La economía de EEUU, pese a todas sus carencias, ha sido durante décadas una suerte de paradigma a imitar por muchos países en desarrollo o emergentes que ansiaban alcanzar una prosperidad similar a la de la mayor potencia del mundo. Hoy, los países emergentes están probablemente más cerca de 'parecerse' a EEUU, no solo porque alguno de ellos lo haya hecho bien términos de crecimiento, sino porque el mercado americano está mostrando ciertos comportamientos que recuerdan, precisamente, al de los mercados emergentes. Aunque esto es por ahora algo anecdótico (EEUU sigue siendo un país muy rico y con unos mercados atractivos), sí es sintomático de que algo está sucediendo en la mayor economía del mundo. El dólar y el precio de los bonos están cayendo al unísono, mientras que Wall Street se comporta de forma errática y la economía del país empieza a flaquear. Al mismo tiempo, el término represión financiera empieza a asomar en varios análisis, una estrategia intencionada o no que permitiría al país erosionar el valor real de la deuda (reducir la deuda sin impagar oficialmente). Todo ello, junto a la incertidumbre (y en muchos casos incoherencias) a la que está sometiendo Trump a la economía de EEUU está llevando a que los inversores busquen otros lugares. Esto que ahora afecta a los mercados financieros puede terminar filtrándose a la economía real (a través de una menor inversión) y generar problemas.

Redactor de economía y mercados. Doctor en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid (UCM). Un día se preguntó cómo cotizaba un bono y ya no hubo vuelta atrás.