Son varios los retos a los que nos enfrentamos cuando la reactivación económica empieza a ser una realidad. El primero de ellos es cómo absorbemos la tamaña destrucción empresarial habida y pensamos en su recuperación y de qué forma se encaja a las tantas personas que se han quedado sin trabajo. La complicada situación financiera de muchas empresas, con endeudamientos elevados, recursos propios erosionados, cuentas de resultados desequilibradas, requiere una atención especial y ofrecerles oxigenación financiera a largo plazo para que puedan remontar la situación o acometer un vuelco en sus modelos de negocios. Por consiguiente, parte de nuestro tejido productivo tendrá que afrontar una reconversión.

Economista, profesor de la Universidad de Barcelona