
El gigante asiático ha puesto sobre la mesa una carta de intenciones destinada a tranquilizar a los inversores internacionales tras las dudas desatadas sobre la ralentización de su economía. Este miércoles, el Gobierno chino anunció un cambio en el sistema de medición de su PIB (Producto Interior Bruto) con el objetivo de asemejarlo al cálculo que emplean las grandes potencias mundiales y que entrará en vigor a partir del próximo 19 de octubre.
Los expertos consultados por el elEconomista niegan cualquier efecto de esta medida sobre los mercados. "Hay como una especie de mantra sobre que cualquier cosa que vaya a hacer China va a ser cuestionada", asegura Juan Ramón Caridad, director del Máster de Finanzas FIA. Hay quien circunscribe más este cambio a un "intento de enmedar errores del pasado", como reconoce Miguel Ángel Rodríguez, director de Ethical Financial Institute, en referencia a "la triple devaluación del yuan" anunciada en agosto. En su opinión, la crisis de confianza que generó esta medida "ha comenzado a estabilizarse", pese a que lo ha hecho de manera momentánea porque "los mercados volverán a actuar de igual manera en el futuro al desconocer lo que hay detrás realmente" de sus datos económicos. Según Goldman Sachs, el Banco Popular chino desembolsó 236.000 millones de dólares en los últimos tres meses para tratar de contener la oleada de ventas que ha llevado a la Bolsa de Shanghai a desplomarse un 40% desde el 12 de junio. Las últimas estimaciones realizadas por el Gobierno chino cifran su crecimiento para 2015 en el entorno del 7%, el menor ritmo de la última década.
El país anunció asimismo una rebaja impositiva para las empresas y un aumento del gasto en inversiones públicas, lo que es, según Caridad, la medida que tiene "un mayor impacto multiplicador para reactivar la economía" y estimular el consumo interno después de que las importaciones hayan registrado 10 meses consecutivos de caídas y las exportaciones fueran en agosto un 9,7% inferiores al año anterior. "Tiene margen para hacer políticas fiscales y para invertir más", afirma José Luis Martínez Campuzano, estratega jefe de Citi en España, puesto que "busca fomentar la demanda interna ante un entorno internacional que te viene dado".