Redactor de economía y mercados. Doctor en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid (UCM). Un día se preguntó cómo cotizaba un bono y ya no hubo vuelta atrás.

Para haber proseguido su desaceleración y no haberse desviado en exceso de lo que esperaban los analistas, los datos de inflación de EEUU en enero conocidos este martes provocaron un importante revuelo en los mercados y punzantes reacciones entre los economistas. El IPC general se moderó de un 6,5% interanual a un 6,4% cuando se esperaba un 6,2%. Del lado de la inflación subyacente -excluyendo los más volátiles alimentos y energía-, se pasó de un 5,7% a un 5,6% cuando se estimaba un 5,5%. Dentro de ese pequeño baile de décimas se ha vuelto a generar un mundo y las voces más autorizadas del consenso económico vuelven a señalar a la Reserva Federal y a su 'problema' con el objetivo de inflación.

La inflación se ha mantenido estable en el 6,4% interanual en EEUU (frente al 6,5% anterior), un dato un tanto decepcionante, puesto que los expertos esperaban que la moderación siguiese su curso y el crecimiento de los precios se redujera al 6,2%. Además, la subyacente también ha caído solo una décima hasta el 5,6%. El IPC mensual acelera, por su parte, hasta el 0,5% desde el 0,1% previo. El subyacente se mantiene en el 0,4%.

En marzo de 2022, el crecimiento de los salarios en la economía de EEUU comenzó a moderarse. Aunque la creación de empleo sigue siendo sorprendentemente fuerte y las vacantes se mantienen cerca de máximos históricos, el crecimiento anual de los sueldos ha caído desde casi el 6% hasta el 4,4% en enero de este año. Una tendencia, que salvo en pequeñas pausas de un mes, se ha mantenido, lo que ha permitido a la Reserva Federal levantar el pie del acelerador de las subidas de tipos y casi descartar una espiral precios-salarios (el escenario más temido por la Fed). Sin embargo, en los últimos meses se ha podido ver una nota discordante dentro de los salarios. Hay un sector, cuyo peso en el empleo es notable, donde los salarios llevan tres meses consecutivos al alza, aunque aún no es alarmante, algunos expertos comienzan poner el foco y a analizar el posible impacto de este sector en la economía en su conjunto y en las decisiones de la Fed.

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Toda divisa lleva una historia detrás y la del baht tailandés es particularmente positiva. No solo es que la moneda de Tailandia haya registrado repuntes recientes y se anote interesantes ganancias (un 5% contra el dólar en los últimos tres meses), sino que en el último cuarto de siglo se ha comportado especialmente bien siendo una de las divisas del mundo que mejor ha resistido frente al dólar con permiso del franco suizo. Un hito más que destacable teniendo en cuenta se trata de una divisa emergente. ¿Cuál es el 'secreto' de este éxito?

Esta vez sí. Parecía que la selección inglesa de fútbol tenía esta vez en su mano hacer un papel destacado en un Mundial. Muy lejos ya la victoria de 1966 o las semifinales de 1990, el potencial de la plantilla y la fortaleza de su liga -la Premier League es ahora mismo el emporio del deporte rey-, se daban todos los condicionantes para brillar. Pero la barrera de cuartos de final volvió a ser infranqueable -la Francia de Kylian Mbappé tiró de oficio- y lo único que se trajeron los pross a casa fue una contracción del PIB en diciembre.

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Cada página del periódico o cada sección web de los medios financieros estadounidenses dan noticias aparentemente contradictorias. Por un lado, pese a que se lleva meses pronosticando una recesión, los datos macroeconómicos relativos al empleo muestran a cada lectura su fortaleza (un paro en mínimos de 1969, una cifra de nóminas no agrícolas disparada en enero, unas peticiones de subsidio por desempleo en suelo histórico, unas vacantes de empleo en máximos), retando continuamente los deseos de la Reserva Federal de calmar el mercado laboral para evitar presiones inflacionarias. Por otro, las grandes empresas de Wall Street martillean casi a diario con anuncios de despidos masivos, superando la mayoría de cifras de los comunicados los tres ceros. Disney, con 7.000 despidos, ha sido la última en sumarse a una lista que lideran Amazon, Meta, Alphabet, Microsoft, Dell, Twitter, PayPal, Zoom y a la que se están uniendo grandes bancos de EEUU. ¿Por qué esta desconexión?

La senda monetaria del Riksbank de Suecia es cuando menos curiosa. Tras varios años probando con los tipos de interés negativos, los miembros del banco central sueco decidieron comenzar a subir los tipos de interés antes de que la inflación irrumpiera como un elefante en una cacharrería a mediados de 2021. El banco central reconoció que el 'dinero gratis' podía tener también efectos nocivos en la economía, pero jamás confesó de forma directa que los tipos negativos estaban generando más perjuicios que beneficios. Sin embargo, sí admitieron que esos tipos negativos inflaron los precios de la vivienda. Ahora, con el giro de 180 grados de la banca central, la economía sueca y el mercado inmobiliario del país sufren las consecuencias: "Suecia está en el ojo del huracán de las subidas de tipos".

La histórica subida de los tipos de interés en Europa está teniendo consecuencias importantes para el precio de los activos. Las acciones y los bonos reaccionaron con drásticas caídas de forma casi instantánea, cotizando las expectativas de unos tipos futuros más altos. Ahora, acciones y bonos parecen 'revivir' ante la pronta llegada del fin de las subidas de tipos. Sin embargo, hay otros activos que tardan más en 'cotizar' estas subidas, como es el caso de la vivienda. Los inmuebles no cotizan expectativas con tanta facilidad como los activos financieros (cuyos precios varían a diario), el precio de la vivienda se reajusta cuando la política monetaria se transmite por completo a los tipos de interés e impacta en la economía real, algo que está sucediendo en estos momentos. La vivienda ya cae en varios países europeos. Aunque el sector ha mostrado cierta coordinación en los últimos años, parece que esta vez las correcciones de precios se van a concentrar en algunos países en concreto.

Los datos de empleo de EEUU relativos a enero han vuelto a hacer trizas todos los pronósticos de enfriamiento del mercado laboral. Con los analistas esperando una cifra de nuevas nóminas no agrícolas por debajo de 200.000 por primera vez en dos años, el informe de la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS) del Departamento de Trabajo publicado este viernes ha arrojado unas 517.000. Al mismo tiempo, la tasa de paro ha bajado del 3,5% al 3,4%, igualando mínimos de mayo de 1969. A comienzos de los años 50 la tasa de desempleo llegó a bajar del 3%. Los meses de subidas de tipos de interés de la Reserva Federal (Fed) no parecen haber enfriado ni un ápice el mercado de trabajo.

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Los bancos centrales han vuelto a ser protagonistas. Las subidas de tipos para combatir la alta inflación heredada de los desajustes económicos de la pandemia ya se empiezan a notar en la economía y amenazan las perspectivas de los ciudadanos. Sin embargo, haciendo un repaso histórico, se puede concluir que, en algunos casos, estas medidas han perdido potencia. El caso actual del Reino Unido es revelador.