La generación ARNOLD: superemprendedores a los 50

ARNOLD 1Knowmads, Millennials, generación Z, Socialnetworkers todos estos conceptos que inundan las redes sociales no hacen más que referenciar a los nuevos perfiles profesionales del siglo XXI. No nos engañemos, nos gusta etiquetar, clasificar los conceptos, para así poder identificarnos y ser embajadores del que más se asemeje a nosotros. De este modo se facilita la comprensión de todo lo que nos rodea, tanto a nivel profesional como personal. Más aún cuando a nivel profesional se nos exige poseer un perfil social, potente y generacionalmente marcado por el año de nacimiento. Bien es cierto que estas novedosas clasificaciones parecen estar más enfocadas a los jóvenes y no debemos olvidarnos de ese colectivo de profesionales que sobrepasan el medio siglo de edad. Sabios, experimentados y cada vez más adaptados tecnológicamente. Según un estudio reciente las personas mayores de 50 años tienen un 12% más de poder adquisitivo que el resto y representan el 30% de la población europea. Me he atrevido a denominar a este colectivo con el término “la generación ARNOLD”, sobran las explicaciones…

Por poner un poco de orden aquí va una pequeña descripción de todos estos perfiles:

1) Knowmads

Término creado por John Moravec y con la española Raquel Roca como fiel defensora. Los Knowmads no tienen edad determinada y son los denominados nómadas del conocimiento y la innovación. Innovadores, imaginativos, creativos, super adaptables, capaces de trabajar en colaboración con casi cualquier persona, en cualquier momento y lugar. Son digitales, hiperconectados. Desaprenden para volver a aprender. Cada día, un reto nuevo. Motivados por trabajos donde puedan aprender e innovar, es importante que se valore su creatividad. No aceptan las jerarquías. Trabajan por proyectos y necesitan independencia y autonomía.

2) Socialnetworkers

Son aquellos profesionales que se relacionan y viven conectados en las redes sociales. Las utilizan como fuente de conocimiento para encontrar clientes, socios, proveedores, ideas e inspiración para su propio desarrollo personal, basándose siempre en la filosofía de compartir. Se mueven perfectamente en empresas conectadas, abiertas y con buena reputación digital. Su motivación son los trabajos que requieren altas dosis de relación interpersonal y en los que se valore la aportación de capital social y humano.

3) Millennials (o generación Y)

Son aquellas personas nacidas entre 1981 y 1995, una generación preocupada por formarse de forma muy completa en diversos campos. Son nativos digitales, han vivido las redes sociales desde su génesis y se caracterizan porque viven para captar información constantemente. Trabajan por retos, su motivación depende del proyecto y de la persona. Disfrutan cada proyecto, aprendiendo de cada experiencia, es su base para el aprendizaje continuo, son proactivos e intraemprendedores, ante un problema, una solución, no hay quejas, hay acción.

4) La Generación Z

Nacidos a partir de 1995. Son los más autónomos, acostumbrados a compartir, muy resilientes, es decir, ante un problema saben gestionarlo bien y sacar el mejor provecho de ellos. Tienen una mente extremadamente abierta acompañada de una psicología muy positiva. Han nacido con la crisis, es por ello que se mueven bien en los entornos complejos, son realistas, aplican el DIY (Do It Yourself) y son sin duda la generación más “doer”. No es que estén hiperconectados, es que nunca están desconectados.

5) La Generación ARNOLD

Excelentes emprendedores, con 50 años o más piensan que nunca es tarde para promover un negocio. Tienen conocimiento, recursos económicos, relaciones, experiencia y suelen asociarse con jóvenes profesionales tecnológicamente avanzados para buscar la complementariedad perfecta. Aprenden y se adaptan pronto al entorno, tanto tecnológico como social. Los ratios de éxito de los proyectos que traccionan superan el 70%. Son el aliado definitivo para emprender.

