Correlación no implica causalidad. Vicente Nieves lleva buscando explicaciones a los movimientos de los mercados y de la economía desde la crisis financiera de 2007. Aún no tiene la respuesta.
Economía

Las asignaturas pendientes se acumulan y el tiempo se agota. En las últimas dos décadas, España no ha logrado reducir la brecha de renta per cápita con los países más avanzados de la zona euro. El sempiterno problema de la baja productividad impide que la economía nacional recorte distancia con países como Alemania o Austria con los que comparte moneda. A ese problema que lleva décadas sin resolverse, se le van sumando nuevos obstáculos que no hacen sino complicar aún más la situación, como pueden ser la transición demográfica, la desigualdad económica o una deuda pública creciente. Estos desafíos, todos relacionados entre sí, marcarán el devenir de la economía española en las próximas décadas, por ello desde el Banco de España piden un elevado grado de consenso, porque las decisiones no serán fáciles: "Retos estructurales, requieren respuestas estructurales".

Economía

El covid-19 está evidenciando que España necesita al turismo extranjero para mantener el equilibrio con el exterior. Con las fronteras cerradas, el déficit por cuenta corriente que ha arrojado la balanza de pagos de España en abril ha sido el mayor de los últimos diez años, provocado por el desplome de los ingresos por turismo. Mientras que el cómputo de los cuatro primeros meses también arroja un saldo negativo, lo que amenaza con romper un ciclo único de superávits exteriores de ocho años consecutivos. Todas las claves del control de viajeros que llegan del exterior.

Prestaciones y mercado laboral

El Ingreso Mínimo Vital (IMV) ha llegado para quedarse y, por tanto, su efecto en la economía será cuasi permanente. Por ello, economistas e instituciones insisten casi a diario en la necesidad de aplicar la máxima rigurosidad para cada detalle de su diseño. Se debe intentar lograr que, al mismo tiempo que el IMV aporta una cuantía suficiente para ayudar a los colectivos más vulnerables, ésta no desincentive la inserción en el mercado laboral de quien la percibe. Para lograr este objetivo no parece suficiente con permitir que se compatibilice el IMV con un salario, se necesitan incentivos que permitan a los perceptores obtener unas rentas incluso superiores (incentivo) cuando accedan a un trabajo. Los impuestos negativos sobre la renta o el 'complemento salarial' usados en los países anglosajones pueden servir de inspiración para evitar que el IMV genere trampas de pobreza.

Economía

España arrastra un problema importante con la deuda pública desde la última crisis económica. Pese a que han transcurrido varios años desde entonces, los niveles de deuda sobre PIB se encuentran muy por encima de lo que se considera sano y sostenible en el largo plazo. Aunque hoy los bajos tipos de interés están facilitando el pago de los intereses de la deuda, nadie puede garantizar unos tipos de interés tan bajos de por vida. Por ello, el Banco de España (BdE) pide en su informe anual "un ambicioso plan de consolidación a medio plazo y de reformas estructurales que eleven el potencial de crecimiento". Si no se logra recortar el déficit estructural y se potencia el crecimiento, la deuda pública de España seguirá aumentando durante toda la década hasta rozar el 130% del PIB, dejando a las finanzas públicas en una situación muy vulnerable.

Mercado laboral

Normalmente, cuando se analiza por qué los ciudadanos de un país disfrutan de una renta per cápita (el PIB dividido entre todos los ciudadanos) más elevada que otros, se tiende a buscar la explicación en las diferencias de productividad. Aunque son varios los factores que pueden hacer a un país más 'rico', se suele decir que la productividad es la base del crecimiento sostenible y del bienestar a largo plazo. Sin embargo, en el caso de Francia y Alemania no es la productividad la que marca la diferencia, sino la tasa de empleo. El buen funcionamiento del mercado laboral germano, respecto al francés, propicia que una mayor parte de la población esté involucrada de forma directa en el proceso productivo y, por tanto, generando bienes y servicios (PIB). Mientras tanto, la baja tasa de empleo en Francia es un problema que preocupa a la sociedad y al Gobierno desde hace tiempo, pero que no es sencillo corregir.

