Opinión

Aviones, mercados, hipotecas y tarjeta amarilla

  • Pese a las buenas noticias económicas, el Ejecutivo se merece la tarjeta amarilla en su gestión
  • La empresa familiar otro de los héroes en la guerra contra el Covid
La empresa familiar es un ejemplo de trabajo en equipo y fortaleza.

Las buenas noticias de estos días son una inyección de aire fresco. Si EasyJet sacó del Erte días atrás a toda su plantilla en España, Ryanair ha seguido sus pasos y que las Islas Baleares tengan semáforo verde para los viajeros británicos, reactiva el turismo de Mallorca, Menorca, Ibiza y Formentera, con la reapertura de muchos hoteles que ya están preparándose para acoger a sus huéspedes. Ahora se espera que el Gobierno de Boris Johnson también ponga el semáforo en verde para Canarias, Chipre y las islas griegas. El turismo, pues, sumará este verano, aunque en España los turistas británicos tengan que someterse a PCR. Y se divida, al menos a corto plazo, un horizonte más despejado.

Pero, sin duda, 2020 fue el año de la distribución alimentaria, con Mercadona como líder y Carrefour, Lidl, Eroski y Dia elevando sus ventas. Los cinco grandes suman una cuota de mercado del 49,6%. No solo el impulso de la distribución alimentaria se concentra en sus grandes cadenas. También las cadenas regionales, con ese don de la proximidad y vecindad, han incrementado sus cifras de negocios.

La cara negativa es que a consecuencia de las restricciones a la movilidad impuestas en 2020, el cierre de los locales de ocio y de la hostelería, hizo que estos perdieran un 40% de sus ventas, además del cierre de tantísimos locales. Por tanto, con el consumo de fuera de casa en caída, el consumo hogareño se disparó y eso afectó al sector de la distribución alimentaria.

Y siguiendo con el reguero de cosas buenas, las hipotecas van a buen ritmo. En los primeros cuatro meses de este año se han concedido más de 18.000 millones de euros, con lo que de confirmarse esa tendencia en 2021 el monto total de hipotecas concedidas podría ascender a 55.000 millones, por encima de los 43.971 millones de 2020. Se anima, pues, la compra de vivienda, pensando en el teletrabajo, en casas con más espacio y al aire libre, y se atisban subidas en el precio de la vivienda. Nada, que respiramos económicamente mejor…

Palo para el Gobierno

Ahora, el palo, en forma de tarjeta amarilla al Gobierno por su gestión de la pandemia. En España, el 89% de las empresas son familiares, crean el 67% del empleo y contribuyen con el 57% al PIB del sector privado. Son la infantería empresarial, las que están a pie de calle, en ciudades, pueblos, campos, costa, zonas más pobladas y otras vaciadas… En cualquier rincón de nuestra geografía, hay una empresa familiar que no se mueve exclusivamente, ni mucho menos, por el beneficio sino por valores.

Muchas han aguantado estoicamente el varapalo de la crisis sanitaria y económica, sosteniendo el 93% de los puestos de trabajo de las empresas familiares a lo largo de este período tan complicado. Ahora, los empresarios familiares sacan la tarjeta amarilla al Gobierno y lo suspenden por su falta de respuestas ante las vicisitudes de la pandemia y las restricciones adoptadas.

Sin ayudas efectivas

El 77% de las empresas familiares tuvieron que recurrir a mecanismos como los préstamos ICO y los Erte. Lamentan no haber recibido ayudas efectivas, cuando el 62% de las empresas familiares han visto recortados sus ingresos. La facturación se ha resentido en las dedicadas a alojamiento, restauración, construcción e industria. Solo una de cada cuatro empresas familiares logró mantener sus cifras de ventas.

La buena noticia es que el 12% de nuestras empresas familiares las incrementó, adaptándose el nuevo entorno y respondiendo a las necesidades del mercado. Los planes de negocio prácticamente saltaron por los aires con la Covid. Las restricciones, la interrupción de las cadenas de suministros, la caída del consumo, la pérdida de confianza económica… sacudieron a las empresas familiares que, no obstante, en gran número tuvieron liquidez suficiente para atender salarios y gastos operativos durante nueves meses. La empresa familiar es otro de los héroes de esta guerra.

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