Un 70% de las 26 sesiones en el año se han teñido de rojo para Inmobiliaria Colonial, la última de ellas ayer, y es suficiente para enviar de nuevo a la acción a niveles no vistos desde noviembre de 2020. La socimi que capitanea Pere Viñolas cae casi un 13% desde el máximo del año y hasta un 23% desde su techo de agosto del año pasado, cuando tocó los 9,515 euros, y desde entonces no ha parado de caer.

A finales del año 2007 Renta 4 estaba ultimando su salida a bolsa. Por aquel entonces, se podía ver a Juan Carlos Ureta, presidente del banco, junto al director general, Jesús Sánchez Quiñones, bajar de un taxi en pleno centro de Madrid con cierto estado de efervescencia ante las buenas perspectivas que había para la entidad justo antes de su colocación. Han pasado 15 años. Nadie sabía entonces lo que iba a suceder poco después con Lehman Brothers, ni con la crisis de deuda periférica -que impactó cruentamente al sector-, ahora una pandemia… Y, de una manera casi simbólica, la acción ha recuperado los 10 euros en las últimas semanas, que fue el precio de su debut bursátil.

El sector bancario ha retornado a la normalidad prepandemia y la mejor prueba de ello es que, aprovechando la presentación de resultados anuales, todas las entidades han confirmado sus renovadas políticas de retribución al accionista, muy en la línea de lo que habían adelantado meses atrás.

Empresas

Las cotizaciones de los bancos han comenzado a descontar el nuevo panorama de tipos de interés que se ha abierto en la eurozona. El mercado ya reconoce un primer alza del precio del dinero por parte del BCE a finales de este año -frente a la previsión oficial de mediados de 2023- y los bancos más favorecidos serán aquellos de menor tamaño, con ROEs todavía más reducidos y para los que el impacto de un aumento de los tipos tendrá mayor repercusión en cascada dentro de su cuenta de resultados. Y ahí figura Banco Sabadell. Según los analistas de Bank of America, será la segunda entidad de la eurozona -solo por detrás de Commerzbank, cuyo ROE cerró el tercer trimestre en el 5,6%- y la primera de España más beneficiada ante un incremento de 100 puntos básicos en un futuro. En dicho informe no se incluye a Unicaja. En el balance anual Sabadell se ha vuelto a posicionar como el valor más alcista del sector y del Ibex, con ganancias del 24%.

Bolsa y Mercados

La salida de Ibercaja a bolsa se ha truncado a última hora, justo antes de hacer público el folleto de colocación y, por ende, la horquilla de precios de valoración de su salida. ¿El motivo? "La alta volatilidad" que se registra en los últimos días por la escalada de tensión entre Rusia y Ucrania y -aunque no se menciona en el comunicado emitido por la entidad- la incertidumbre ante una Fed mucho más dura de lo esperado inicialmente, que ha propiciado ventas significativas en el mercado de bonos en este arranque de 2022. La primera subida de tipos en EEUU se espera para la reunión de marzo.

Ibercaja ha decidido, finalmente, retrasar su salida a bolsa por las condiciones de volatilidad del mercado hasta la próxima ventana de abril. Es la única opción que ahora mismo está sobre la mesa a la espera de que mejoren las condiciones que le han llevado a cancelarla en este momento principalmente por tres motivos: no habría logrado alcanzar la valoración deseada si se hubiera presentado el folleto, ni el volumen esperado, ni tampoco el perfil de inversor de largo plazo con el que, a priori, contaban antes de que la volatilidad regresara a los mercados.

La inflación histórica con la que cerró España 2021, en el 6,5%, anuló por primera vez en 15 años la rentabilidad que ofrece, de media, un alquiler en nuestro país, que se sitúa en el 3,7%, según los datos del Banco de España. ¿Por qué es relevante la fuente en este caso? Debido a que la diferencia con respecto a los cálculos que ofrecen portales como Fotocasa e Idealista es notable. Según sus cifras, comprar una vivienda para alquilar reportaba un retorno del 6,4% -a cierre de septiembre- o 6,9% anual, respectivamente. Y aun así, el alza desmesurado de los precios se ha comido todo o gran parte de su rentabilidad. No obstante, y es innegable, España es un país de propietarios. Y cada vez parece haber más prisas por adquirir un inmueble ante el alza de precios, que lleva cinco años consecutivos subiendo. En total, lo ha hecho un 20% desde 2017 y un 2,8% el ejercicio pasado, cuando se situó en los 1.829 euros/m2.

Las acereras españolas hablan de una situación crítica ante el aumento de los costes de la energía que viene ya de lejos, pero que ahora, ante la escalada de tensión entre Rusia (suministrador de gas) y Ucrania, podría todavía ir a peor. Sidenor fue la primera compañía en denunciar públicamente esta situación allá por el mes de octubre. Hubo cierre de algunas fábricas -también ArcelorMittal paralizó parte de sus factorías europeas- y ahora se apunta a una posible deslocalización de la industria fuera de España ante una situación que empeora por meses y que mermará significativamente los márgenes de la industria.

Este año sí parece el definitivo. Aquel en el que los bancos centrales pondrán fin a una larga travesía para el sector financiero con tipos de interés en mínimos históricos. Se esperan hasta cinco subidas del precio del dinero en EEUU en 2022 y ya se ha adelantado a octubre la posibilidad de que el Banco Central Europeo (BCE) toque al alza los tipos en la zona euro. No se esperaba, a priori, hasta 2023. Son, sin lugar a dudas, muy buenas noticias para el inversor en bancos -el mayoritario en España, con cerca de seis millones de personas, de los que casi cuatro están en Banco Santander-. Y ahora sí se ve con claridad la luz al final del túnel.

Bolsa y Mercados

Las palabras de Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal el miércoles, dieron ayer alas al sector bancario, aunque terminó por desinflarse hacia el final de la sesión. Las previsiones vaticinan ya hasta cinco subidas de tipos de interés en EEUU -el BCE aún va por detrás, ya que se espera una primera subida para la reunión de octubre- y esto es gasolina para un sector muy penalizado en el mercado, que sigue cotizando muy por debajo del valor de sus activos.