La Cámara de Representantes de Estados Unidos ha aprobado el proyecto de ley fiscal estrella de Donald Trump por un solo voto después de 48 horas de disputas entre distintas facciones de su Partido Republicano y gracias a la muerte en el último momento de un diputado demócrata, que ha terminado por desequilibrar el empate. Esta aprobación 'in extremis' allana el camino para el primer gran éxito legislativo del magnate. Curiosamente, el paquete, que incluye un fuerte recorte de impuestos, menos gasto social y un aumento de la deuda federal, está tensando el mercado de bonos y llevando a los plazos largos de la deuda en el mercado a dispararse por encima del 5%, encendiendo las alarmas de una crisis fiscal. Ahora la ley pasa al Senado, donde los republicanos tienen una escasa mayoría, que puede cambiar y pulir las medidas.
El pasado jueves, el Comité de Presupuestos del Congreso había tumbado el proyecto con el rechazo de los diputados más 'halcones fiscales', que exigían fuertes recortes del gasto sanitario, concentrados en el seguro público para las personas más pobres, Medicaid, que dejarían a millones de ciudadanos sin cobertura médica. Con el proyecto al borde de la derrota, los líderes del partido se sentaron a negociar de emergencia y prometieron presentar enmiendas que endurecieran los requisitos para acogerse a este programa.
El propio Trump se reunió el martes con el grupo parlamentario, para pedirles que "dejaran de hacerse los importantes" y "dejaran de hablar" y aprobaran el proyecto. El problema es que los republicanos seguían divididos en numerosas facciones con exigencias enfrentadas y contradictorias: unos piden menos recortes de impuestos; otros exigen recortes de gasto; otros quieren más recortes de impuestos y otros quieren mantener algunas de las partidas que el segundo grupo quiere eliminar.
Finalmente, el proyecto se ha aprobado por la mayoría más ajustada posible, y casi de rebote. La ley ha superado el trámite por un solo voto: ha salido con 215 a favor frente a 214 en contra, una abstención (republicana) y cinco ausencias (tres demócratas y dos republicanos). La clave ha estado en la muerte ayer miércoles de un diputado demócrata, Gerry Connolly, por cáncer, que ha dejado vacante el escaño clave que necesitaban los de Trump. También ha sido decisiva la abstención de Andy Harris, líder de los radicales conservadores, que ha anunciado que no votaría que no para "dejar avanzar el proceso" y ver cómo el Senado modifica el proyecto. Una aprobación al límite muy llamativa para una compleja legislación de más 1.000 páginas y que normalmente requiere un amplio consenso, por lo menos del propio partido que impulsa la ley.
¿Qué contiene el proyecto?
La 'Big Beautiful Bill' incluye fuertes rebajas de impuestos, concentradas en el 1% más rico de la población de EEUU, por valor de 5,2 billones de dólares para la próxima década, según las estimaciones del Comité para un Presupuesto Federal Responsable (CRB). Para compensar parte de esas rebajas, el plan propone recortes de gasto en ayudas públicas para los ciudadanos más pobres que rondan el billón de dólares. El resultado sería disparar el déficit público anual al 6,9% del PIB y la deuda neta de EEUU al 125%, en 2034, aumentando el coste de los intereses de la deuda pública en unos 170 millones anuales.
El texto también otorga permiso al Gobierno de EEUU para emitir deuda nueva por valor de 4,5 billones de dólares. Este permiso es clave, porque el Tesoro ya ha agotado su capacidad de emitir bonos en enero y necesita una nueva autorización del Congreso para poder volver al mercado. Si no la recibe, el país se verá abocado a declarar la suspensión de pagos entre junio y agosto.
Precisamente, el pasado viernes, la agencia de calificación de deuda Moody's rebajó la nota de EEUU de Aaa, su nivel más alto, a Aa1, el segundo escalón de su lista. Entre las causas de este recorte, apuntaba la agencia, está su alto déficit presupuestario y el veloz crecimiento de su deuda pública neta, que ya ronda el 100% del PIB. Este anuncio ha espoleado a los republicanos, que alegan que este plan, diseñado para incrementar aún más el déficit y disparar más todavía la deuda pública, será el primer paso para "corregir ambos problemas", confiando en que el crecimiento económico compense los fuertes recortes de ingresos públicos.
Por comparar, cuando Trump aprobó su primera rebaja de impuestos en 2017, la deuda pública apenas superaba el 70% del PIB. En aquel momento, el aumento del crecimiento económico no logró compensar la rebaja de ingresos, sino todo lo contrario: el déficit creció del 3,1% en 2016 al 4,5% en 2019, y actualmente ronda el 6,2%, una cifra nunca antes vista en tiempos de paz y sin una catástrofe o pandemia que haya provocado gastos de emergencia. De hecho, si se aprueba este paquete, en 2027 la deuda pública de EEUU superaría el récord fijado en la II Guerra Mundial, según los cálculos del CRB.
El texto también reduce los reduciría los impuestos sobre las propinas y el pago de horas extras, siguiendo las promesas de Trump durante su campaña presidencial de 2024, y aumentaría el gasto en seguridad fronteriza.
¿Y ahora qué?
Una vez aprobado por la Cámara, el proyecto pasa al Senado, controlado por los republicanos. En la cámara alta hay 100 senadores y al menos 50 de los 53 republicanos deberán apoyarlo para que Trump pueda promulgarlo.
Si el Senado introduce cambios, el texto deberá volver a la Cámara para otra votación. Dado que se espera que los demócratas lo rechacen en bloque, su destino dependerá de si el líder de la mayoría republicana, John Thune, logra un compromiso entre legisladores moderados como Susan Collins y duros opositores al gasto público como Mike Lee y Rand Paul. Como en la Cámara, Trump ejercerá una fuerte presión sobre su partido para que respalde la legislación.