- 04/03/2022, 11:14
04/03/2022, 11:14
Fri, 04 Mar 2022 11:14:22 +0100
Los riesgos a los que se enfrenta la economía española proceden del contexto internacional en el que nos movemos y de la orientación de política económica elegida. Es cierto que el gobierno no puede influir de manera determinante en la solución de los cuellos de botella en los suministros, en la subida de los precios de la energía, en el proceso inflacionista o en los problemas del este europeo que han desembocado en la invasión rusa de Ucrania, que atenta contra los principios básicos que han inspirado el orden internacional desde la Segunda Guerra Mundial. El gobierno tampoco puede intervenir en la política monetaria, que es decidida en las instituciones europeas y que, como respuesta a los problemas originados por el impacto de la pandemia, se dirigió a estabilizar los mercados financieros y garantizar la financiación de los Gobiernos, empresas y familias mediante la compra de activos y las operaciones de liquidez. Ahora bien, sí decide las reformas estructurales y prácticamente la totalidad de la política fiscal, sobre todo, mientras permanezca suspendido el pacto de estabilidad.