BOOTCAMPS CONTRA EL DESEMPLEO JUVENIL

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Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), en agosto de 2016, el 43,2% de los españoles menores de 25 años se encontraban en situación de desempleo. En este contexto, resulta paradójico que existan empresas que no consiguen encontrar a la persona adecuada para incorporar a los puestos de trabajo que ofertan (obviando aquellas que piden 30 años de experiencia y buscan a alguien de 20, lo cual daría para otro post).

Uno de los sectores en los que este gap entre oferta y demanda es más notorio es el de las Tecnologías de la Información (TI). Según Adecco, el empleo en el sector tecnológico crecerá, hasta el año 2020, un 9,3% anual a nivel internacional, lo que significa que o actuamos pronto, o quedarán cada vez más y más puestos sin cubrir. Además, la automatización y la robótica vienen para quedarse y aunque se estima que muchos empleos tenderán a desaparecer, las máquinas traerán de la mano la creación de muchos otros puestos de trabajo cualificados. En este sentido, las habilidades de TI, una vez más, serán de las más solicitadas (piensen que alguien tiene que diseñar, programar y poner en marcha todas estas “máquinas”).

Si bien las políticas y programas de empleo juvenil deben ser transversales a todos los sectores, el área tecnológica es de gran prioridad por el gran volumen de empleo que genera y seguirá generando. Actualmente existen programas innovadores que crean y forman, en muy poco tiempo, profesionales altamente cualificados en las TI.  Es el ejemplo de los bootcamps de programación (coding bootcamps), formaciones intensivas de 3 a 6 meses de duración, donde los estudiantes salen preparados para trabajar de inmediato como desarrolladores de software junior. El proveedor del bootcamp es normalmente quien decide qué tipo de lenguaje de programación se enseñará a los alumnos, basándose en las necesidades del mercado y en los potenciales empleadores.

Son muchos los organismos e instituciones que están apoyando este nuevo tipo de formación, como es el caso del Banco Mundial o el Presidente de Estados Unidos, Barack Obama, aunque en España las opciones todavía son reducidas y se concentran principalmente en Madrid y Barcelona. Si bien este puede ser un negocio privado, algunos Gobiernos ya están poniendo el foco en los bootcamps, como, por ejemplo, la Alcaldía de Medellín (Colombia) a través de la Corporación Ruta N, donde han subsidiado parte del bootcamp para hacerlo accesible a toda la población. Es una forma rápida de integrar a jóvenes en el mundo laboral y cubrir así las necesidades de muchos emprendedores y empresas que no encuentran el talento humano que necesitan.

No se trata de quitar el trabajo a los ingenieros y tecnólogos, sino de complementar su labor y cubrir en un corto plazo este enorme hueco entre la oferta y la demanda de empleo, mediante una formación técnica intensiva y concentrada en las necesidades requeridas actualmente por el sector TIC.

Esta formación, en todo caso, debe ir complementada con el desarrollo de una actitud emprendedora. El objetivo no es que todos los estudiantes creen sus propias empresas, sino que la formación incluya también una parte de habilidades blandas (pensamiento crítico, resolución de problemas, inteligencia emocional…), para que estos sean capaces de crear por sí mismos una solución a los retos de las empresas que les van a contratar.

Muchos países ya están implementando este tipo de programas y las tasas de inserción laboral son superiores al 75%. El impacto de estas iniciativas es incontestable. ¿Serán estos bootcamps el inicio del cambio para combatir el desempleo juvenil?.

Muchas gracias Elene por compartir tu internacional experiencia en este post :-). Elene Allende Letona es consultora del Banco Mundial en Washington, D.C., donde asesora a Gobiernos en las áreas de empleo juvenil, emprendimiento e innovación, principalmente relacionados con las TICs. Licenciada en Administración y Dirección de Empresas por la Universidad de Mondragón, siempre ha ligado su carrera al mundo internacional. Anteriormente trabajó en países como India y Chile, y a día de hoy compagina su trabajo en el Banco Mundial con el desarrollo de su propio proyecto, buscando cambiar la forma en la que los jóvenes buscan e interactúan con el empleo. ¡No cejes en tu empeño Elene!, personas como tú son las que hacen que las cosas cambien.