LOS 10 RASGOS QUE DEFINEN A LOS JEFES JÓVENES

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Según una reciente encuesta de InfoJobs el 22% de los trabajadores en España tienen un jefe de menor edad que ellos. No hay que tener prejuicios ante este nuevo paradigma sobre la edad y el liderazgo ya que este cambio no hace más que dar respuesta a los nuevos requerimientos del mercado laboral. La internacionalización, la tecnología, las nuevas formas de comunicación y el reconfigurado concepto de empresa están conformando una nueva generación de líderes, de jefes cada más preparados y sobradamente jóvenes. Esta combinación de líder joven y profesional más senior está resultando la clave del éxito tanto en grandes empresas no tradicionales como en las start ups promovidas por estos jóvenes y valientes emprendedores que entienden desde otra perspectiva el valor de capitalizar la experiencia.

El informe de InfoJobs también identifica los 10 rasgos que caracterizan a este nuevo perfil de jefes jóvenes:

1- Nuevas formas de trabajar. Los nuevos modelos educativos ofrecen una formación más orientada a la práctica que a la teoría, que favorece el trabajo en equipo y el multitasking. Esto lleva a los jefes más jóvenes a orientarse a resultados, más que a horas de trabajo, ofreciendo gran libertad a sus empleados.

2- Amplia formación. La falta de trabajo en épocas de crisis animó a los jóvenes a seguir formándose, con dobles licenciaturas, másteres, postgrados o más conocimiento de idiomas. Esto ha dado lugar a una generación ampliamente formada y con la inquietud de seguir aprendiendo.

3- En constante evolución. Los jefes jóvenes no se conforman con alcanzar el liderazgo, sus inquietudes les mueven a seguir aprendiendo, a conocer nuevos mercados y formas de trabajar que implantar en su empresa.

4- Necesidad de emprender nuevos caminos. La inquietud por aprender y conocer nuevos modelos de negocio se traduce, en ocasiones, en ganas de cambio. Este rasgo supone una de las mayores preocupaciones para los empleados, ya que pueden percibir en su jefe una falta de lealtad hacia la compañía en la que trabajan.

5- Gran conocimiento de las TIC y nuevas tendencias. Los jefes jóvenes han crecido con las nuevas tecnologías, en un mundo totalmente conectado y con toda la información y nuevas tendencias en la palma de su mano. Y en un mundo en el que las empresas se mueven hacia la transformación digital, estos perfiles son altamente demandados. 

6- Visión internacional. Estos nuevos jefes tienen experiencia internacional y competencias interculturales. Son perfiles más globalizados que apuestan por la movilidad, la apertura al mundo y ponen todas las herramientas a su alcance para acceder a él.

7- Diferentes formas de medir el éxito. A menudo, las personas más jóvenes calculan el éxito de su empresa más allá de los propios resultados financieros. La satisfacción de los empleados, los valores de la empresa o políticas de RSC que impacten positivamente en la sociedad son otras formas de medir el éxito.

8- Nueva forma de gestionar equipos. Desde personas súper-especialistas en tareas concretas, hasta puestos transversales. En las empresas de hoy en día conviven personas de diferentes perfiles y generaciones que deben trabajar en equipo. Los jefes jóvenes empatizan, conectan con todos los departamentos de la empresa y entienden las diferentes necesidades de sus empleados.

9- Menos despachos y más movilidad. Nos movemos hacia el teletrabajo. Los empleados son cada vez más “móviles”, trabajan como freelance o son contratados por proyectos, sin disponer de un sitio fijo en la oficina. Los nuevos jefes apuestan por las fórmulas de trabajo a distancia y adaptan la compañía a los nuevos modelos de trabajo.

10- Innovación, energía y creatividad. 2 de cada 10 empleados con jefes más jóvenes perciben como una ventaja los nuevos conocimientos de sus jefes, su creatividad y sus innovadoras maneras de trabajar. En las empresas, se valora muy positivamente la propuesta de nuevas ideas y maneras de trabajar, con estructuras comunicativas que involucren a la totalidad de los empleados.

El poder del Mindfulness para convertirse en un super profesional

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El estrés es uno de los males endémicos en nuestra sociedad afectando a un cada vez mayor número de profesionales. El estrés es ese enemigo, unipersonal y silencioso, que sale a la luz en diferentes situaciones críticas de nuestro día a día laboral: llamadas telefónicas interminables, largas reuniones improductivas, acumulación de trabajo, negociaciones anodinas para satisfacer al cliente, presión mordaz por alcanzar los objetivos… Este difícil y estresante contexto hace que en ocasiones nos sintamos desbordados, frustrados e incapaces de desconectar del trabajo al llegar a casa. La rabia y el miedo se convierten en estados de ánimo permanentes, deteriorando nuestras relaciones personales y profesionales, reduciendo nuestra capacidad de concentración, afectando al sueño e incluso a nuestra salud. El estrés se ha convertido en la gran enfermedad laboral del siglo XXI.

