A finales del año 2007 Renta 4 estaba ultimando su salida a bolsa. Por aquel entonces, se podía ver a Juan Carlos Ureta, presidente del banco, junto al director general, Jesús Sánchez Quiñones, bajar de un taxi en pleno centro de Madrid con cierto estado de efervescencia ante las buenas perspectivas que había para la entidad justo antes de su colocación. Han pasado 15 años. Nadie sabía entonces lo que iba a suceder poco después con Lehman Brothers, ni con la crisis de deuda periférica -que impactó cruentamente al sector-, ahora una pandemia… Y, de una manera casi simbólica, la acción ha recuperado los 10 euros en las últimas semanas, que fue el precio de su debut bursátil.
¿Qué balance haría de todos estos años?
Hay que entender que una empresa familiar y una cotizada no son conceptos opuestos. No solo te ayuda a captar recursos, sino también a algo muy importante: dotar a la empresa de vida propia y autónoma. Lo que tenía muy claro es que para una compañía como Renta 4 estar en bolsa nos iba a ayudar a crecer de manera sostenible. Ahora bien, hay que tener en cuenta que cuando salimos a bolsa teníamos el 3% de BME [Bolsas y Mercados Españoles, por entonces cotizada] y ese porcentaje se distribuyó entre nuestros inversores tras la salida vía devolución de prima de emisión [solo la participación en BME valía 280 millones, casi el valor total del banco]. Si quitas esta parte, la salida real se realizó sobre una valoración de poco más de 7 euros. Nunca hemos tenido prisa porque la acción suba. No te gusta que baje, está claro, pero pasamos largos años en el entorno de la acción en 4, 5 ó 6 euros, hasta hace un año y medio, cuando pensábamos que la acción estaba claramente infravalorada. Cuando veo cómo se valoran algunos neobancos o fintech que no tienen ni tecnología que sea diferente o mejor que la nuestra, y son valoradas en cantidades mil millonarias, me sorprende un poco cómo el mercado a veces no te reconoce ese valor. Pero no me importa. El mercado lo reconocerá en un futuro.
Renta 4 cotiza a un multiplicador de 16 veces beneficio, pero ¿qué cree que no está sabiendo ver el mercado en una compañía con un crecimiento tan claro? Acaban de presentar un beneficio neto de 25,3 millones de euros, un 39,7% superior al año 2020.
El mercado valora a las gestoras como en 12/13 veces beneficio [siguiendo una ratio PER]; si eres un Wealth Manager, que es lo que somos nosotros (con una gestora y, además, ofreces soluciones a los clientes) en 17/18 veces beneficio; y si eres un Digital Wealth Manager se va a 21/22 veces. A nosotros nos gustaría que se nos viera así, pero que el mercado no lo vea ahora tampoco me preocupa demasiado. Hemos creado dos cosas en los últimos años: una es Renta 4 Digital Asset, dedicada al mundo cripto, y otra es Renta 4 Digital Solutions, donde se ubica un asesor digital inteligente de fondos, etcétera. Como decía Warren Buffet, "la bolsa a corto plazo es una carrera de botar porque a la gente le gusta o no tu compañía, pero a largo plazo es una carrera de pesar beneficios". De estos números, más allá de destacar el beneficio más alto que hemos tenido nunca, este año seguiremos creciendo. En los últimos diez años, el crecimiento anual de comisiones es de más del 11%, lo mismo en activos de clientes, etcétera.
"Nos gustaría que el mercado nos viera como un Digital Wealth Manager, pero ya llegará en su momento"
El patrimonio roza los 28.000 millones de euros y este año con crecimiento orgánico [tras la adquisición de BNP Paribas Personal Investors en julio de 2020]. La velocidad en el crecimiento de clientes, les ha llevado de los 100.000 hasta 114.000 en 2021. ¿Es sostenible?
