La remunerafición empresarial

Businessman with Surfboard Going to the Beach

¿Es posible hacer de tu afición empresa?. Así lo confirma el crecimiento en el número de emprendedores que están convirtiendo su hobby en su fuente de ingresos. Profesionalizar tu pasatiempo de una manera seria y organizada, con un business plan viable que apoye esa necesidad vital, puede suponer un verdadero logro tanto en lo personal como en lo profesional. El reto consiste en integrar sostenible y eficientemente ese hobby profesional en las 24 horas del día y que te reporte un capital recurrente que permita financiar el resto de necesidades básicas.

Delante de un café y una agradable conversación tuve la oportunidad de conocer uno de estos casos (exitosos por cierto) en los que una afición deportiva ha permitido generar un proyecto empresarial de alto valor añadido. ASAKEN, una empresa especializada en trabajos verticales con cuerda y representada por la figura de Oskar Álvarez, gran aficionado a la montaña y en especial a la escalada. ASAKEN se fundó en el año 2005 y a día de hoy genera más de 70 puestos de trabajo realizando proyectos en diferentes sectores como la rehabilitación de infraestructuras, oil & gas y edificación sostenible.

Según Oskar:El deporte nos motiva, la aventura también, ¿y por qué no el trabajo?. Conseguir generar una empresa en la que nuestra actividad sea igual o más gratificante que el deporte y a su vez sirva de sustento económico, ese era nuestro objetivo. ¿Cómo lo materializamos en realidad?. Lo primero que hicimos fue centrar la atención en qué diferencias y similitudes existen entre eso que por lo general tanto rehúsan las personas, trabajo monótono y aburrido, y lo que tanto busca todo el mundo en forma de superación, actividad física e intelectual, posibilidad de conocer nuevas personas, nuevos lugares, en definitiva, ser parte activa de un proyecto ilusionante. A simple vista no parece complicado asemejar estos valores primarios con el trabajo, ya que en principio es (o debería ser) la esencia propia de la actividad vital. ¿Pero qué ha ocurrido?. ¿Cómo hemos llegado a ciertos modelos productivos actuales?. En muchos casos las personas viven una doble vida, la del trabajo asalariado (o alquiler de sus horas), y la otra vida, la del ocio, la destinada íntegramente a disfrutar y consumir lo generado en la fase trabajo. Y es precisamente esta dualidad vital la que hace difícil que prosperen dentro de las empresas las ideas de participación, compromiso, el sentir la empresa,… Sin tratar de indagar en los orígenes de estos modelos productivos: producción en masa, industrialización, fin del trabajo artesanal,… buscamos los puntos estratégicos que podrían hacer que nuestro trabajo se pareciese a una expedición de escalada o alpinismo, conseguir dar con estas claves y adecuarlas dentro de la organización. Perseguir el ideal de hacer siempre cosas que nos aporten como personas y como profesionales. Es algo que todavía no hemos conseguido al 100%, pero en ello estamos. Buscar el alto valor añadido, apostar por rotar al personal en proyectos diferentes, poner mucha atención en reunir un grupo humano con el que poder compartir momentos duros con una sonrisa, invertir mucho dinero en equipos y herramientas más cómodas y seguras, saber gestionar nuestros descansos, formarnos continuamente para poder conseguir ser polivalentes en obra y/o en oficina, no descuidar el desarrollo personal, saber compartir y celebrar el reconocimiento externo. Ese está siendo el éxito del proyecto ASAKEN. Lo que empezó como una afición deportiva se ha convertido en una verdadera ocupación profesional que tiene forma de empresa. Y así esperamos que siga evolucionando en un futuro, sin que pierda la esencia con la que se creó nuestra compañía, el amor por las alturas. Queremos seguir divirtiéndonos y disfrutando con lo que hacemos”.