Un fantástico ejemplo que recoge el apoyo institucional a esta generación ARNOLD se está dando en el Reino Unido, donde un gran número de empresarios maduros están capitalizando su pensión para crear el negocio de sus sueños. “Se espera que al menos unas 500.000 personas mayores de 50 años capitalicen sus retiros y abran negocios propios en los próximos años en el Reino Unido”. Esto está siendo posible gracias al Pension Led Funding (PLF), un servicio financiero que permite capitalizar la pensión y convertirla en un fondo de inversión si tienes más de 55 años. Desde que esta brillante medida fue aprobada ya se han retirado de los fondos de pensiones británicos casi 3.000 millones de libras.

Podemos destacar algunos casos de éxito de la generación ARNOLD, como Ray Kroc, el fundador de McDonalds, que se pasó la vida vendiendo vasos de papel hasta que a los 52 años dio su gran salto profesional vendiendo hamburguesas. O Mary Kay Ash, creadora de la marca de cosméticos a los que da nombre, quien no consiguió dar con la tecla del éxito hasta los 45. También reseñable el caso de Harland David Sanders que a los 65 años y tras una larga vida de asalariado creó Kentucky Fried Chicken y la vendió por dos millones de dólares unos años más tarde, en 1964. O por último John Stith Pemberton, que fundó Cocacola a los 55 años. Nunca dejaron de creer en sus sueños.

Quizás en un futuro no tengamos que preocuparnos por el cobro de las pensiones, no porque el sistema de pensiones actual sea insostenible (que lo es), sino porque la posibilidad de capitalizar lo poco que nos corresponda para emprender un negocio sea una posibilidad real. Y me pregunto, ¿este modelo de pensionistas emprendedores puede beneficiar a desarrollar el modelo económico de los países?. No me lo se, el futuro nos lo dirá, pero recuerda que emprender a partir de los 50 sí es posible.

Las 5 claves de Ranieri para ser un líder exitoso

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¡Dilly ding dilly dong!. Las campanas repiquetean con el firme objetivo de despertarnos del plácido ensoñamiento, pero no será esta vez, el sueño ha continuado convirtiéndose en feliz realidad. El Leicester City ha ganado la liga inglesa de una manera incontestable arrebatando la victoria natural a los petrodólares, a los colosos de la Premier League como el Manchester City, Liverpool, Manchester United o Chelsea. Las casas de apuestas todavía están temblando por esta gesta histórica del equipo dirigido por Claudio Ranieri.

Este modesto club, con más de 130 años de historia, es la primera vez que consigue el título de liga. Los casi 300.000 habitantes de la ciudad de Leicester no daban crédito cuando jornada tras jornada seguían disfrutando como su equipo se mantenía en la cima del campeonato. Sin dejar de soñar. Un equipo formado con retales de futbolistas que han tenido una segunda oportunidad sólo vista en películas americanas de serie B. Así como Ranieri, el entrenador italiano que con 64 años, y considerado en el declive de su carrera, ha sido el responsable máximo de la hazaña conseguida por los “foxes”.

Las vivencias y resultados de esta temporada han marcado lo que podríamos denominar un estilo propio, el estilo Ranieri, que puede recogerse en 5 puntos clave de liderazgo y éxito empresarial:

1. El líder que genera confianza.

Ranieri llegaba a Leicester en julio de 2015, un club que tenía como objetivo pelear por salvar la categoría. El palmarés de Ranieri se limitaba a cuatro títulos oficiales en toda su carrera y su llegada fue bastante criticada por muchos periodistas y aficionados. De carácter afable y siempre con una sonrisa en sus primeras ruedas de prensa enfatizaba que lo más importante para él era devolver la confianza a sus jugadores para construir un equipo competitivo. Ranieri ha conseguido convertir a un grupo de jugadores poco valorados en la verdadera armada invencible inglesa.

“Tengo mucha admiración por los que hacen nuevos sistemas tácticos, pero siempre he pensado que lo más importante para un entrenador es construir un equipo de acuerdo a las características de los jugadores”.

2. Potenciar el talento apagado. 

Volver a hacerles creer. Ranieri tenía entre manos a un grupo de jugadores totalmente desconocidos. Jamie Vardy trabajaba en una fábrica haciendo férulas médicas, N’Golo Kanté jugaba hace cuatro años en la tercera división francesa y el caso de Wes Morgan,
el capitán del Leicester, que no debutó en la máxima categoría del fútbol inglés hasta los 30 años, media vida después de que el Notts County dejará de contar con él por sobrepeso.

