
La directora gerente del Fondo Monetario Internacional, Kristalina Georgieva, ha ofrecido su tradicional rueda de prensa con motivo de las reuniones de primavera que la institución celebra junto al Banco Mundial. En esta ocasión, dadas las circunstancias, los distintos encuentros y presentaciones se realizan de forma virtual.
"Estamos en la peor recesión desde la Gran Depresión", recordó la capitana de la institución multilateral reiterando que "los epidemiólogos advierten que la situación puede empeorar". En este sentido, la búlgara insistió el retraso en el desarrollo de tratamientos y vacunas puede retrasar la recuperación.
Según indicó Georgieva, si bien ha habido una acción decisiva en muchos frentes, muchos países aún necesitan ampliar las políticas para que coincidan con el tamaño del desafío sanitario y económico, lo que pueden hacer de manera efectiva solo con la asistencia de la comunidad internacional.
"Hay que pensar en los retos a los que nos vamos a enfrentar tras la crisis: niveles de deuda elevados, desempleo, un aumento de la desigualdad... Hay que poner en marcha medidas ya para protegernos", dijo.
Es por ello que ha pedido a los encargados gobiernos intensificar los esfuerzos para ayudar a los países más vulnerables y de bajos ingresos proporcionando una mayor financiación y alivio del servicio de la deuda para garantizar que los escasos recursos se dediquen a la prevención y el tratamiento de enfermedades y mitigar el impacto económico.
Georgieva alabó el "tremendo" esfuerzo del Banco Central Europeo, la instituciones y gobiernos de Europa, dado que la región se está viendo "particularmente afectada" por la pandemia. "Están actuando con todo lo que tienen, es un momento para la solidaridad europea. Esto es lo que los ciudadanos europeos esperan de sus instituciones", dijo en referencia a la necesidad de acciones coordinadas dentro del Viejo Continente.
La directora gerente del FMI elogió el nuevo acuerdo de alivio del G20, que suspenderá los pagos bilaterales de deuda por parte de los países pobres. Los ministros de finanzas y gobernadores de bancos centrales del G-20 señalaron que la suspensión del servicio de la deuda se extenderá del 1 de mayo al 31 de diciembre, con una opción de renovación en 2021.
Georgieva también dijo que el FMI estaba buscando "urgentemente" unos 18.000 millones de dólares en nuevos recursos para el Fondo de Reducción de la Pobreza y Crecimiento para los países pobres.
El FMI cuenta con un bazuca de un billón de dólares y ha informado que 102 países han pedido ya financiación de emergencia para hacer frente a la pandemia del COVID-19. Según los datos ofrecidos por su máxima dirigente, once de las peticiones ya han sido aprobadas y se espera que alrededor de 40 obtengan luz verde a lo largo de este mes. Georgieva indicó en su lista de recomendaciones a los 189 países miembros del Fondo que se recaudarán 1.400 millones de dólares para el Fondo de Contención y Ayuda a Catástrofes.
La directora gerente del FMI ha recordado que la política fiscal debe apuntar a aumentar el gasto en salud para combatir el virus. Además debe estar centrado en ayudar a las personas y empresas más afectadas, incluidas las de los sectores informales, así como evitar quiebras y despidos generalizados al tiempo que garantiza un uso eficiente y equitativo de los recursos públicos.
"Dicho apoyo ayudará a poner fin a la crisis más rápido y a un costo más bajo, creando las condiciones para reparar los balances y restaurar los flujos comerciales y financieros una vez que se recupere", destacó.
También pidió a los bancos centrales que continúen apoyando la demanda y la confianza proporcionando una amplia liquidez y compensando un endurecimiento de las condiciones financieras generales, ayudando a detener una crisis de solvencia. Eso sí, pidió a los bancos centrales y los gobiernos que "guarden los recibos", ya que "la responsabilidad no debe quedar en segundo plano durante esta crisis".
Las autoridades deben apuntar a preservar la estabilidad financiera y sistemas bancarios sólidos, aprovechando los amortiguadores y la flexibilidad incorporada en los marcos regulatorios para crédito de apoyo a personas y empresas.