
Cuando todas las estimaciones apuntaban a un mal mes de enero por los efectos de ómicron en el mercado laboral de EEUU, el dato de nóminas no agrícolas de la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS por sus siglas en inglés) conocido este viernes ha dejado a muchos boquiabiertos. En enero se crearon 467.000 puestos de trabajo, muy por encima de los 150.000 que barajaban algunos economistas y pulverizando las perspectivas de otras casas de análisis, que llegaban a hablar de la destrucción de 400.000 empleos. Además, se ha revisado al alza el dato de diciembre de los 199.000 empleos recogidos inicialmente a 501.000. Si estos datos extraídos de encuestas a las empresas rezuman optimismo, la encuesta a los hogares registró un aumento del empleo aún mayor, de 1,2 millones. Por otro lado, sin embargo, la tasa de paro ha subido al 4% desde el 3,9% de diciembre.
Entre las otras métricas del informe también destaca el avance intermensual del 0,7% en los ingresos medios por hora respecto al 0,5% del mes anterior y el 5,7% interanual frente al 5% previo. También es destacable el aumento de la tasa de participación laboral al 62,2% (el dato más alto desde que estallase la pandemia en marzo de 2020) respecto al 61,9% en el que permanecía estancada en los meses previos.
Esta tasa de participación sigue estando lejos de su máximo antes de la crisis, el 63,4%. El desempleo del 4% exagera, según los economistas, lo ajustado que está el mercado laboral, ya que el dato de participación evidencia que millones de norteamericanos dejaron de trabajar con la pandemia y aún no han vuelto a la fuerza laboral. El aumento de una décima en la tasa de paro en enero estaría justificado precisamente por este aumento en la fuerza laboral: 1,39 millones de personas se incorporan a la población activa en busca de empleo.
"El aumento de la oferta de mano de obra es sorprendente dada la multitud de informes anecdóticos de que la propagación de ómicron pesó aún más en la oferta de mano de obra disponible. Y lo que es más importante, muestra que los trabajadores que estaban al margen están empezando a volver de forma más significativa a la población activa", valora Kathy Bostjancic, economista de Oxford Economics. "La facilidad para encontrar un trabajo mejor, el aumento de los salarios y, quizás, la expiración del crédito fiscal por hijos el mes pasado, podrían haber incentivado a los posibles trabajadores", se explica la experta.
Dentro del dato de nuevas nóminas, destacan las 61.000 en el comercio minorista, muy tocado por la pandemia. Esta cifra supone que el número de trabajadores en el sector es ahora mayor que antes de estallar el covid. De hecho, hay 61.000 empleados más en este área que en febrero de 2020.
La sorpresa ha sido mayúscula con estos datos ya que todo hacía indicar que los cierres, especialmente en los servicios, por los ingentes contagios de la variante ómicron iban a afectar al empleo. Incluso la metodología del organismo parecía jugar en contra, ya que las personas que cobran por hora no se consideran empleadas si se ausentan del trabajo durante la semana en la que el gobierno realiza su encuesta sobre el empleo.
"Algo huele mal aquí. El menor número de 'despidos estacionales' aparece como un pico de contratación en el informe. Lo que probablemente está ocurriendo es que los sectores de bajos salarios que tuvieron dificultades para contratar en los últimos meses dieron de alta a menos trabajadores en enero", apunta Bill Holobowski, de Bloomberg Intelligence.
"Del aumento de 467.000 nóminas, el 75% de las contrataciones procedieron del comercio minorista, el transporte y los almacenes, los servicios empresariales profesionales y la hostelería. Así que la amplitud de la fuerza en la contratación no es tan sólida cuando se empieza a buscar en los detalles", añade Holobowski.
"Es lo que es, pero habrá escepticismo: el BLS no ofrece ninguna explicación de por qué es tan fuerte. Por ejemplo, el aumento de 151.000 personas en el sector del ocio y la hostelería es difícil de entender, ya que las comidas en restaurantes han bajado más de un 20% respecto a lo "normal", según los datos de Opentable", contrastan los analistas de ING en una nota.
Los antecedentes de la semana daban pistas dispares. Esta semana el dato de creación de empleo privado de la empresa ADP recogía la destrucción de 301.000 empleos, cuando se esperaba la creación de 200.000. El mercado no tardó en culpar a ómicron. La estimación de la Oficina del Censo de que 8,8 millones de trabajadores se ausentaron debido al covid agravaba la narrativa. Sin embargo, el dato de peticiones iniciales de subsidio por desempleo, de carácter semanal, registraba el jueves su segundo descenso consecutivo dando a entender que las apreturas por la sexta ola van cediendo.
La recuperación de la economía mundial parecía encarrilarse, al menos sobre el papel, hasta que la variante ómicron vino a desbaratarlo todo a finales del año pasado. Sin embargo, el hecho de que el planeta haya aprendido a convivir con la pandemia y que esta variante sea menos mortal ha convertido a ómicron en una "espesa niebla", en palabras de la economista Diane Swonk, de Grant Thornton, de la que no se sabe cómo saldrán los datos económicos. Y eso pasaba hoy con las cifras de empleo de EEUU.
La Fed no puede fallar en marzo
Si la Fed ya se había quedado sin excusas para su giro hawkish ante un mercado laboral tan ajustado, estos datos le meten presión cuando los inversores ya descuentan cinco subidas de tipos de interés (algunos analistas ya hablan de seis) este mismo año y algunos valoran una de 50 puntos básicos en marzo. El avance en los ingresos medios por hora es otro acicate para la inflación.
"El informe de empleo de hoy confirma la opinión de la Fed de que el mercado laboral es muy, muy fuerte. Con los funcionarios de la Fed centrados en la inflación y en el aumento de las presiones salariales, los datos proporcionan más munición para justificar la subida de los tipos en su próxima reunión de política monetaria a mediados de marzo en 25 puntos básicos. No creemos que el informe empuje a los funcionarios a iniciar el ciclo de endurecimiento con un aumento agresivo de los tipos de 50 puntos básicos, aunque los mercados probablemente prevean esa posibilidad", señala Bostjancic.
"Sólo el tiempo dirá si el aumento de los salarios es suficiente para atraer a la gente a la fuerza de trabajo. No obstante, la narrativa de la intensificación de las presiones inflacionistas en el mercado laboral y el fuerte crecimiento del empleo, cuando ómicron supuestamente está deprimiendo la actividad, sólo hace más probable que la Fed se embarque en una serie agresiva de subidas de los tipos de interés", apuntan los analistas de ING, que si bien también descartan la subida de 50 puntos básicos en marzo, sí contemplan cinco subidas de 25 en 2002.