¿Yo? ¿Emprendedor?. Quizás muchos de vosotros y vosotras nunca os hayáis planteado esta pregunta ya que los pensamientos habituales desde que finalizamos nuestros estudios están más enfocados a trabajar por cuenta ajena en una gran empresa. Lo que intentaré transmitir en estas líneas es que el emprendizaje es una oportunidad real de generar opciones laborales exitosas en el marco empresarial actual.
Mi caso fue así, con 26 años quise formalizar junto a dos socios lo que empezó siendo un pasatiempo para convertirlo en un verdadero proyecto empresarial. Éramos un equipo promotor proveniente de diferentes disciplinas y a posteriori este mix de conocimiento y capacidades resultó ser una de las claves del éxito de nuestro proyecto. Constituimos así pues TAPQUO, una start up de base tecnológica especializada en el desarrollo de aplicaciones móviles bajo la tecnología HTML5. Yo como licenciado en ADE me centré sobre todo en tareas de gestión y desarrollo de negocio. Todavía recuerdo esas primeras reuniones de grupo cuando les transmitía al equipo técnico que mi objetivo iba a ser muy claro, que no sencillo: convertir su conocimiento en euros. Porque no nos olvidemos de que el fin principal de cualquier empresa es facturar para generar riqueza y un proyecto sostenible de futuro tanto para los trabajadores como para la propiedad, los socios.
En una empresa de nueva creación os tocará hacer de todo: desde realizar tareas comerciales, marketing, contabilidad, participar en el desarrollo del Business Plan,… Deberéis convertiros en una navaja suiza, polivalente y multidisciplinar. Trabajando en vuestro proyecto de emprendizaje vais a conocer y a vivir de primera mano lo que es el verdadero mundo empresarial desde una perspectiva, eso sí, más generalista. Aquí reside la gran diferencia si lo comparamos con trabajar en una multinacional donde se busca más la especialización departamental.
La satisfacción de ver crecer y evolucionar tu empresa es algo inigualable. Lo que ves es tuyo, fruto de tus ilusiones, ganas y esfuerzo. Pero no todo es bonito en esto del emprendimiento, hay que trabajar y MUCHO. Mi caso fue un tanto especial ya que me tocó compaginar la faceta de emprendedor en TAPQUO con mi trabajo por cuenta ajena como Director de Innovación en una pyme tecnológica. El hecho de trabajar 12 horas al día e incluso algún fin de semana que otro no suponía un sacrificio. La recompensa daba sentido a toda esta dedicación. Con el tiempo el trabajo duro y la perseverancia traen resultados y éxitos, que no os quepa ninguna duda. Aprender a mirar las situaciones con perspectiva y no os perdáis en el cortoplacismo.
Otra de las claves de cara a lanzar un nuevo proyecto empresarial es la especialización, atacar el mercado desde lo diferente. Es la única opción que tiene una empresa pequeña para poder competir contra las grandes corporaciones. Asimismo hay que entender que los clientes son el TODO para una empresa. Atraerlos, cuidarlos y conseguir que quieran volver a comprar nuevamente tus productos y servicios. Un cliente descontento hace más ruido que 10 contentos, quedaros con esa idea.
Uno de mis lemas en el mundo empresarial es el siguiente: “prefiero tener un poco de mucho que mucho de poco”. Que no os dé miedo a compartir vuestra idea, ¿quién mejor que vosotros para llevarla a cabo?. Cualquier inversor preferirá invertir en vosotros antes que competir lanzando una nueva empresa sobre vuestra idea de negocio. Así fue en nuestro caso, de ser un proyecto fundado por tres socios, en TAPQUO entraron a participar diversos socios tecnológicos, un Business Angel y una Sociedad de Capital Riesgo. Es muy importante que estos nuevos compañeros de viaje no aporten únicamente capital, sino que se impliquen en el día a día de la empresa generando valor a nivel de estrategia de negocio o a nivel comercial atrayendo proyectos y clientes. Esta entrada de euros ayudará a que el hecho de pagar las nóminas no sea el principal problema de la empresa. Como escuché en una charla a un profesor del MIT: “El cash flow es más importante que tu madre”. Gran verdad si analizamos la situación actual de falta de liquidez de la mayoría de empresas de nuestro entorno.
¿Dónde buscar oportunidades de negocio?. La semilla del emprendizaje no tiene porque germinar justo al tiempo de terminar los estudios, en mi caso fue al de unos años tras finalizar la carrera cuando ya tenía una cierta experiencia y conocía algunos de los entresijos del mundo empresarial. No hay que estar obsesionado con querer ser emprendedor. La oportunidad puede surgir en el último año de carrera realizando un proyecto junto a tus compañeros de facultad, con treinta años en una conversación informal con tus amigos, o con cincuenta años o más al ser despedido de un trabajo y tener que reinventarse para seguir adelante. Mientras exista una buena idea de negocio y ganas de llevarla a cabo por un equipo profesional y comprometido podéis estar tranquilos porque esta aventura del emprendizaje os va a divertir y mucho…
” EL MEJOR MODO DE PREDECIR EL FUTURO ES INVENTÁNDOLO”. ALAN KEY