercado laboral. A día de hoy puedo afirmar que he cumplido con creces estos 3 retos iniciales.

Finalmente conseguí un empleo como camarero en la cadena de hoteles británica Warner Leisure Hotels. Me enviaron a un hotel de 4 estrellas situado en un pueblecito llamado Hungerford, a unos 100 kilómetros de Londres. He de reconocer que estaba asustado e ilusionado a partes iguales cuando crucé el lobby del hotel por primera vez… El alojamiento y la comida que se ofrece al staff no es de lo más cómodo ni de lo más apetecible pero ya iba mentalizado que tenía que sobreponerme a este tipo de impedimentos. No iba a permitirme cualquier tipo de queja. El salario para ser Inglaterra tampoco es nada del otro mundo, minimun wage: 6,70 libras la hora si eres mayor de 21 años. La diferencia abismal llega cuando comparamos este salario con el salario mínimo por hora en España, fijado en unos 5 euros, frente a los cerca de 10 euros de salario mínimo en Inglaterra. Por no hablar de las famosas propinas, más conocidas en Inglaterra como tips. Un buen mes un camarero puede llegar a ganar unas 300 libras en propinas, una inyección económica muy notable a final de mes. En España no hay costumbre de dejar propina pero en Inglaterra está muy socializada está acción, e incluso está mal visto no dejar esta “remuneración voluntaria” como señal de gratitud por los servicios recibidos.

En muchas ocasiones se hace duro dejar atrás toda una vida para recalar en ambientes que son totalmente desconocidos para nosotros, pero nadie dijo que sobrevivir en pleno siglo XXI fuese fácil, ¿verdad?. Adecuarse a la cultura, a las tradiciones y a las personas de otros países cuesta y mucho. Hay que desarrollar esa capacidad de tolerancia y adaptación de la que tanto nos hablan. Otra cualidad imprescindible que he podido comprobar es la paciencia, ya que tenemos que dejar de lado la cultura del aquí y ahora, para abrir camino al observar, reflexionar y actuar.

Inglaterra es un país que ofrece innumerables posibilidades de empleo. La tasa de paro en Inglaterra está fijada en torno al 7 por ciento, muy por debajo de la de España, que está en torno a un 23 por ciento. Es decir, que si decides trasladarte a Inglaterra con la intención de trabajar, el ratio de posibilidades de encontrar un empleo son infinitamente más altas que en España. Sobre todo en el sector de servicios y de la hostelería. En el tiempo que llevo aquí he recorrido unas cuantas ciudades como Oxford, Reading e incluso Londres y las ofertas de empleo están latentes en cada rincón o esquina de estas ciudades.

Empecé trabajando en el restaurante del hotel a principios de Octubre de este año. No todo es fácil y de color de rosa, para nada. Cansado del egoísmo y las malas formas de parte de la plantilla del restaurante, del estrés del servicio y de la antipatía hacia mí de algunos de mis clientes al de un mes solicité el traslado para trabajar en el bar del hotel. Puesto de trabajo en el que al contrario que en el restaurante, me siento muy cómodo y respetado. Si de algo me está sirviendo esta experiencia es para cerciorar que las relaciones entre las personas son la base de cualquier trabajo.

Dentro de un mes finalizará la experiencia laboral en este hotel británico y tendré que valorar, nuevamente, cual va a ser mi siguiente paso. Mi mejora en el inglés desde que estoy aquí ha sido notable. Me veo mucho más suelto y relajado a la hora de hablar y entiendo más o menos bien a casi toda la gente. Por lo que, si os veis con la necesidad de aprender inglés, os animo a todos a buscar un trabajo en Inglaterra. Otra de las cosas que he podido detectar es que los entornos laborales son un buen mecanismo y una buena herramienta para poder mejorar en el uso y en el aprendizaje de una nueva lengua.

Las expectativas de volver a Inglaterra el próximo año a trabajar son muy altas. Pero está vez intentaré buscar un trabajo algo mejor remunerado, ya que existen posibilidades reales de que lo encuentre. Además intentaré moverme a una ciudad donde haya algo más de vida que en el pueblo en el que estoy. Porque no todo es trabajar.

Esta es mi breve historia en Inglaterra. Espero que sirva como ejemplo porque a título personal puedo decir sin ninguna duda que ha sido una experiencia increíble (con cosas buenas y malas, pero la vida consiste en esto, ¿no?). Inglaterra está abierta a vosotros si el día de mañana queréis venir a trabajar aquí. La cuestión es: ¿Estáis dispuestos a dejar atrás vuestras vidas para disfrutar de una vivencia inolvidable?. Espero que la respuesta sea un mayúsculo.”

