Economía

Si no llega el turismo a España, la economía estará condenada a depender de la financiación exterior otra vez

  • La balanza por cuenta corriente ha arrojado un déficit de 1.500 millones
  • Un déficit exterior anual incrementará el endeudamiento neto con el mundo
  • España llevaba tiempo mejorando su PIIN tras años de duras reformas
Los turistas alemanes toman el sol en la playa de El Arenal en Mallorca. Foto de Alamy

El covid-19 está evidenciando que España necesita al turismo extranjero para mantener el equilibrio con el exterior. Con las fronteras cerradas, el déficit por cuenta corriente que ha arrojado la balanza de pagos de España en abril ha sido el mayor de los últimos diez años, provocado por el desplome de los ingresos por turismo. Mientras que el cómputo de los cuatro primeros meses también arroja un saldo negativo, lo que amenaza con romper un ciclo único de superávits exteriores de ocho años consecutivos. Todas las claves del control de viajeros que llegan del exterior.

Deutsche Bank: "La caída de los ingresos por turismo es una de las razones más importantes por las que nuestra previsión de PIB para los destinos tradicionales de vacaciones como España o Italia es más pesimista"

Desde 2010 no se producía un desequilibrio con el exterior de este calado. La diferencia es que por entonces, el sector exterior en España tenía un peso muy inferior, que llevó al país a presentar algunos de los mayores déficits por cuenta corriente anuales del mundo: España consumía e invertía (sobre todo en ladrillo) muy por encima de lo que producía internamente, lo que lleva al país a importar mucho más de lo que exportaba, generando un gran déficit exterior que hacía muy vulnerable a la economía española muy dependiente de la financiación exterior. Tras años de devaluación interna (contención de salarios y de beneficios distribuidos) y reformas estructurales, España comenzó a lograr superávits por cuenta corriente y a reducir su posición deudora con el exterior de forma importante. Ahora, todo este esfuerzo podría echarse a perder si el turismo extranjero (una de las principales exportaciones de España) no se recupera.

El mayor déficit por cuenta corriente desde abril de 2010

La balanza por cuenta corriente, que mide la diferencia entre los ingresos (positivo) y pagos (negativo) al exterior por intercambio de mercancías, servicios, rentas y transferencias, registró un déficit de 1.500 millones de euros en el mes de abril, frente al superávit de 2.900 millones registrados el mismo mes del año anterior, como consecuencia del impacto del covid-19 en el turismo. Según los datos del Banco de España, el apartado de turismo y viajes ha mostrado un saldo neutro (cero) por las restricciones, frente a los 1.624 millones positivos (gasto del turista extranjero menos lo que los españoles gastan en el exterior) del mes de abril de 2019. Si la cifra se hubiera repetido, España hubiera logrado un superávit por cuenta corriente en abril.

Si en verano no se recupera gran parte de la afluencia de extranjeros a nuestro país, España parece condenada a registrar el primer déficit externo (cuenta corriente más cuenta de capital) anual desde 2011. Los déficits exteriores hacen que una economía dependa de la financiación exterior para mantener sus niveles de consumo e inversión internos (demanda doméstica).

Hasta ahora, España ha registrado ocho superávits externos consecutivos tras años de esfuerzos (devaluación interna incluida) que han permitido reducir al país el saldo deudor de la posición internacional neta o PIIN (los españoles debemos al mundo mucho más de lo que nos deben a nosotros) hasta el 71,4% del PIB, el valor negativo más bajo desde 2006, aunque sigue siendo excesivamente alto. Cuanto más elevado es este saldo deudor, más vulnerable se vuelve una economía a los shocks financieros y económicos globales, como ocurriera allá por 2007-2008. El grifo de la financiación externa se cerró prácticamente ahogando a la economía española.

España estaba reduciendo su deuda neta con el exterior en los últimos años

Para continuar con esta trayectoria positiva resulta casi imprescindible que los turistas extranjeros vuelvan a España, puesto que los gastos que realizan aquí computan como un ingreso en la balanza de pagos, generando los habituales superávits en la balanza de servicios, donde el turismo y los viajes tienen una dimensión muy grande en el caso español.

La gran prueba llega con el verano. De los 70.000 millones de euros que ingresa España en la balanza de servicios turísticos, 40.000 millones llegan entre los meses de abril y octubre (y ya hemos perdido abril). Obviamente, a estos ingresos hay que restarle lo que los españoles gastamos en servicios turísticos en el exterior, pero aún así el saldo sigue siendo muy positivo (unos 46.000 millones de euros a favor). Si el verano no muestra una recuperación España estará condenada a sufrir un déficit por cuenta corriente que aumentará nuestro endeudamiento neto con el exterior.

Todo hace indicar que los ingresos por turismo extranjero en verano no serán comparables a los de otros años. Enric Heymen, economista de Deutsche Bank, publicaba una nota esta semana en la que comentaba que "durante el verano del covid-19, los alemanes probablemente viajarán menos y por períodos más cortos que en años anteriores. Parece que los destinos elegidos estarán dentro de Alemania y en los países vecinos a los que se puede llegar en coche y se beneficiarán de ello. Por el contrario, los destinos de vacaciones europeos a los que generalmente se llega en avión verán disminuir el número de turistas en 2020. España probablemente será el principal perdedor. Los viajes de larga distancia no jugarán un papel importante en 2020. Además es probable que el auge de los cruceros llegue a un abrupto final".

Descomponiendo la 'mini-balanza' de turismo y viajes, se puede ver que de los 71.000 millones de euros que entraron en 2019, unos 9.200 millones fueron de turistas alemanes y más de 14.000 millones de los británicos. Estos dos países son los que presentan el mayor desequilibrio a favor de España en esta balanza. En ambos casos, el avión parece casi imprescindible para que británicos y alemanes lleguen a España, lo que tendrá un impacto muy negativo en los ingresos por turismo extranjero y, a la postre, en la balanza por cuenta corriente.

"La caída de los ingresos por turismo es una de las razones más importantes por las que nuestra previsión de PIB para los destinos tradicionales de vacaciones como España o Italia es más pesimista que la de Alemania", explica el economista del banco Deutsche Bank.

WhatsAppFacebookFacebookTwitterTwitterLinkedinLinkedinBeloudBeloudBluesky