Opinión

Un mínimo respiro en los Ertes

Los Ertes evitaron el colapso de muchas empresas durante la pandemia

La decisión por parte de Trabajo y Seguridad Social de extender hasta el 31 de marzo los Ertes se ha tomado casi in extremis. Parece que el número de trabajadores que permanecen incluidos en alguna modalidad de estos es relativamente pequeño. Trabajo habla de 105.000 trabajadores.

Sabemos que el objetivo inicial era finalizarlos el 28 de febrero, pero la presión de patronal y sindicatos ha permitido un mínimo respiro de tan solo un mes acompañado de una considerable reducción de las exoneraciones a las empresas en pagos a la Seguridad Social, con un descenso de más de un 20% y mayores requisitos para mantenerse dentro de los mismos.

Seamos claros. Los Ertes han ayudado a "salvar los muebles". Por una parte, es evidente que los Ertes han sido esenciales para evitar un desplome irrecuperable de la economía y el empleo. En un país con las tasas de más elevadas, esta medida ha sido el necesario salvavidas de muchos trabajadores y hemos conseguido mantener unas cifras de paro alrededor del 13-15%, muy por debajo de ese 24% de la crisis del 2013-2015. En el momento más álgido de los Erte (2020 y principios 2021), han llegado a estar inscritos en ellos hasta 1,8 millones de trabajadores, en su modalidad total o parcial. Somos un país con un peso enorme de pymes, por lo que sin esta medida muchos negocios y muchas personas hubieran colapsado. El Erte ha proporcionado la red de seguridad necesaria a las personas y a la confianza en la economía.

En segundo lugar, basta echar un vistazo a los datos de trabajadores en Erte por sector para confirmar que los sectores de hostelería y turismo han sido los más impactados por estas medidas. De la misma manera por regiones, las zonas cuya economía depende mayoritariamente del turismo como Baleares y Canarias han sido las que han incluido mayor número de personas en Ertes. Si bien las voces más optimistas hablan de que la recuperación está ya aquí, todavía deberá pasar más de un año para que algunos de los pilares del PIB español vuelvan a los números pre Covid. Usando un símil de la pandemia, la economía española ha salido de la planta UCI, pero todavía le queda mucho para su recuperación definitiva.

El Gobierno debe poner en marcha medidas que incentiven la creación de empleo

Todavía es imprescindible articular medidas de protección del empleo que faciliten a las empresas, sobre todo en el sector turismo y de servicios, una gradual recuperación a través de ayudas que alivien el impacto sufrido durante la pandemia, al menos durante todo el año 2022. La aprobación de un nuevo salario mínimo sin contar con el consenso de la patronal es una decisión muy agradecida políticamente, pero va a incrementar los costes laborales sustancialmente en una economía basada en buena parte en competir en costes.

Es más que razonable pensar que el momento de los Ertes ha pasado, pero es ahora preciso plantear ayudas y exenciones que faciliten que el enfermo, -esto es los sectores de nuestra economía más afectados por el Covid- se recupere definitivamente. Es el momento de que desde el Gobierno se pongan en marcha medidas que incentiven la creación de empleo y protejan el empleo existente de una forma justa, ecuánime, inteligente y también generosa. Es el momento de comenzar la rehabilitación de una economía todavía en estado delicado para garantizar que recupere completamente la salud.

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