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Sat, 12 Dec 2020 17:24:22 +0100
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La estabilidad institucional en un país nace del respeto mismo de las instituciones entre sí. Que un partido político con responsabilidades de gobierno sea el origen de los peores y más rastreros ataques hacia la jefatura del Estado es, además de una anomalía en los países occidentales, una fuente de conflictos e inestabilidad que no cuadra con los pronósticos de gobierno duradero, único y sin oposición que se están realizando desde el mismo ejecutivo. Vamos, que no ayuda para nada a las décadas de gobierno PSOE-Podemos que se nos anuncian el sistemático acoso a la monarquía y sus símbolos por parte de uno de los dos socios, con el consentimiento cómplice del otro. Porque lo primero que deberán hacer si se atreven a presentar una reforma del modelo de Estado es, además de tener una mayoría inicial que la apoye, disolver las Cortes y darles a los españoles la palabra sobre tan trascendental cambio del país. Es más fácil para ellos seguir erosionando la figura del Rey emérito y de su sucesor a través de videos impropios de cualquier partido serio y responsable, llegar a la sede parlamentaria ese acoso adornándolo de apoyos procedentes de las formaciones rupturistas y antiespañolas, y empezar a preparar una nueva ley de la Corona que evite la inviable reforma agravada sustituyéndola por un control político asfixiante para la institución, que probablemente se ejercerá desde la vicepresidencia segunda con responsabilidades en el CNI.