Mercados

El Fondo Monetario Internacional advertía este jueves la desconexión que se está produciendo entre los mercados y la economía real. Las acciones suben pese al profundo deterioro de la economía, que lastrará los beneficios empresariales por un lado (debería afectar a las acciones) y disparará la deuda de gobiernos y empresas por otro (también debería ser negativo). Aunque el FMI hacía bien en alertar sobre el peligro que genera esta falta de correlación (venía a decir que dada las elevadas valoraciones, una caída del precio de los activos entorpecerá la recuperación), no hizo demasiado hincapié a la hora de explicar los factores que pueden estar llevando a los inversores a 'ignorar' los riesgos de la mayor recesión económica en tiempos de paz. La acción sin precedentes de la banca central, la bolsa como indicador adelantado, unas expectativas diferentes sobre la recuperación, el peso en la bolsa americana de empresas que salen relativamente airosas de la pandemia o el repentino interés de los pequeños inversores por entrar en el mercado podrían estar alejando a los mercados de lo que ocurre en la economía real.

Banca y política monetaria

El vía crucis de los depósitos a plazo fijo parece no tener final. Van ya 82 meses consecutivos de salidas netas de capital en este producto financiero, que durante años fue uno de los preferidos entre los ahorradores más conservadores. La intervención del Banco de España en 2013 durante la 'guerra del pasivo', más tarde los tipos de interés negativos y finalmente las compras masivas de activos del BCE han lastrado la rentabilidad de los depósitos a plazo fijo, generando un trasvase de capital desde estos productos a las cuentas corrientes o depósitos a la vista, más flexibles y con menor condicionalidad.

Mercado laboral

El mercado laboral español destruye mucho más empleo que del resto de países europeos cuando la economía se deteriora (también es cierto que crea más trabajo cuando la economía crece), una anomalía que lastra el crecimiento a largo plazo y la productividad. Ante esta deficiencia, Nadia Calviño, vicepresidenta de Asuntos Económicos, ha asegurado que quiere acabar con esos vaivenes y buscar un ajuste por horas en lugar de por trabajadores, un mecanismo similar al que se ha puesto en marcha durante esta crisis con los Ertes, pero que vaya "más allá" del carácter temporal de esta medida, a través de ajustes internos en las empresas, señaló la ministra. Este tipo de ajustes darían mayor estabilidad al mercado laboral, pero su aplicación aislada (aunque tentadora por los resultados alcanzados en países como Alemania) en una economía como la española no sería sencilla. Las diferencias en la composición de ambos tejidos productivos y unos mercados de trabajo distintos pueden impedir un resultado tan exitoso como el germano.

Materias primas

Los futuros del petróleo Brent, de referencia en Europa, y del West Texas, referencia en EEUU, están cerca de terminar un largo y arduo viaje desde la estructura de contango a la de backwardation. Este cambio de estructura es el reflejo del equilibrio que está alcanzando el mercado: la demanda y la oferta se igualan tras meses de desequilibrio que han llevado a que el petróleo (el Texas llegó a marcar precios negativos) se acumule en tanques y buques, impulsando los inventarios hasta máximos. Ahora, probablemente, existe incluso un pequeño déficit en el mercado (más demanda que oferta) que sin embargo no termina de reflejarse en el precio (43 dólares el barril de Brent), precisamente, por ese elevado nivel de inventarios o reservas de petróleo acumuladas entre marzo, abril y parte de mayo.

Economía

El escenario idóneo sería haber llegado a esta crisis con un nivel de deuda pública sobre PIB mucho más bajo, como ha sido el caso de Alemania, Suecia o Países Bajos, con unos ratios inferiores al 60%, frente al 95% de España. Pero ya no hay vuelta atrás. La deuda pública de nuestro país está a punto de alcanzar el 100% del PIB y podría rozar el 130% entre este año y 2021, según las previsiones más pesimistas de la OCDE. Ahora, la cuestión principal es evitar que esa 'montaña' de deuda pública ahogue la cuentas públicas a través un aumento de los gastos financieros (pago por intereses de esa deuda). El crecimiento económico, controlar los futuros déficits (algo que parece complejo) y, sobre todo, la intervención del Banco Central Europeo serán fundamentales para evitar que genere un agujero mayor en las cuentas anuales del Gobierno.