“He hablado con mis jugadores antes del partido. Les he dicho que hemos soñado hasta el momento, pero ahora es el momento de hacer el sueño realidad. Ahora es el momento de darlo todo, ¡todo!. Luego, si el Tottenham es mejor que nosotros, ok… Pero tenemos que pelear, pelear… porque nunca más vamos a poder tener este fantástico momento”. 

3. Trabajar como un único equipo. 

En el inicio de la temporada el Leicester conseguía victorias pero encajaba demasiados goles. Claudio Ranieri, preocupado por esta situación les dijo a sus jugadores: “Si el próximo partido dejamos la portería a cero, os invito a una pizza”. El siguiente partido ganaron 1-0 contra el Crystal Palace y Ranieri cumplió su promesa llevándoles a una pizzería en Leicester. “Tienen que trabajar para lograr cualquier cosa. Así que trabajen también para su pizza. Haremos nuestra propia pizza”.

4. Libertad con responsabilidad. 

Es fundamental potenciar la libertad de la individualidad pero ésta tiene que ser compartida. Ranieri explica que dar confianza a sus jugadores significa darles libertad, pero sin olvidar el compromiso con cada uno de sus compañeros, con el equipo.

“Jamie Vardy, por ejemplo, no es un futbolista, es un caballo fantástico. Necesita sentirse libre cuando está sobre el césped. Le digo: `Eres libre de moverte como quieras pero debes ayudarnos cuando perdemos el balón. Es todo lo que te pido. Si empiezas a presionar al rival, todos tus compañeros te seguirán´.”

 5. Todo es posible si se cree.

Si cuentas con talento, ilusión y ganas todo es posible, por muy imposible que parezca el reto a alcanzar. Cuando Ranieri se hizo cargo del Leicester percibió el enorme potencial que tenía su equipo y dijo: “Cuando dirigí mi primer entrenamiento y vi la calidad de estos jugadores, supe lo buenos que podían llegar a ser. Les estamos dando esperanza a todos los jugadores jóvenes a los que alguna vez les han dicho que no eran lo suficientemente buenos.”

Esta proeza deportiva, y social, llevada a cabo por el Leicester City ha conseguido que se vuelva a creer en el fútbol, en el deporte, y en que hay ocasiones en el que el tesón puede vencer al mediático marketing. Campanas, nunca dejéis de sonar, nunca dejéis de soñar. ¡Dilly ding dilly dong!.

GEFES: LOS GESTORES DE LA FELICIDAD

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8:30 de un frío lunes y parece que los rumores de café eran verdad. Tenemos nuevo Gefe en la oficina. Sí, con G… Nosotros que tan acostumbrados estábamos a la “J” de esos Jefes autárquicos, mediocres, dibujados en el Medievo a través de gritos e imposiciones y que tan poco valor nos aportan. La nueva dirección ha hecho una apuesta firme en post de la felicidad laboral (o eso nos vendieron) y parece que hoy es el Gran día. El Gefe nos saluda amablemente y nos regala una sonrisa. ¡Qué extraña sensación!. Además luce un colorido traje sin corbata y acercándose uno a uno se va presentando, nos da la mano y nos convoca a una reunión dentro de 15 minutos en la sala de juntas. Lo curioso es que le veo sentarse en una mesa cercana a la mía. Parece que no va a hacer uso del despacho del anterior gerente.

Murmullos y una inusitada agitación generalizada recorre la sala de reuniones cuando terminamos de sentarnos. Él nos da las gracias por la puntualidad y empieza su discurso de presentación autodenominándose como GEstor de la FElicidad (GEFE). Nos señala que su cometido va a consistir en añadir y potenciar esa variable 🙂 en nuestro entorno laboral. Continúa diciendo que para ser productivos no hace falta meter horas sinsentido, sino que hay que conseguir ser eficientes y estar comprometidos con nuestro trabajo, y a ser posible disfrutar con lo que hacemos. Todo nos suena a proclamas propagandísticas pero parece que en su anterior puesto consiguió relanzar la compañía a niveles inimaginables haciendo uso de este novedoso sistema de gestión… de la felicidad. Nos asegura que ser feliz en el trabajo es necesario y más aún, que es posible si entre todos conseguimos generar el clima laboral adecuado. “Estudios recientes indican que una persona motivada rinde un 80% de su tiempo frente al 50% de una persona insatisfecha y no reconocida profesionalmente. ¿Y por qué no nos ponemos el reto de alcanzar el pleno rendimiento motivacional?”. Es un gran comunicador, no hay duda.