KNOWMADS: LOS TRABAJADORES DEL FUTURO

KNOWMADS

Knowmad. Este novedoso concepto que empieza escucharse con fuerza en el argot empresarial es un neologismo que combina y maximiza las palabras know (conocer,saber) y nomad (nómada). Concentra las características que ha de tener un trabajador en el contexto actual para hacer frente a los retos profesionales de futuro, convirtiéndose en un nómada del conocimiento. La definición fue creada en el año 2011 por el experto en mercado laboral John Moravec, fundador de Education Futures, para definir a los trabajadores nómadas del conocimiento y de la innovación. Knowmad hace referencia a un nuevo perfil de profesional que ha de ser principalmente innovador, imaginativo, creativo, capaz de trabajar en colaboración con casi cualquier persona, en cualquier momento y lugar. Un knowmad es valorado por su conocimiento personal, lo que le proporciona una ventaja competitiva con respecto a otros trabajadores menos adaptados al entorno. Además debe ser autodidacta en esta sociedad 2.0 nutriéndose y aprovechando el potencial del conocimiento proveniente de internet y de las nuevas tecnologías, principalmente digitales.

Raquel Roca (a la que agradezco enormemente su colaboración en el presente post) es la autora del libro ‘Knowmads, los trabajadores del futuro’ además de profesora del Postgrado de Experto en Marketing Digital del IEDE Business School y del Master en la Gestión del Talento en la Era Digital de LaSalle International Graduate School & LIDlearning. Una experta en la materia vamos. @Raquelroca (su perfil en Twitter) señala que “no es una moda, ni un término pop-up que nace, eclosiona y rápidamente muere. A la palabra knowmad le pasa como a millenial, sirve para designar algo, pero lo que le mantiene y mantendrá en el tiempo es la riqueza de contenido y masa real que tiene detrás”. Además sostiene que todo aquel que viva en esta era está llamado a desarrollar una serie de destrezas y habilidades para desenvolverse en un mundo “hiperconectado e hiperdigitalizado”. Aquellos que no empiecen a practicar estas destrezas quedarán fuera del mercado laboral, o así lo atesoran los defensores de esta corriente. También las empresas que no se hayan puesto manos a la obra para gestionar a estos perfiles corren el peligro de ser menos competitivas. Raquel Roca es así de tajante para definir a estos profesionales “sociables y sociales a los que les gusta expandir el conocimiento -en red- y que están preparados para aprender -o desaprender si hace falta- de un modo no convencional”. Roca afirma que “el conocimiento es el valor añadido de estos trabajadores, el nuevo capital que les va a asegurar su empleabilidad. Y no se trata de un perfil laboral, es una actitud que puede adoptar cualquiera y en cualquier etapa de su vida”.

Lo que determine el futuro de una persona no dependerá del entorno geográfico de nacimiento, ni de crecimiento, sino de las ganas que cada uno tenga de progresar en el mundo laboral. Se entra de este modo en la era de la meritocracia donde las capacidades de las personas pueden florecer por sí mismas y ser valoradas con criterios objetivos. La digitalización, un cambio en el modo de vida y en la forma de trabajar son algunos de los factores que están impulsando la proliferación de los knowmads que, según Raquel Roca, representarán el 45% de la fuerza laboral en 2020. “Van a ser tantos que las empresas no van a tener más remedio que adaptarse a ello si quieren mantenerlos. Tienen que aprender a tratar al knowmad de la misma manera que a los trabajadores de plantilla, porque se trata de una fuerza laboral que va a iniciar su propio cambio”, asegura esta experta, quien conoce experiencias piloto en empresas del Ibex 35, “otra cosa es que puedan implementarlo. Son plenamente conscientes de que este cambio está basado en la responsabilidad y la confianza, que sólo funciona si los mandos participan como uno más”. Asimismo Google estima que en el año 2020 casi toda la población del mundo estará conectada a internet. Y es ahí, en ese contexto, donde los mismos expertos dibujan el perfil de un nuevo profesional: el knowmad.

