España tiene una fuerte dependencia del exterior. Gran parte de nuestra industria manufacturera pertenece a capital extranjero. Y es bueno que los inversores foráneos se encuentren a gusto entre nosotros, se les den las facilidades oportunas, puedan desarrollar su actividad sin trabas y sientan que España es un país agradable para instalarse y establecer negocios. Y más en estos tiempos en que los avisos de repatriación industrial patriótica, a raíz de la pandemia, están calando en el ánimo de grandes empresas multinacionales. El nuevo entorno que vivimos conlleva cambios en diversas facetas y la localización industrial es una de ellas.

Economista, profesor de la Universidad de Barcelona