Economía global
Desde que las economías comenzaron a reabrir sus puertas, los indicadores de alta frecuencia dieron el pistoletazo de salida a la recuperación. Los PMI han abandonado sus mínimos, los índices manufactureros empiezan a estabilizarse, el gasto en consumo despierta, el empleo empieza a crecer en algunos países e incluso la bolsa ha rebotado con intensidad desde sus mínimos. Tanto es así, que hay quien no descarta la recuperación económica en 'V' (fuerte y rápida). Sin embargo, el intenso despegue de la economía en las primeras semanas de apertura podría ser un espejismo. Tras un desplome de la actividad tan profundo como el que se ha producido en marzo, abril y parte de mayo (las economías estaban literalmente cerradas), la reapertura muestra un principio de recuperación esperanzador, pero que podría tener las patas muy cortas. A esta primera fase de rebote rápido (también en parte porque se partía desde un suelo muy profundo) le puede seguir una segunda fase con un crecimiento mucho más moderado (e irregular) que impida absorber a los millones de parados y trabajadores en Ertes y a las economías alcanzar sus niveles de bienestar previos a la pandemia en el corto plazo.