Un estudio elaborado por el banco ING-DiBa predice que en solo dos décadas los robots coparán 18 millones de empleos en Alemania, cerca de la mitad del total. El desarrollo de la robótica permitirá a la industria reemplazar el 59% de los puestos actuales de trabajo por robots, parece ser que más productivos y rentables que los humanos. Sin embargo, por mucho que avance y progrese la tecnología hay cosas que las máquinas nunca van a poder ser capaces de hacer, y esto tiene que ver con los trabajos creativos, la innovación, la resolución de problemas, la emocionalidad… Aquí entra en juego el conocimiento. O lo que es lo mismo: la comprensión de datos e información, siempre puesta al servicio de la innovación y de la imaginación.

¿Pero qué es lo que caracteriza a un knowmad? Varios expertos, con Moravec a la cabeza, han dibujado una serie de características, en lo que denominan pasaporte de habilidades:

  • No tiene una edad determinada.
  • No entiende su trabajo como un trabajo, disfruta con lo que hace para ganarse la vida, y lo integra como una actividad más de su quehacer cotidiano.
  • Inventivo e intuitivo, es un generador de ideas. Es una persona imaginativa, sabe buscarse la vida, los recursos.
  • Está alfabetizado digitalmente.
  • Transforma la información en conocimiento y la comparte.
  • Le importan las personas, porque encarnan el conocimiento, lo generan, aumentan, mejoran y lo enseñan.
  • Utiliza la información abierta y libremente.
  • No entiende de fronteras.
  • Tiene una gran capacidad para adaptarse y resolver problemas.
  • Es un creador de redes, siempre conectando a personas, ideas, organizaciones…
  • Asume que el aprendizaje es para toda la vida.
  • No le asusta la experimentación ni el fracaso.
  • Es responsable de sí mismo.

Al contrario que el millenial (nacido entre 1981 y 1995), no tiene edad, cualquier persona está capacitada para tener mentalidad nómada. Tampoco entiende su trabajo como trabajo, entiende lo que hace como una ocupación que le gusta, no como un medio para ganar dinero, y lo que hace forma parte de su vida. Busca la satisfacción por encima de todo. Es un generador de ideas, tiene recursos para salir adelante en cualquier situación. Además de imaginativo tiene la capacidad de transformar todo aquello que imagina en ideas productivas. Eso sí, ese sentimiento de libertad hace que no le guste recibir órdenes.

El knowmad domina las nuevas tecnologías, comprende su funcionamiento y las aprovecha en su beneficio, ya que aprende continuamente de ellas. Una de sus principales habilidades del knowmad es que transforma la información en conocimiento y la comparte abiertamente, es una especie de antena tecnológica que avisa sobre lo que está sucediendo. Maneja con soltura las redes sociales y, por tanto, comparte información, lo que le hace estar siempre al tanto y alerta de lo que sucede en el mundo. Sabe que el talento y el éxito dependen de esa pertenencia a redes del conocimiento. Al contrario de lo que puede parecer, no es un ermitaño, al que le guste la soledad: le puede gustar trabajar en solitario (desde cualquier lugar, una cafetería, una playa o la misma oficina), pero le importan las personas. Sabe que son importantes, porque generan conocimiento y oportunidades.

Tiene además una gran capacidad para adaptarse, para resolver problemas, es una persona, profesional, muy versátil y competente porque gracias a esos conocimientos puede hacer frente a todo tipo de conflictos. Cree firmemente en que el aprendizaje es para toda la vida (longlife learning), sabe que siempre tendrá que estar formándose por distintas vías (universidad, escuelas de negocios, internet, libros, vivencias de otras personas…). “Al asumir este hecho es capaz de aprender y desaprender con más facilidad en función de sus inquietudes o de las necesidades que vayan surgiendo”, explica Raquel Roca en su libro. Y es esta capacidad para actualizarse lo que le convierte en un profesional adaptable y moldeable, perfecto para los entornos laborales en donde prima la diversidad y la innovación constante. Son capaces de convertir su talento en el mejor activo.

No le asusta el fracaso ni experimentar, lo que no está exento de errores. Los asume, aprende de la experiencia y avanza. Otra de las características de los knowmad, y una de las más importantes, es que es responsable de sí mismo. Por lo tanto, líder de él mismo, que no espera que sean otros, “la empresa, el Estado, la sociedad… los que vengan a buscarle”, explica la autora Raquel Roca. No deja en manos de terceros su futuro profesional.

Este perfil profesional funciona como Google y Gmail: organiza y agrupa. Ésta es la clave, no la cantidad de proyectos sino la de conexiones entre unos y otros, buscan conexión para ser más productivos, menos es más. No duplican, agrupan. Por lo que estos nuevos profesionales a los que podríamos definir como vinculadores de oportunidades ya se están haciendo un hueco en nuestra sociedad. ¿Te atreves a ser un knowmad?. 

