KNOWMADS: LOS TRABAJADORES DEL FUTURO

KNOWMADS

Knowmad. Este novedoso concepto que empieza escucharse con fuerza en el argot empresarial es un neologismo que combina y maximiza las palabras know (conocer,saber) y nomad (nómada). Concentra las características que ha de tener un trabajador en el contexto actual para hacer frente a los retos profesionales de futuro, convirtiéndose en un nómada del conocimiento. La definición fue creada en el año 2011 por el experto en mercado laboral John Moravec, fundador de Education Futures, para definir a los trabajadores nómadas del conocimiento y de la innovación. Knowmad hace referencia a un nuevo perfil de profesional que ha de ser principalmente innovador, imaginativo, creativo, capaz de trabajar en colaboración con casi cualquier persona, en cualquier momento y lugar. Un knowmad es valorado por su conocimiento personal, lo que le proporciona una ventaja competitiva con respecto a otros trabajadores menos adaptados al entorno. Además debe ser autodidacta en esta sociedad 2.0 nutriéndose y aprovechando el potencial del conocimiento proveniente de internet y de las nuevas tecnologías, principalmente digitales.

Raquel Roca (a la que agradezco enormemente su colaboración en el presente post) es la autora del libro ‘Knowmads, los trabajadores del futuro’ además de profesora del Postgrado de Experto en Marketing Digital del IEDE Business School y del Master en la Gestión del Talento en la Era Digital de LaSalle International Graduate School & LIDlearning. Una experta en la materia vamos. @Raquelroca (su perfil en Twitter) señala que “no es una moda, ni un término pop-up que nace, eclosiona y rápidamente muere. A la palabra knowmad le pasa como a millenial, sirve para designar algo, pero lo que le mantiene y mantendrá en el tiempo es la riqueza de contenido y masa real que tiene detrás”. Además sostiene que todo aquel que viva en esta era está llamado a desarrollar una serie de destrezas y habilidades para desenvolverse en un mundo “hiperconectado e hiperdigitalizado”. Aquellos que no empiecen a practicar estas destrezas quedarán fuera del mercado laboral, o así lo atesoran los defensores de esta corriente. También las empresas que no se hayan puesto manos a la obra para gestionar a estos perfiles corren el peligro de ser menos competitivas. Raquel Roca es así de tajante para definir a estos profesionales “sociables y sociales a los que les gusta expandir el conocimiento -en red- y que están preparados para aprender -o desaprender si hace falta- de un modo no convencional”. Roca afirma que “el conocimiento es el valor añadido de estos trabajadores, el nuevo capital que les va a asegurar su empleabilidad. Y no se trata de un perfil laboral, es una actitud que puede adoptar cualquiera y en cualquier etapa de su vida”.

Lo que determine el futuro de una persona no dependerá del entorno geográfico de nacimiento, ni de crecimiento, sino de las ganas que cada uno tenga de progresar en el mundo laboral. Se entra de este modo en la era de la meritocracia donde las capacidades de las personas pueden florecer por sí mismas y ser valoradas con criterios objetivos. La digitalización, un cambio en el modo de vida y en la forma de trabajar son algunos de los factores que están impulsando la proliferación de los knowmads que, según Raquel Roca, representarán el 45% de la fuerza laboral en 2020. “Van a ser tantos que las empresas no van a tener más remedio que adaptarse a ello si quieren mantenerlos. Tienen que aprender a tratar al knowmad de la misma manera que a los trabajadores de plantilla, porque se trata de una fuerza laboral que va a iniciar su propio cambio”, asegura esta experta, quien conoce experiencias piloto en empresas del Ibex 35, “otra cosa es que puedan implementarlo. Son plenamente conscientes de que este cambio está basado en la responsabilidad y la confianza, que sólo funciona si los mandos participan como uno más”. Asimismo Google estima que en el año 2020 casi toda la población del mundo estará conectada a internet. Y es ahí, en ese contexto, donde los mismos expertos dibujan el perfil de un nuevo profesional: el knowmad.