Hemos pasado de crecer, a partir de la pandemia, a unos 2.000 clientes nuevos de media al mes. Esto está siendo ya muy recurrente. Ahora queremos romper la barrera de que el inversor, que antes solo pensaba en su banco, también pueda estar con nosotros, con servicios bancarios básicos, aunque no tengamos hipotecas. Y por eso pensamos que en el número de clientes es donde más se puede crecer. ¿Por qué? Estamos en ese gran paso de que todo el mundo tiene que invertir. Invertir ya no es una opción, sino una obligación. Millones de personas que antes no invertían, ahora tienen que hacerlo [ante el contexto de tipos cero o de bajas rentabilidades para el ahorro]. A raíz del Covid comenzamos a tener clientes mucho más jóvenes. Ese cliente millenial, de 30-35 años, que está empezando a hacer su ahorro. Son inversores nativos, no piensan en otra cosa con su ahorro que no sea invertirlo. Ese tipo de personas se van a ir incorporando de manera muy importante al mundo de la inversión. Muchos de ellos nos preguntaban si podían acceder a recursos bancarios básicos y lo que hemos hecho ahora es precisamente esto, que puedan domiciliar su nómina o tener una tarjeta de débito, recibos básicos, etcétera. Otra cosa diferente es que esto conlleve una evolución equivalente en activos porque normalmente van a ser clientes de un patrimonio más pequeño.
¿No se plantean entonces abrirse a la concesión de hipotecas?
No queremos ser un banco de balance de crédito, sino seguir siendo un banco de inversiones. Si algún día decidimos ofrecer hipotecas lo haremos siendo meros comercializadores.
"Invertir ya no es una opción, sino una obligación y por eso pensamos que los clientes pueden crecer a doble dígito"
¿La entrada de nuevos clientes va a permitir mantener el crecimiento de doble dígito de las comisiones? A cierre de 2021 habían aumentado un 26,7%, hasta los 108,5 millones de euros.
En el mundo post-Covid el cliente joven se ajusta a un perfil del do it yourself. Quiere herramientas digitales, pero hacerlo él mismo y esto genera más comisiones porque mueven más la cartera. La gran amenaza en nuestro sector, el gran elefante en la habitación, son las comisiones cero. Nosotros ya hemos llegado a un margen, del 0,5%-0,6% en red propia, que tiene bastante resistencia a la baja y que compite bien incluso con el 0% si le das servicio y el cliente está satisfecho. Donde sí vamos a crecer mucho es en el corporate [empresas] que iniciamos hace cinco años. El año pasado hicimos [como asesores] tres salidas a bolsa en BME Growth [LLYC, Sngular y Almagro Capital]. Este negocio representa ya un 5% sobre el total de Renta 4 y esa parte de actividad puede dar en unos años en torno al 10-15%. Tratamos de sacar empresas buenas y muy sólidas a cotizar. Además, tenemos más de la mitad del mercado de socimis que cotizan en el mercado alternativo [asesora a 54 compañías en total, la mayor parte socimis]. Y luego estamos interviniendo en muchas operaciones corporativas, asesoramiento, private equity... Esperamos un crecimiento de ingresos de esta parte del 20% anualizado.
¿Cómo evoluciona el negocio en Latinoamérica (supone un 9,4% del resultado neto)?
Chile realmente explotó al alza durante la pandemia y crece a doble dígito alto. Perú va a tener un crecimiento importante y sucede lo mismo con Colombia. Los tres países están creciendo y ya de manera estable. En los últimos ocho meses de 2021 Colombia ha comenzado a ganar dinero. El año pasado su aportación a la cuenta de resultados estuvo ligeramente por debajo del 10%; de este porcentaje el 70% es Chile, el 15% es Perú y el otro 5% es Colombia.
¿Y se plantean expandirse a otros países?
Siempre piensas en México, pero es un país más complicado. Requiere muchos recursos. Y Brasil, que es el gran mercado latinoamericano, ni nos lo planteamos.
Con el objetivo de dotar de mayor liquidez a la acción, ¿consideraría desinvertir parte de su posición (del 40%)?
No, de momento no tengo previsión de desinvertir. En este momento estoy muy estable en la posición. Es verdad que el capital está bastante concentrado. Entre mi posición y varios grupos alcanzamos un 80%, aunque no hay nada que obligue a nadie a no vender sus acciones.

