He intentado que el título de esta reflexión tenga una cierta analogía con el de una gran película de hace ya muchos años, El año que vivimos peligrosamente. La COVID-19 pilló a todo el sistema productivo español por sorpresa y, por esa misma razón, el Real Decreto Ley sobre Teletrabajo publicado ayer (septiembre 22, 2020) viene a ser como el corredor que empieza tarde la carrera e intenta, con dignidad y espíritu de superación, llegar a meta con la cabeza alta pero con pocas probabilidades de subirse al podio. Otros muchos países lo han hecho antes y mejor, por ejemplo, los nórdicos, Centroeuropa y Países Bajos. Las comparaciones son odiosas, porque también las economías son muy diferentes, pero un 38% de los holandeses puede trabajar frente a menos de un 7,5% de españoles antes de la pandemia.