Un estudio elaborado por el banco ING-DiBa predice que en solo dos décadas los robots coparán 18 millones de empleos en Alemania, cerca de la mitad del total. El desarrollo de la robótica permitirá a la industria reemplazar el 59% de los puestos actuales de trabajo por robots, parece ser que más productivos y rentables que los humanos. Sin embargo, por mucho que avance y progrese la tecnología hay cosas que las máquinas nunca van a poder ser capaces de hacer, y esto tiene que ver con los trabajos creativos, la innovación, la resolución de problemas, la emocionalidad… Aquí entra en juego el conocimiento. O lo que es lo mismo: la comprensión de datos e información, siempre puesta al servicio de la innovación y de la imaginación.

¿Pero qué es lo que caracteriza a un knowmad? Varios expertos, con Moravec a la cabeza, han dibujado una serie de características, en lo que denominan pasaporte de habilidades:

  • No tiene una edad determinada.
  • No entiende su trabajo como un trabajo, disfruta con lo que hace para ganarse la vida, y lo integra como una actividad más de su quehacer cotidiano.
  • Inventivo e intuitivo, es un generador de ideas. Es una persona imaginativa, sabe buscarse la vida, los recursos.
  • Está alfabetizado digitalmente.
  • Transforma la información en conocimiento y la comparte.
  • Le importan las personas, porque encarnan el conocimiento, lo generan, aumentan, mejoran y lo enseñan.
  • Utiliza la información abierta y libremente.
  • No entiende de fronteras.
  • Tiene una gran capacidad para adaptarse y resolver problemas.
  • Es un creador de redes, siempre conectando a personas, ideas, organizaciones…
  • Asume que el aprendizaje es para toda la vida.
  • No le asusta la experimentación ni el fracaso.
  • Es responsable de sí mismo.

Al contrario que el millenial (nacido entre 1981 y 1995), no tiene edad, cualquier persona está capacitada para tener mentalidad nómada. Tampoco entiende su trabajo como trabajo, entiende lo que hace como una ocupación que le gusta, no como un medio para ganar dinero, y lo que hace forma parte de su vida. Busca la satisfacción por encima de todo. Es un generador de ideas, tiene recursos para salir adelante en cualquier situación. Además de imaginativo tiene la capacidad de transformar todo aquello que imagina en ideas productivas. Eso sí, ese sentimiento de libertad hace que no le guste recibir órdenes.

El knowmad domina las nuevas tecnologías, comprende su funcionamiento y las aprovecha en su beneficio, ya que aprende continuamente de ellas. Una de sus principales habilidades del knowmad es que transforma la información en conocimiento y la comparte abiertamente, es una especie de antena tecnológica que avisa sobre lo que está sucediendo. Maneja con soltura las redes sociales y, por tanto, comparte información, lo que le hace estar siempre al tanto y alerta de lo que sucede en el mundo. Sabe que el talento y el éxito dependen de esa pertenencia a redes del conocimiento. Al contrario de lo que puede parecer, no es un ermitaño, al que le guste la soledad: le puede gustar trabajar en solitario (desde cualquier lugar, una cafetería, una playa o la misma oficina), pero le importan las personas. Sabe que son importantes, porque generan conocimiento y oportunidades.

Tiene además una gran capacidad para adaptarse, para resolver problemas, es una persona, profesional, muy versátil y competente porque gracias a esos conocimientos puede hacer frente a todo tipo de conflictos. Cree firmemente en que el aprendizaje es para toda la vida (longlife learning), sabe que siempre tendrá que estar formándose por distintas vías (universidad, escuelas de negocios, internet, libros, vivencias de otras personas…). “Al asumir este hecho es capaz de aprender y desaprender con más facilidad en función de sus inquietudes o de las necesidades que vayan surgiendo”, explica Raquel Roca en su libro. Y es esta capacidad para actualizarse lo que le convierte en un profesional adaptable y moldeable, perfecto para los entornos laborales en donde prima la diversidad y la innovación constante. Son capaces de convertir su talento en el mejor activo.