Dividendo
Renta 4, como el resto del sector financiero, ya ha recuperado su independencia después de que el regulador diera por terminada su prohibición sobre el reparto de dividendos a 30 de septiembre. La entidad distribuyó en diciembre un primer dividendo a cuenta por valor de 30 céntimos brutos por acción, que renta un 3% a los precios actuales, al borde de los 10 euros. Pero queda un segundo pago pendiente, a priori en el mes de mayo si se respeta la tradición previa al Covid.
"Hemos tenido un payout siempre por encima del 50%. Hemos dado 0,30 euros a cuenta y ahora falta por distribuir el complementario. En el consejo de febrero daremos a conocer ese importe de cara a que lo apruebe la Junta de Accionistas que se celebrará en marzo. Pero podemos pensar en un payout superior al 50%, ya que solo el pago de diciembre supone prácticamente 12 millones de euros y hemos ganado 25,4 millones. Antes de 2020 distribuíamos más de dos tercios del resultado neto, y seguiremos con esta misma política de reparto", afirma Juan Carlos Ureta, presidente de Renta 4.
"El 'payout' antes de 2020 era de dos tercios y seguiremos con esa política"
Renta 4, huérfana de análisis financiero, carece de previsiones de cara a conocer cuál será el importe del segundo y último de los pagos con cargo al resultado de 2021. Por sí solo el dividendo de diciembre, de 0,3 euros, ya es superior a los 28 céntimos distribuidos en 2019, cuando la entidad ganó 17,6 millones de euros y repartió un 65% por la vía del dividendo. Esto implica que, de mantener este mismo ratio de payout, el dividendo anual de Renta 4 podría ascender a 0,40 euros, y un segundo abono en mayo de 10 céntimos por título. De ser así, esto supondría elevar la retribución al accionista con cargo a 2021 en un 43% con respecto a 2019, alineando el importe del dividendo, como el mayor de la historia, con el crecimiento del beneficio, también el más elevado, con un crecimiento del 44% en los dos últimos años.
Ureta reconoció durante la entrevista que una "parte mayoritaria [del beneficio] irá a dividendos y otra parte a fortalecer el balance, los fondos propios. Esta empresa es muy previsible en el beneficio y muy previsible en el dividendo".

La decadencia de las sicavs
Renta 4 ha duplicado en los últimos cinco años el patrimonio bajo gestión, pasando de los 15.444 millones de euros con los que cerró en 2016 (de ellos, un 44% era el bróker de bolsa) hasta los casi 28.000 millones de euros a cierre del ejercicio pasado (donde los activos del bróker aportan un 41%, todavía siendo la partida más relevante). Pero, de todas las partidas, la que menos ha crecido en los últimos años y tenderá a desaparecer de sus cuentas son las sicavs.
"Ya se ha comunicado que la mayor parte de nuestras sicavs se va a convertir en fondos de inversión. Es una salida para el accionista sin penalización fiscal. Lo que ha sucedido con las sicavs es injusto, es un error tremendo, teniendo en cuenta que son un vehículo en el que cualquiera puede invertir, ya que son acciones que cotizan en bolsa, lejos de ser un elemento exclusivo de la gente más rica", apunta Juan Carlos Ureta.
"Gran parte de nuestras sicavs se convertirán en fondos de inversión"
En todo caso, descarta que esta conversión hacia fondos de inversión "impacte en los márgenes" del banco. "Lo que sí supone es una pérdida de la inversión en España. De nuevo se va a producir un desplazamiento del ahorro español hacia inversiones en el extranjero", reconoce el presidente de Renta 4.
Con un patrimonio bajo gestión que ha crecido a un ritmo anual del 30% desde 2016, los activos bajo gestión en sicavs solo lo han hecho un 2%, hasta los 1.060 millones de euros a cierre de 2021. El crecimiento de los fondos de inversión y de pensiones es del 15% por año desde entonces, mientras que el bróker -que parte de cifras superiores- ha incrementado sus activos un 11% cada ejercicio de los últimos cinco.
En lo que respecta a la reforma Escrivá de los fondos de pensiones, Ureta reconoce que seguirá "reduciendo las entradas" de dinero en estos productos también este año, "con una caída superior". "En España los fondos de pensiones están en torno a 100.000 millones de euros, que no es mucho, pero nuestro país necesita tener un stock de ahorro para invertir a largo plazo", concluye el presidente de la entidad.