opinión
13/08/2019, 13:31
Tue, 13 Aug 2019 13:31:43 +0200
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Isabel Díaz Ayuso ha comenzado su discurso de investidura en el Parlamento de Vallecas tocando la fibra sensible de los votantes de su partido, el PP, pero también de los de Ciudadanos y Vox. Hablando de Madrid como la casa de todos los españoles y mostrando solemne respeto hacia los símbolos de la unidad del país: la bandera, el himno y por supuesto la Corona, diariamente acosada por fuerzas en teoría progresistas que han puesto su proa contra la institucion monárquica. Hoy se dirá que esa parte de discurso de investidura la ha escrito Rocío Monasterio, o que ha sido ella la que ha decidido denominar a la Consejería de Justicia como de las Víctimas del Terrorismo, pero quien lo haga infravalora o no conoce el compromiso de la inminente presidenta madrileña con lo que representa España, en todos los sentidos. Ese arranque de la intervención ha dejado claramente definidos los principios que van a marcar el gobierno de PP y Cs apoyado pero vigilado por VOX, en un momento de evidentes incertidumbres sobre el futuro de la nación. Y ha quedado claro dónde tendrá Pedro Sánchez el dique de contención institucional a cualquier pacto, concesión o decisión ventajosa que se lleve a cabo con las fuerzas políticas contrarias a la Constitución Española.