No le asusta el fracaso ni experimentar, lo que no está exento de errores. Los asume, aprende de la experiencia y avanza. Otra de las características de los knowmad, y una de las más importantes, es que es responsable de sí mismo. Por lo tanto, líder de él mismo, que no espera que sean otros, “la empresa, el Estado, la sociedad… los que vengan a buscarle”, explica la autora Raquel Roca. No deja en manos de terceros su futuro profesional.

Este perfil profesional funciona como Google y Gmail: organiza y agrupa. Ésta es la clave, no la cantidad de proyectos sino la de conexiones entre unos y otros, buscan conexión para ser más productivos, menos es más. No duplican, agrupan. Por lo que estos nuevos profesionales a los que podríamos definir como vinculadores de oportunidades ya se están haciendo un hueco en nuestra sociedad. ¿Te atreves a ser un knowmad?. 

 

¿YO? ¿EMPRENDEDOR?

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¿Yo? ¿Emprendedor?. Quizás muchos de vosotros y vosotras nunca os hayáis planteado esta pregunta ya que los pensamientos habituales desde que finalizamos nuestros estudios están más enfocados a trabajar por cuenta ajena en una gran empresa. Lo que intentaré transmitir en estas líneas es que el emprendizaje es una oportunidad real de generar opciones laborales exitosas en el marco empresarial actual.

Mi caso fue así, con 26 años quise formalizar junto a dos socios lo que empezó siendo un pasatiempo para convertirlo en un verdadero proyecto empresarial. Éramos un equipo promotor proveniente de diferentes disciplinas y a posteriori este mix de conocimiento y capacidades resultó ser una de las claves del éxito de nuestro proyecto. Constituimos así pues TAPQUO, una start up de base tecnológica especializada en el desarrollo de aplicaciones móviles bajo la tecnología HTML5. Yo como licenciado en ADE me centré sobre todo en tareas de gestión y desarrollo de negocio. Todavía recuerdo esas primeras reuniones de grupo cuando les transmitía al equipo técnico que mi objetivo iba a ser muy claro, que no sencillo: convertir su conocimiento en euros. Porque no nos olvidemos de que el fin principal de cualquier empresa es facturar para generar riqueza y un proyecto sostenible de futuro tanto para los trabajadores como para la propiedad, los socios.

En una empresa de nueva creación os tocará hacer de todo: desde realizar tareas comerciales, marketing, contabilidad, participar en el desarrollo del Business Plan,… Deberéis convertiros en una navaja suiza, polivalente y multidisciplinar. Trabajando en vuestro proyecto de emprendizaje vais a conocer y a vivir de primera mano lo que es el verdadero mundo empresarial desde una perspectiva, eso sí, más generalista. Aquí reside la gran diferencia si lo comparamos con trabajar en una multinacional donde se busca más la especialización departamental.

La satisfacción de ver crecer y evolucionar tu empresa es algo inigualable. Lo que ves es tuyo, fruto de tus ilusiones, ganas y esfuerzo. Pero no todo es bonito en esto del emprendimiento, hay que trabajar y MUCHO. Mi caso fue un tanto especial ya que me tocó compaginar la faceta de emprendedor en TAPQUO con mi trabajo por cuenta ajena como Director de Innovación en una pyme tecnológica. El hecho de trabajar 12 horas al día e incluso algún fin de semana que otro no suponía un sacrificio. La recompensa daba sentido a toda esta dedicación. Con el tiempo el trabajo duro y la perseverancia traen resultados y éxitos, que no os quepa ninguna duda. Aprender a mirar las situaciones con perspectiva y no os perdáis en el cortoplacismo.

Otra de las claves de cara a lanzar un nuevo proyecto empresarial es la especialización, atacar el mercado desde lo diferente. Es la única opción que tiene una empresa pequeña para poder competir contra las grandes corporaciones. Asimismo hay que entender que los clientes son el TODO para una empresa. Atraerlos, cuidarlos y conseguir que quieran volver a comprar nuevamente tus productos y servicios. Un cliente descontento hace más ruido que 10 contentos, quedaros con esa idea.