Aplicar prácticas como el Mindfulness ha demostrado ser una herramienta clave, no solo a la hora de reducir los efectos de este estrés psicológico, sino también se ha probado que fortalece el sistema inmunitario y nos ayuda a gestionar mejor la frustración y la ansiedad y, en definitiva, a ser más felices y productivos. Existen múltiples estudios que demuestran su potencial a la hora de ayudarnos a desarrollar habilidades como la resiliencia, la creatividad y la capacidad de gestionar nuestras relaciones. En la última conferencia Dreamforce 2016, promovida por la empresa SalesForce, no solo se habló de Mindfulness sino que se desarrolló un programa paralelo basado en esta herramienta, con el objetivo de ayudar a las personas asistentes a trabajar y potenciar precisamente estas cualidades.

Pero, ¿qué es realmente el Mindfulness?. Según Jon Kabat-Zinn, Doctor en Biología Molecular y profesor emérito de Medicina en la Universidad de Massachusetts: “Mindfulness es prestar atención al momento presente, de forma intencionada y sin juzgar”. A priori parece fácil pero en la práctica no lo es tanto. Por varias cuestiones, primero porque nuestra red neuronal, por defecto, piensa. Pongamos el ejemplo del acto de conducir, si no ponemos la suficiente atención, intencionada y voluntariamente, la cabeza se pone a pensar de manera automática, sin que seamos conscientes de haber iniciado ese proceso, en cosas que queremos hacer cuando lleguemos al destino, en situaciones que nos han pasado antes de subir al coche o en la planificación de las vacaciones de verano. La mente está siempre saltando de un pensamiento a otro mientras nuestro cuerpo está conduciendo. Es por esto, que muchas veces llegamos al destino sin haber sido conscientes del camino, o nos “despertamos” en medio de la conducción con la sensación de haber desconectado del propio proceso de conducción. Hemos cambiado de marchas o adelantado a otros coches sin prestar atención a lo que hacíamos. Esta inconsciencia tiene consecuencias. Si sucede mientras hago la cama puede que lo peor que me pase sea que me golpee en la pierna, pero conduciendo o realizando otras actividades más peligrosas, las consecuencias pueden ser más graves. En las relaciones personales, esta falta de atención plena en una conversación nos hace perdernos detalles importantes y se percibe negativamente como muestra de desinterés por ambas partes.

En segundo lugar, nos resulta difícil dejar de juzgar. Emitimos juicios de valor calificando las experiencias como agradables o desagradables de forma casi automática. La actitud hacia la experiencia vendrá por tanto condicionada por ese juicio. Sin embargo, existe el espacio físico y emocional para poder vivir una experiencia sin entrar a valorarla reactivamente, es decir, para poder estar receptivos a vivir la experiencia tal y como es y no como queremos que sea.

Internet y el desarrollo tecnológico han cambiado el modelo de trabajo, es una evidencia. La práctica del Mindfulness nos ayudará a maximizar muchas de las habilidades que necesitaremos en este nuevo escenario: amabilidad, inteligencia emocional, empatía en las relaciones, visualización clara de los objetivos y sobre todo, calma y equilibrio mental. Hay innumerables casos de éxito acerca de cómo el Mindfulness ha ayudado a mejorar el desempeño laboral a médicos, marines, bomberos, atletas olímpicos,… el parlamento británico, por ejemplo, ha elaborado un informe recomendando al gobierno instaurar medidas a favor de incorporar esta práctica en el mundo educativo, empresarial, jurídico y en el servicio sanitario. La neurociencia ha probado que, a través de prácticas como el Mindfulness, realmente se producen modificaciones muy beneficiosas en el cerebro, engrosando la corteza cerebral y disminuyendo el tamaño de la amígdala. Parece que hay argumentos más que justificados sobre los beneficios del Mindfulness, ¿te atreves a ponerlo en práctica?.

PD: Gracias Susana Zaballa por la colaboración en el desarrollo de este post y por compartir tu innovador conocimiento sobre el Mindfulness. Susana es socia fundadora de la empresa Interalde desde 2003. Anteriormente, trabajó como consultora para firmas nacionales e internacionales como Credit Suisse Group. Por otra parte, desarrolla trabajos de voluntariado en distintas organizaciones sin ánimo de lucro. Asimismo es presidenta de la asociación EmakumeEkin, socia de AED y miembro del club de Ponentes de APD.