El gigante asiático ha puesto sobre la mesa una carta de intenciones destinada a tranquilizar a los inversores internacionales tras las dudas desatadas sobre la ralentización de su economía. Este miércoles, el Gobierno chino anunció un cambio en el sistema de medición de su PIB (Producto Interior Bruto) con el objetivo de asemejarlo al cálculo que emplean las grandes potencias mundiales y que entrará en vigor a partir del próximo 19 de octubre.