Uno de mis lemas en el mundo empresarial es el siguiente: “prefiero tener un poco de mucho que mucho de poco”. Que no os dé miedo a compartir vuestra idea, ¿quién mejor que vosotros para llevarla a cabo?. Cualquier inversor preferirá invertir en vosotros antes que competir lanzando una nueva empresa sobre vuestra idea de negocio. Así fue en nuestro caso, de ser un proyecto fundado por tres socios, en TAPQUO entraron a participar diversos socios tecnológicos, un Business Angel y una Sociedad de Capital Riesgo. Es muy importante que estos nuevos compañeros de viaje no aporten únicamente capital, sino que se impliquen en el día a día de la empresa generando valor a nivel de estrategia de negocio o a nivel comercial atrayendo proyectos y clientes. Esta entrada de euros ayudará a que el hecho de pagar las nóminas no sea el principal problema de la empresa. Como escuché en una charla a un profesor del MIT: “El cash flow es más importante que tu madre”. Gran verdad si analizamos la situación actual de falta de liquidez de la mayoría de empresas de nuestro entorno.

¿Dónde buscar oportunidades de negocio?. La semilla del emprendizaje no tiene porque germinar justo al tiempo de terminar los estudios, en mi caso fue al de unos años tras finalizar la carrera cuando ya tenía una cierta experiencia y conocía algunos de los entresijos del mundo empresarial. No hay que estar obsesionado con querer ser emprendedor. La oportunidad puede surgir en el último año de carrera realizando un proyecto junto a tus compañeros de facultad, con treinta años en una conversación informal con tus amigos, o con cincuenta años o más al ser despedido de un trabajo y tener que reinventarse para seguir adelante. Mientras exista una buena idea de negocio y ganas de llevarla a cabo por un equipo profesional y comprometido podéis estar tranquilos porque esta aventura del emprendizaje os va a divertir y mucho…

” EL MEJOR MODO DE PREDECIR EL FUTURO ES INVENTÁNDOLO”. ALAN KEY

HEURÍSTICA PARA UN EMPLEO HETERODOXO

HeuristicaSiguiendo con la temática educativa y del empleo juvenil adjunto en este nuevo post un pequeño pero visionario escrito tutelado por Luis Cañada y con aportaciones de 4 personas más entre las que tengo el placer de formar parte. ¡Que lo disfrutéis!

HEURÍSTICA PARA UN EMPLEO HETERODOXO

Cinco personas interesadas en la problemática del trabajo juvenil, tres chicas, Anit, Ogeb y Anel y dos chicos Rotia y Siul, con edades entre 30 y 65 años, acompañadas de una hacendosa araña[1] que va tejiendo su red tridimensional, se reúnen para deliberar sobre este problema y convienen que con los enfoques actuales escasamente se llega a tratamientos paliativos que como máximo consiguen que el brutal desempleo no crezca, lo que para ellos no es suficiente. Así que se plantean formas diferentes de ser, hacer, pensar, entender, etc. en el mundo del empleo juvenil. En esas están cuando al cabo de un tiempo sobrevuela en sus mentes un hilo de la araña con la pregunta: ¿quién de nosotros no ha vivido una situación en la que él mismo, o alguien conocido, necesita de algún bien que no tiene pero que otro próximo, y que con frecuencia que no lo sabe, sí posee y del que se pudieran beneficiar las dos partes? (o viceversa). Todos conocen casos propios o de terceros, así que convienen que puede tener sentido compartir la deliberación sugerida por la araña.

Del hilo sin saber cómo ni por qué, quizás siguiendo algún capricho extraño del azar que acompaña el quehacer de la araña, les llega una segunda pregunta: ¿qué os dicen palabras como: billetero, …….,alfarero, jardinero, etc…[2]?, siendo la respuesta doble ya que el sufijo “ero”, ya que por un lado indica que se trata de un lugar o receptáculo donde se pone a disposición de quien lo necesite el bien que da el nombre a la palabra y por lado se corresponde con el artesano hacedor del bien o de la función.

