Seguro que todos recordamos, de nuestra infancia, el cuento de Pedro y el lobo, que nos enseñó que no debemos contar mentiras ni burlarnos de los demás porque dejarán de creer en nosotros y saldremos mal parados. Y es que todos tenemos ese conocido mentiroso que es un almacén de promesas y excusas. Pero en las relaciones económicas y sociales no hay nada peor que la pérdida de confianza en una de las partes sobre todo si está asociada a la pérdida de credibilidad, pues ello determinará la relación futura. Por ejemplo, si un banco no confía en una persona, difícilmente le concederá un crédito, mucho menos si ha tenido varios impagos en su historial, pues al final termina siendo el pastor del cuento.

Analista económico y profesor EAE Business School