 

¿YO? ¿EMPRENDEDOR?

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¿Yo? ¿Emprendedor?. Quizás muchos de vosotros y vosotras nunca os hayáis planteado esta pregunta ya que los pensamientos habituales desde que finalizamos nuestros estudios están más enfocados a trabajar por cuenta ajena en una gran empresa. Lo que intentaré transmitir en estas líneas es que el emprendizaje es una oportunidad real de generar opciones laborales exitosas en el marco empresarial actual.

Mi caso fue así, con 26 años quise formalizar junto a dos socios lo que empezó siendo un pasatiempo para convertirlo en un verdadero proyecto empresarial. Éramos un equipo promotor proveniente de diferentes disciplinas y a posteriori este mix de conocimiento y capacidades resultó ser una de las claves del éxito de nuestro proyecto. Constituimos así pues TAPQUO, una start up de base tecnológica especializada en el desarrollo de aplicaciones móviles bajo la tecnología HTML5. Yo como licenciado en ADE me centré sobre todo en tareas de gestión y desarrollo de negocio. Todavía recuerdo esas primeras reuniones de grupo cuando les transmitía al equipo técnico que mi objetivo iba a ser muy claro, que no sencillo: convertir su conocimiento en euros. Porque no nos olvidemos de que el fin principal de cualquier empresa es facturar para generar riqueza y un proyecto sostenible de futuro tanto para los trabajadores como para la propiedad, los socios.

En una empresa de nueva creación os tocará hacer de todo: desde realizar tareas comerciales, marketing, contabilidad, participar en el desarrollo del Business Plan,… Deberéis convertiros en una navaja suiza, polivalente y multidisciplinar. Trabajando en vuestro proyecto de emprendizaje vais a conocer y a vivir de primera mano lo que es el verdadero mundo empresarial desde una perspectiva, eso sí, más generalista. Aquí reside la gran diferencia si lo comparamos con trabajar en una multinacional donde se busca más la especialización departamental.

La satisfacción de ver crecer y evolucionar tu empresa es algo inigualable. Lo que ves es tuyo, fruto de tus ilusiones, ganas y esfuerzo. Pero no todo es bonito en esto del emprendimiento, hay que trabajar y MUCHO. Mi caso fue un tanto especial ya que me tocó compaginar la faceta de emprendedor en TAPQUO con mi trabajo por cuenta ajena como Director de Innovación en una pyme tecnológica. El hecho de trabajar 12 horas al día e incluso algún fin de semana que otro no suponía un sacrificio. La recompensa daba sentido a toda esta dedicación. Con el tiempo el trabajo duro y la perseverancia traen resultados y éxitos, que no os quepa ninguna duda. Aprender a mirar las situaciones con perspectiva y no os perdáis en el cortoplacismo.

Otra de las claves de cara a lanzar un nuevo proyecto empresarial es la especialización, atacar el mercado desde lo diferente. Es la única opción que tiene una empresa pequeña para poder competir contra las grandes corporaciones. Asimismo hay que entender que los clientes son el TODO para una empresa. Atraerlos, cuidarlos y conseguir que quieran volver a comprar nuevamente tus productos y servicios. Un cliente descontento hace más ruido que 10 contentos, quedaros con esa idea.

Uno de mis lemas en el mundo empresarial es el siguiente: “prefiero tener un poco de mucho que mucho de poco”. Que no os dé miedo a compartir vuestra idea, ¿quién mejor que vosotros para llevarla a cabo?. Cualquier inversor preferirá invertir en vosotros antes que competir lanzando una nueva empresa sobre vuestra idea de negocio. Así fue en nuestro caso, de ser un proyecto fundado por tres socios, en TAPQUO entraron a participar diversos socios tecnológicos, un Business Angel y una Sociedad de Capital Riesgo. Es muy importante que estos nuevos compañeros de viaje no aporten únicamente capital, sino que se impliquen en el día a día de la empresa generando valor a nivel de estrategia de negocio o a nivel comercial atrayendo proyectos y clientes. Esta entrada de euros ayudará a que el hecho de pagar las nóminas no sea el principal problema de la empresa. Como escuché en una charla a un profesor del MIT: “El cash flow es más importante que tu madre”. Gran verdad si analizamos la situación actual de falta de liquidez de la mayoría de empresas de nuestro entorno.