La araña teje un poco más de red mientras susurra: ¿qué se necesita para crear empleo?, a lo que la respuesta compartida es que “hay dos cosas que son necesarias pero no son suficientes: ideas y actividad económica que derive en trabajo”. En este punto la araña suelta otro fino hilo en el que se lee “idetrabero” que sin dificultad es interpretado por el quinteto como “ide” de ideas, ”trab” de trabajo y “ero” como sufijo con el doble significado arriba mencionado. El palabro soltado por la araña quiere decir algo así como “el lugar donde están a disposición de quien lo necesite las ideas que llevan al trabajo” y/o “el artesano que gestiona ideas vinculadas con el acceso y/o con la creación de trabajo”.

Partiendo del supuesto de que el trabajo al que se pudiera acceder o crear cumplirá con el requisito de ser “digno” según los estándares de la U.E., la araña sigue su tejer descolgando una pregunta más, en este caso dirigida al neoartesano “idetrabero”: ¿con qué recursos tienen que contar los idetrabero para que se cree valor socioeconómico suficiente que acabe generando empleo?, sugiriendo que lo que se plantee tenga un toque de heterodoxia.

Después de deliberar pensando como artesanos idetrabero del empleo y de concordar que el toque heterodoxo de la propuesta se centra en crear empleo sin necesidad de, o con cantidades muy discretas de ellos, fondos públicos o privados y sí aprovechando las actitudes y aptitudes de las personas, el quinteto responde: “si tuviéramos personas motivadas, ‘Emitiendo’ y/o ‘Recibiendo’ ‘Capacidades’, ‘Oportunidades’, ‘Innovaciones’, ‘Necesidades’, algo que podíamos denominar ER-COIN”:

  • ‘capacidades’ porque todas las personas conocemos, o podemos estar ojo avizor a conocerlas en el futuro, “alguna persona que tiene o sabe de algún qué, don o algo” que puede ser vital para resolver una necesidad o potenciar una oportunidad.
  • ‘oportunidades’ porque algunas personas poseen el don de ver más allá de lo que otras ven y poseen el talento para plantear a sus congéneres propuestas que van a ser aceptadas, interiorizadas y demandadas.
  • ‘innovaciones’ porque todas las personas tenemos la potencia de generar cambios o hacer cosas diferentes que sean atractivas de forma que con las ‘capacidades’ disponibles se puedan elaborar propuestas que planteen ‘oportunidades’ o resuelvan ‘necesidades’.
  • ‘necesidades’  porque todas las personas y todas las organizaciones tienen algún tipo de necesidad no satisfecha, aunque no necesariamente identificada,  y que pudiera serlo si alguien las conociera y si tuviera a su disposición las ‘capacidades’ e ‘ideas’ adecuadas.

El quinteto continua exponiendo que: “estas personas harían de puente estableciendo vínculos entre los COIN de forma que con esta forma de actuar se pudieran ir creando condiciones con capacidad insospechada para el empleo, si bien es cierto es que si esas  personas motivadas estuviesen aisladas, o en grupos reducidos, tendrían una capacidad muy limitada, pero si dieran el salto a colaborar en redes (Net) abiertas poniendo en su quehacer su Emotalento (Emociones + talento) sería diferente. En este punto la araña descuelga un nuevo hilo en el que se lee ‘NEt.ERCOIN’ que inmediatamente es traducido por el quinteto como “red de emotalento emitiendo-recibiendo capacidades, oportunidades, innovaciones, necesidades” considerando al unísono que puede ser de gran valor para potenciar el emprendizaje, para compartir y combatir la incertidumbre, para construir juntos entre diferentes, para abarcar todas las especialidades, generando actividad económica y como consecuencia de ella empleo, no necesitando de fondos públicos y por ello ser resistente a la deuda, desfronterizando entornos culturales, políticos, nacionales, …., en definitiva estaríamos frente a una excelente innovación social nacida abajo que daría servicio a todos, estén donde estén a la vez que sería adaptable y flexible a la especificidad de cada persona y entorno”.