La propia realidad de las organizaciones, al igual que los modelos de gestión, están en constante evolución y adaptación al entorno. Vivimos en una era conectada al mundo, a la tecnología, al conocimiento y a la complejidad de las relaciones humanas. Para ayudar a conseguir que los trabajadores del siglo XXI sean felices hay que satisfacer unas necesidades básicas, muy diferentes a las de años atrás. Ya no vale con desagregar las horas de la jornada laboral en bloques indivisibles que imposibilitan la conciliación. Una persona que no tiene tiempo para disfrutar de su familia, de sus amigos, de su ocio es casi imposible que pueda rendir, felizmente, en su trabajo. Nos habla de la regla del tercio de la felicidad y que tenemos que redistribuir nuestro tiempo en el balance un tercio para el trabajo, un tercio para el corazón y un tercio para el descanso. Dando la importancia y el focus necesario a cada uno de estos tercios. Es decir, que si estamos disfrutando de un día de playa con nuestra pareja no conviene contestar mails del trabajo de manera recurrente. Obvio, ¿no?.

No hay que olvidar que el trabajo es una necesidad creada por la sociedad de consumo y al que dedicamos muchísimas horas de nuestra vida. Es normal que surjan nuevos modelos de gestión que intenten empoderar a la persona/empleado. El salario ya no es el principal indicador de la satisfacción de los trabajadores. Ahora se valora más poder trabajar en un buen ambiente laboral, el reconocimiento profesional y la calidad de vida antes que una buena nómina. “Porque tener una buena nómina que no te permita ser feliz,disfrutar de tu tiempo libre, ¿a dónde te lleva?.” Está captando nuestra atención.

La figura del Gestor de la Felicidad nace por tanto de la imperante necesidad de dar valor a las personas y no a las cifras. El Gefe tiene claro que para ser productivos hay que desempeñar una tarea que nos motive, que nos haga felices. Deberá potenciar el portfolio de capacidades de cada uno de nosotros: “voy a convertir vuestro talento e ilusión en euros”. Aquí es donde el rol del Gefe desbanca al tan denostado Jefe, dice tremendamente convencido. El talento de las personas es el motor que hace que las empresas existan como tal. “¿O acaso conocéis alguna empresa que funcione sin personas?”. Se hace el silencio en la sala. Su labor va a consistir en detectar el potencial intangible de los empleados para convertirlo en resultados tangibles, en mejores servicios, en mejor clima de trabajo, en una mejor relación con los clientes, en satisfacturación se atreve a denominarlo, facturar desde la satisfacción. Las organizaciones están compuestas por personas, y de potenciar la singularidad de cada una de ellas radica el éxito a largo plazo. “Conseguir altas cotas de felicidad laboral se ha convertido en un verdadero factor diferencial para aumentar la productividad de las empresas”. Las organizaciones del futuro están abocadas a generar equipos profesionales cualificados y multidisciplinares felices. Hay que satisfacer a los empleados y no únicamente al cliente. Cuida a tus trabajadores para que ellos mimen a los clientes, y por ese orden. El Gefe en este entorno debe proporcionar un espacio al empleado que no le permita siquiera pensar en un cambio profesional a otra compañía. Se genera de este modo el tan oído y místico orgullo de pertenencia.

El Gefe termina la reunión citando a Howard Gardner, neurocientífico y autor de la teoría de las inteligencias múltiples: “Recordar que una mala persona no llega nunca a ser buen profesional por lo que mi labor, a partir desde este mismo instante, será que alcancemos, juntos, el empréxito a través de la felicidad”. Un sonoro aplauso, lleno de convicción, inunda la sala. Confío, confiamos, en que esta nueva e ilusionante aventura tenga un final feliz.

*Concepto Gefe extraído del Motivulario de María Graciani