En el mundo del emprendizaje coexiste la dicotomía sobre cual debe ser el objetivo de generar un nuevo negocio. Algunos sólo analizan criterios económicos, querer ganar mucho dinero, totalmente lícito pero difícil de conseguir. Otros en cambio tienen otras inquietudes y lo que buscan es poder dedicarse a lo que realmente les gusta, a su afición y poder vivir de ello dignamente en base a una remunerafición (la remuneración de la afición). La idea de profesionalizar tu hobby suena a priori fantásticamente bien, ¿verdad?. Además si te emociona lo que haces, en lo que trabajas, te resultará mucho más llevadero dedicarle el tiempo que haga falta para sacar adelante tu empresa. El problema a analizar es que una afición por lo general recae en nuestro ámbito temporal del ocio y al convertirlo en profesión, perderás ese espacio, esa delgada línea que une el trabajo con el hobby. Pero… ¿por qué no intentarlo?.

“Escoge un trabajo que te guste, y nunca tendrás que trabajar ni un solo día de tu vida”. Confuncio.

   

 

Los PILB y la élite del deporte

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Inauguramos este nuevo año 2016 con los mejores deseos y esperanzadores proyectos para tod@s. Además de con una excelente colaboración. Como gran aficionado al deporte, y en especial del fútbol, llevo un tiempo trabajando en un nuevo término, los PILB, acrónimo de “Player I would Like to Be” (Jugador que me gustaría ser). Con osadía y atrevimiento solicité ayuda y consejo a la psicóloga deportiva Patricia Ramírez para que me ayudara a testear profesionalmente este concepto ya que no sabía si realmente podría tener contenido. Patricia Ramírez es una de las mayores expertas en el área de la psicología deportiva en la actualidad y desde el año 1995 se ha dedicado a trabajar con deportistas nacionales e internacionales de máximo nivel. Ramírez ejerció además como psicóloga para la primera plantilla del Real Betis Balompié durante dos temporadas, en un ciclo que la entidad calificó de “altamente exitoso”. Por lo que me reitero, un verdadero lujo y placer compartir tan apreciada colaboración. Gracias Patricia por tu generosidad y por tu inestimable conocimiento.

La idea sobre el concepto PILB surgió al analizar la carrera futbolística de jugadores como Puyol, Pirlo, Xavi Hernández, Maldini, Seedorf, Ryan Giggs,… Deportistas, a priori, “mayores de edad” para la práctica profesional del fútbol. A pesar de haber sobrepasado con creces la treintena han demostrado (y lo siguen haciendo algunos) que con mentalidad ganadora, sacrificio a nivel físico y unos valores personales y profesionales intachables pueden superar incluso los umbrales máximos que poseían en su etapa de veinteañeros. Mención especial merece la más que destacable actuación del jugador del Athletic Club de Bilbao, Aritz Aduriz. A punto de cumplir 35 años (11 de febrero de 1981) está firmando un primer tramo de temporada espectacular, tanto por número de goles como por juego desplegado. Demostrando un arrojo y una emoción hacia el fútbol comparable a sus épocas de juvenil. Increíble. Quizás al reconocer humildemente que no le quedan muchos más años en la élite profesional quiera disfrutar más si cabe sintiéndose parte tractora del equipo. Mostrando así el camino a los más jóvenes, como una responsabilidad social y deportiva adquirida hacia ellos, hacia su Club e incluso hacia la propia sociedad.

