Demuestra valentía sentarse a la mesa con periodistas en pleno estallido de la guerra de Ucrania para una compañía global como Gestamp, con cuatro fábricas en Rusia. Lo hicieron también la semana del 10 de marzo de 2020, a dos días de que se declarase el primer Estado de alarma y con una factoría en la ciudad china de Wuhan. Pero Francisco Riberas, presidente de Gestamp, se muestra confiado ante la fortaleza demostrada por la compañía en los últimos años, en los que no solo ha tenido que hacer frente a una caída sin precedentes de las ventas de vehículos si no a una reciente crisis en la cadena de suministros el año pasado. De ella han salido con los mayores márgenes desde su salida a bolsa y un ebitda a solo dos millones de los 1.000 millones de euros.