Si en la naturaleza la red es tejida por la araña, en NEt.ERCOIN quien teje y almacena para distribuir es un artesano que a modo de alfarero, vincula las ER-COINs que son su agua, arcilla, fuego, torno, paja y pintura y su producto artesanal es trabajo a la medida, pero trabajo que no queda pasivamente esperando en una BdD (Base de Datos) a la que alguien interesado acuda, busque y quizás encuentre, sino que el IDETRABERO va más allá, es un VINCULADOR activo entre los seis pilares de los ER-COINs, es una especie de explorador-misionero que trata de poner a disposición un bien de alto valor social cual es el trabajo digno, que en sus quehaceres abre caminos para alcanzar una sociedad más inclusiva y no solo eso, puesto que puede tener un hueco importante dentro de las organizaciones ya establecidas propiciando el fluir de todas las capacidades, oportunidades, innovaciones, necesidades ocultas.

La araña de Pegasus entiende que a más IDETRABEROs mejores condiciones para más empresas, más emprendedores, más bienestar social y más empleo digno. Para ella Gaia es una tierra de oportunidades y percibe a los alfareros del trabajo haciendo-jugando ya que alguno de sus jóvenes creará un juego “in eternum” para sus modernas y cambiantes TICs.

IDETRABERO es un método de hacer jugando que sirve para averiguar y que ayuda a mostrar cómo pueden encontrarse las propiedades  y las relaciones entre NEt.ERCOIN (lo que puede ser una curiosa definición de heurística).

Luis Cañada[3]

Proyecto Pegasus, Proyecto BYEF, Ícaro Think Tank de NSF

Abril 2014

Selección de Imagen: Aitor Jiménez

 

[1] Por cierto que nuestra araña no viene de la Tierra ya que aquí mayoritariamente tejen redes planas y cuando son tridimensionales son cerradas y en embudo dificultando la conectividad de los  idetrabero. Sin embargo en el planeta extra-solar “51Pegasi -b” de la constelación de Pegasus, curiosamente el primer planeta extra-solar conocido, las arañas tejen en un abierto tridimensional  que propicia la conectividad.

[2] Monedero, botellero, salsero, salero, azucarero, tostadero, perchero, granero, calero, braguero, puntero, semillero, tintero, ventisquero, nevero, trastero, limosnero, panera, aceitera, vinagrera, tintero, servilletero, pimentero, plumero, florero, uñero, pastillero, petrolero, gasero, pesquero, merlucero, atunero, ballenero, mentidero, escobero, frutero, verdulero, tomatero, naranjero, limonero, datilero, pañero, lanero, camisero, colchonero, panadero, aceitero, vinagrero, viñatero, quesero, tinturero, costurero, cestero, setero, castañero, huronero, buhonero, halconero, trampero, montañero, maderero,  embustero, cerillero, cuchillero, zapatero, torero, pescatero, carnicero, tendero, charcutero, mercatero, mielero, quesero, lechero, choricero, tabernero, mesero, cristalero, estanquero, tornero, platero, herrero, bolero, tornillero, maderero, plomero, palmero, peluquero, hojalatero, fontanero, portero, librero, banquero, tesorero, usurero, barquero, cadenero, cablero, cordelero,  cerero, cerrajero, cajero, caminero, cantero, putero, filibustero, chamarilero, chatarrero, chapero, butronero, ratero, ibero, mulero, vaquero, ovejero, cabrero, ganadero, molinero, costalero, fusilero, alabardero, arquero, pistolero, arcabucero, lancero, hachero,  armero, laminero, pastelero, camillero, curandero, enfermero, ingeniero, marinero, barquero, botero, remero, minero, telonero, basurero, barrendero, ……

[3] En este escrito hay aportaciones de Cristina Ugalde, Begoña Etxebarria, Helena Orella y Aitor Jiménez