¿Dónde buscar oportunidades de negocio?. La semilla del emprendizaje no tiene porque germinar justo al tiempo de terminar los estudios, en mi caso fue al de unos años tras finalizar la carrera cuando ya tenía una cierta experiencia y conocía algunos de los entresijos del mundo empresarial. No hay que estar obsesionado con querer ser emprendedor. La oportunidad puede surgir en el último año de carrera realizando un proyecto junto a tus compañeros de facultad, con treinta años en una conversación informal con tus amigos, o con cincuenta años o más al ser despedido de un trabajo y tener que reinventarse para seguir adelante. Mientras exista una buena idea de negocio y ganas de llevarla a cabo por un equipo profesional y comprometido podéis estar tranquilos porque esta aventura del emprendizaje os va a divertir y mucho…

” EL MEJOR MODO DE PREDECIR EL FUTURO ES INVENTÁNDOLO”. ALAN KEY

EL PODER RELACIONAL COMO OPORTUNIDAD LABORAL

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El título no deja pie a equívocos, el mundo de las relaciones personales supone una verdadera oportunidad laboral. No estamos hablando de enchufismos ni compadreos, sino de generar ecosistemas vivos de contactos e interconexiones que darán soporte a nuestra carrera profesional. Hay que conseguir algo más que el devaluado concepto de networking, aportar más desde las emociones y desde el querer compartir sin recelos predeterminados. Nuestro mercado es el mundo y todas las personas que interactúan en él, por lo que tenemos un buen nicho de mercado. Saquemos una oportunidad de todo esto.

Bien es cierto que cuando hablamos de relaciones estamos hablando de personas, e indudablemente hay gente que tiene más facilidad que otra para conectar desde la empatía. Cuando interactuamos con otra persona es importante entender cada situación, interpretarla y actuar en consecuencia de manera natural. Nunca es recomendable sobreactuar ni forzar situaciones. Más aún cuando procedemos a nivel laboral, donde no estamos representando únicamente a nuestra propia persona, sino que estamos actuando en nombre de la entidad en la que trabajamos.

Muy reseñable en este ámbito es evitar el cortoplacismo. Las relaciones y oportunidades que se generen tanto a nivel personal como profesional no debieran ser fruto de una estrategia premeditada en busca de un beneficio personal inminente. Mentalidad que podría recogerse en parte en la expresión Quid pro quo, que yéndonos a la descripción más purista de esta actitud emocional podemos decir que representa: “la reciprocidad en un trato explícito o implícito, en un intercambio de favores, o en cualquier tipo de relación social o interpersonal, especialmente en las negociaciones en las que debe haber beneficios o cesiones equivalentes por cada parte”. En muchos casos esa recompensa o beneficio no vendrá materializado en un retorno económico, sino que como en este periodo de mi vida he podido comprobar, a veces la enseñanza adquirida en una charla de café con un interlocutor generoso puede ser el mejor de los regalos. Sin olvidar claro está, que tienes en tu Debe retornar eso que recibiste en algún momento indeterminado.

Steve Jobs hablaba en aquel aclamado discurso a los nuevos licenciados de la Universidad de Stanford acerca de unir los puntos, extraigo unas líneas:

“Por supuesto que era imposible haber unido los diferentes puntos mirando hacia el futuro cuando estaba en la universidad. Pero fue muy, muy claro al mirar para atrás diez años más tarde.

Nuevamente, no se pueden unir los distintos puntos mirando para adelante; se pueden unir únicamente mirando hacia atrás. Así que deben confiar que de alguna manera los puntos se unirán en el futuro. Deben confiar en algo sus agallas, el destino, la vida, el karma, lo que sea. Este enfoque no me ha traicionado nunca, e hizo toda la diferencia en mi vida.”

Esto me parece realmente importante ya que lo que tenemos que tratar de crear es nuestra propia línea relativa, que no es más que la suma de microscópicas actuaciones unidas por puntos indivisibles e imperceptibles al ojo temporal. Tenemos que tener la habilidad de ver las situaciones en y con perspectiva. Insisto, el cortoplacismo no es nada aconsejable en el mundo de las relaciones personales ya que todo se ha de construir desde la cordialidad y la confianza en la otra persona y esto no surge por ósmosis.