Lezama, la cantera del Athletic Club de Bilbao, y La Masía del Fútbol Club Barcelona son claros ejemplos de que educar en valores desde las primeras etapas formativas del futbolista es fundamental para concebir futuros PILB. El desarrollo del talento, la emocionalidad, la creatividad florecen en espacios donde la singularidad del individuo se tiene en consideración y se valora. La realidad del deporte nos ha enseñado que los deportistas de élite deben estar preparados física y mentalmente para afrontar y superar los diferentes retos que van a ir surgiendo a lo largo de su carrera profesional. Por lo que resulta clave educar desde la complejidad atendiendo a la especificidad de cada futbolista ya que el desarrollo personal y deportivo son facetas indivisibles de un mismo crecimiento (palabras de Jose Mari Amorrortu, director deportivo del Athletic Club). Hay que disponer de una visión del deportista a largo plazo. Una formación específica en valores identifica al futbolista y al propio Club. Valores que van a conformar una seña de identidad y una marca país reconocible a todos los niveles. Como se aprecia en el caso paradigmático del Fútbol Club Barcelona y del Athletic Club de Bilbao, equipos respetados, admirados, y generadores de grandes personas y deportistas. Ese debe ser el camino a seguir.

No sólo la edad distingue a este colectivo denominado PILB, sino su carácter ganador, su perseverancia, sus valores personales, su ética profesional, su responsabilidad, su compromiso para con la sociedad y ante las nuevas generaciones. Conocen su poder mediático y lo utilizan para el bien. Son el reflejo y la esencia de la élite deportiva y serán por siempre recordados además de como excelentes players como grandes referentes sociales. El espíritu Puyol vs El ruido mediático del fútbol. 

La fortaleza mental juega un papel esencial y es distintivo de este grupo de deportistas. Son líderes tanto dentro como fuera del campo y actúan como tal. Carismáticos y brillantes estrategas, la mayoría de los PILB deciden continuar su carrera profesional como entrenadores o en puestos que generan valor dentro de sus equipos. Potenciar las variables psicológicas ayuda y es acicate para mejorar y prolongar la ejecución deportiva. Sin duda.

Tras contrastar esta idea conceptual con Patricia Ramírez llegamos a las siguientes conclusiones en formato de DECÁLOGO DEL PILB:

  1. La edad no es un impedimento, no debe ser una barrera para la práctica de tu actividad profesional.
  2. Sé tu mejor versión en cada momento, aunque sepas que no puedas conseguir la victoria.
  3. Ayuda a los más jóvenes como un día te ayudaron a ti.
  4. Comparte tu conocimiento. Comprométete con la sociedad.
  5. Analiza en perspectiva. Conciencia vs Consciencia.
  6. Sé humilde. El deporte forja personas para la vida.
  7. La victoria es el camino no el fin. Que te reconozcan más por tu comportamiento que por los trofeos que levantes.
  8. Respeta al contrario, al resto de players. No son tus enemigos.
  9. La educación, la salud, la cultura conviven contigo y te harán superarte.
  10. Que predomine en ti el sentido de equipo, sus intereses están por encima del lucimiento personal.

Este ejemplo de player que recoge el concepto PILB se podría extrapolar a otros deportes y disciplinas. El más que conocido retorno de Michael Jordan al baloncesto, el 21 de febrero de 2003, en el que se convirtió en el primer jugador de la NBA en anotar más de 40 puntos con 40 años. Qué decir del admirado alpinista español Carlos Soria, que con 76 años sigue inmerso en una increíble lucha, conquistar los 14 ochomiles de la tierra. De momento le faltan 3: Anapurna, Kanchenjunga y Dhaulagiri. Y por último y no menos importante el caso de Jeannie Longo. Ciclista profesional francesa recordada por su naturaleza altamente competitiva y su longevidad en el deporte. En junio de 2011 sumó su 58º título nacional, al proclamarse campeona de Francia en contrarreloj con 52 años. Todos ellos significativos casos de superación tanto en lo profesional como en lo personal. Esperemos que de aquí a unos años podamos dar nuevos y mejores ejemplos de la generación PILB, eso sería sintomático de que el deporte y por ende nuestra sociedad sigue avanzando hacia un estadio mejor, más evolucionado.

Y para finalizar una última reflexión… ¿Por qué no trasladar este filosofía PILB al mundo empresarial?. El valor no está en la edad sino en nuestra actitud ante la vida.