Bolsa, mercados y cotizaciones

El bono de EEUU a 30 años ofrece ya la mayor rentabilidad frente al precio del dinero desde 2022

  • Su rentabilidad se dispara a máximos de casi dos décadas, y paga ya un 5,1%
  • El mercado acorrala de nuevo a Trump, con el bono a 10 años acercándose a máximos anuales
Donald Trump, presidente de Estados Unidos. Fuente: Alamy.

El mercado de bonos americano sigue presionando a Donald Trump, después de que el Comité de Reglas de la Cámara de Representantes de Estados Unidos haya dado el visto bueno al proyecto de ley que elevaría el déficit y la deuda del país, conocido como One Big, Beautiful Bill (la gran hermosa ley) y allanase el camino para que este jueves fuese aprobado en el pleno de la Cámara. Esta victoria se ha reflejado nuevamente en las rentabilidades de la deuda pública, en una sesión muy volátil, en la que las ventas se han intensificado después de que el plan saliera adelante. En el caso del bono americano a 30 años su interés se ha disparado a máximos de casi dos décadas -está en el 5,14%, un nivel no visto desde 2007-. Tras esta escalada, su atractivo ha ido creciendo y ofrece ya la mayor rentabilidad frente al precio del dinero desde 2022, incluso teniendo en cuenta el rango alto, del 4,5%.

"El mercado de bonos está dando una señal de advertencia a los responsables políticos de que los problemas de sostenibilidad fiscal no pueden ignorarse durante mucho más tiempo", señala Priya Misra, gestor de JPMorgan AM en declaraciones a Bloomberg. Y no es la primera vez que el mercado de bonos más grande del mundo ha conseguido cuadrar a Trump. La última vez que lo logró fue precisamente en abril, en los días posteriores al anuncio de su agresiva política arancelaria contra todo el mundo. La notable escalada en la rentabilidad de los bonos forzó a Trump a anunciar una tregua de 90 días en la implementación de algunos aranceles.

En este caso, con el coste de financiación a 30 casi en máximos de dos décadas, la idea de fondo es que ese incremento podría conseguir que el Gobierno cediera a la presión y recortase el gasto, en vez de aumentarlo. No es algo descabellado porque ya ha ocurrido en otros momentos del pasado, como en los primeros años de la administración de Clinton, en 1993, o incluso en Europa tras la crisis financiera.

Además del paquete legislativo que defiende Trump, con el que se extienden los ajustes tributarios que hizo en su primer mandato en 2017, el mercado de deuda también se ha visto presionado por el escaso apetito que se palpó el miércoles en una subasta de bonos americanos a 20 años, en la que la demanda fue muy débil por las preocupaciones sobre las perspectivas fiscales y la inflación. Es otra prueba más de que hay un menor interés por parte de los inversores en la deuda americana, sobre todo a largo plazo, a pesar de que su rentabilidad real cada vez es más atractiva. El bono americano a 30 años ofrece 0,56 puntos porcentuales adicionales sobre el precio oficial del dinero (ver gráfico).

Aunque el foco de este año está puesto sobre todo en Estados Unidos, el empinamiento de la curva en los tramos más largos de la deuda pública se está produciendo a escala global. Esto se debe a las "altas necesidades de financiación gubernamental, la reducción del balance de los bancos centrales y una caída en la demanda de duración por parte de los inversores", explican en Bank of America. "Creemos que los riesgos de empinamiento son más pronunciados en Estados Unidos, seguido de Japón, la zona euro y el Reino Unido, donde somos optimistas", añade. Esto significa, en otras palabras, que las rentabilidades de la deuda a largo plazo podrían subir todavía más e implicarían pérdidas latentes por precio para quien comprase ahora esta deuda.

El bono americano a 10 años se acerca al 5%

La rentabilidad de la deuda pública americana a 10 años también cotiza cada vez más cerca de su máximo anual, que se encuentra en el 4,79%. Alcanzó este interés el pasado 14 de abril, en los días posteriores al Día de la Liberación, poniendo en duda la famosa "excepción americana" (la idea que presenta a Estados Unidos como un país único o ejemplar). Por primera vez en mucho tiempo el bono americano ha perdido su condición de activo refugio mundial en momentos de inestabilidad en el mercado, y su rentabilidad se inclina hacia el 5%. A media sesión europea, el interés de esta deuda alcanzaba el 4,6%. "Durante décadas, el bono del Tesoro de EE.UU. ha sido considerado el activo refugio por excelencia, un punto de anclaje en los momentos de mayor volatilidad global. Si esta percepción empieza a cambiar, el impacto estructural podría ser considerable", explica Pedro del Pozo, director de inversiones financieras de Mutualidad.

Llueve sobre mojado. El sentimiento de los inversores hacia la deuda americana sufrió otro golpe la semana pasada, después de que la agencia Moody's despojara a Estados Unidos de su máxima calificación crediticia, la triple A que mantenía en solitario. "La rebaja no sorprende (...), pero se produce en un entorno ya de por sí delicado y recuerda a la comunidad inversora una vez más que la dinámica fiscal actual de EE.UU. no es sostenible a largo plazo. Si bien no es la razón principal, la rebaja se suma a la lista de argumentos por los que los inversores no deberían entusiasmarse demasiado con la exposición a la duración en este momento", señala Dario Messi, responsable de análisis de renta fija de Julius Baer.

El efecto Donald Trump en la deuda de EEUU

Desde mediados de septiembre, cuando Donald Trump empezó a perfilarse como firme candidato a presidir EEUU, la rentabilidad del bono a diez años se ha incrementado alrededor de 100 puntos básicos. Su interés es del 4,6%, acercándose cada vez más a la barrera del 5%, que ya ha superado el bono a 30 años.

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