El pasado mes de enero tuve la suerte de ser nombrado padrino de la última promoción de nuevos licenciados y licenciadas de mi antigua facultad y me puse a pensar en cómo había llegado hasta allí, solamente 7 años después de haber finalizado mi licenciatura. Eché la vista atrás como dijo Steve Jobs y la verdad que todo tenía sentido, cada decisión que había tomado en el pasado, cada persona que había conocido, cada y cada no que había dado, todo el recorrido de esa línea relativa de actuaciones me había llevado a ese auditorio. Esta experiencia fue tan gratificante para mí que me gustaría darle más extensión en algún próximo post.

Hilando con el tema de las relaciones personales, en el discurso de apadrinamiento les dije a los nuevos licenciados que mirasen a ambos lados porque los compañeros y amigos que estaban a su lado sentados en ese momento serían sus contactos laborales en un futuro no muy lejano y no conviene que perdiesen el contacto. Yo no lo he hecho con los míos.

Uno de los argumentos que apoya el poder relacional es que la corriente marketiniana está cambiando. Conceptos como el Business-to-business (B2B) o el Business-to-Consumer (B2C) están dejando paso al Human-to-Human (H2H) en el que el rol de la persona es un actor principal. Muchas empresas y organismos empiezan ya a diferenciar entre personas y recursos humanos.

En este punto si me gustaría hacer mención brevemente a la TEORÍA DE LOS 6 GRADOS: “Se llama “Seis grados de separación” a la hipótesis que intenta probar que cualquiera puede estar conectado a cualquier otra persona del planeta a través de una cadena de conocidos que no tiene más de cinco intermediarios (conectando a ambas personas con sólo seis enlaces).”

Adjunto vídeo explicativo de esta teoría: https://www.youtube.com/watch?v=w_hoNvgLCL0

Esta experiencia expresa claramente como con 6 conexiones (necesitas únicamente 5 personas) un limpiabotas está conectado con el presidente de los EEUU. Incluso en recientes estudios se asegura que la distancia entre dos personas de cualquier lugar del mundo se reduce a menos de 4 pasos a través de redes sociales como Facebook. Con esta información es obvio el potencial e interés de fortalecer una red potente de relaciones. Consolidando y manteniendo cada enlace o eslabón podemos enviar nuestro mensaje a cualquier persona del mundo. Recalco lo de mantener porque intercambiar una business card o tener una primera toma de contacto con alguien puede ser relativamente fácil (existen world cafés, linked in, jornadas networking, presentaciones previas de un contacto…) pero que pasen unos años y tener la certeza de saber que esa persona que conociste por casualidad en un evento se merece tu entera confianza, eso es lo realmente complicado. Como suelo decir con bastante asiduidad: Planta que no se riega, muere.

Bajo mi punto de vista conviene actuar de manera cauta cuando empezamos a conocer a una persona. Algunas personas tienden a ser muy agresivas al principio al objeto de demostrar conocimientos y valía, pero yo soy más creyente del sin prisa pero sin pausa. Dejar una primera mala impresión no es nada recomendable y peor aún es tener una relación consolidada y romperla unilateralmente por motivos que hagan perder esa confianza. El ejemplo visual es muy sencillo, si tiras un vaso al suelo y se rompe en mil pedazos con pedir disculpas no va a volver a su estado primigenio. Piénsalo.

La confianza es la pieza clave que envuelve y engrasa el mundo de las relaciones. Sin ningún tipo de duda. Sin confianza es imposible construir un proyecto compartido. A día de hoy los cambios laborales pueden surgir por recomendaciones y por referencias que hayas podido generar en tu carrera profesional, mucho más fiables a priori que los procesos de selección a través de las herramientas y plataformas tradicionales. Incluso está el ejemplo de las recomendaciones a lo anglosajón o a la americana, es decir, recomendaciones en la que la persona que propone a otra para un puesto concreto está poniendo su “cara” en dicha recomendación, y en el caso de que el recomendado acceda al puesto y no cumpla con las expectativas inicialmente planteadas es el recomendador el que asume la culpa del proceso ante la empresa.

Para finalizar yo visualizo el mundo de las relaciones como esa carrera en paralelo que se va gestando y evolucionando a nivel profesional con nuestras elecciones y actitudes. Es un colateral imprescindible de la propia actividad laboral que hay que cuidar y mantener. No niegues un café a nadie y escucha para luego poder crear y vincular oportunidades. Comparte y sé dadivoso. Crea tu marca personal para posicionarte y ser visible en el mercado. Esta diferenciación es la mejor tarjeta de presentación. Invierte en escuchar y relacionarte.

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