
La sabiduría popular nos ilumina con interesantes refranes como el que titula este artículo, aunque esta vez, pudiera ser premonitorio si se aplica a los datos del desempleo registrado durante el mes de noviembre donde un gobierno triunfalista nos vende los éxitos de una política resiliente, sostenible e inclusiva donde nadie se va a quedar atrás, bueno, quien dice nadie, dice que sólo se quedan algunos, en total 3.182. 687 personas que engrosan las listas del desempleo, como si eso de tener más de un 14% de paro fuese una hazaña titánica, algo que seguro no piensan las familias de los anteriores damnificados.
Así pues, noviembre ha sido un buen mes para la cosecha del empleo ya que el paro registrado ha caído un -2,82% hasta situarse en poco más de 3,18 millones, lo que significa que más de 74 mil personas han encontrado trabajo, aunque de ellas, apenas un 10% no tenían empleo anterior, es decir, la capacidad de nuestro mercado laboral para absorber personas sin experiencia sigue siendo muy limitada.
Aunque mucho me temo que, además de la letra pequeña de los datos, quizás sea una señal de la llegada del invierno laboral que nos espera a la vista de la nueva ola del virus que amenaza de nuevo con caídas en la actividad económica en una España que ya ha visto rebajadas sus previsiones de crecimiento en 2021 al 4,5% según la OCDE y, ojo, que no ha acabado el año y es muy probable, que el dato final al cierre sea aún peor, a la espera del comportamiento de la campaña navideña.
Las expectativas para el año que viene tampoco son halagüeñas, siendo el país que más lentamente se va a recuperar en todo Europa y hasta bien avanzado 2023 en el mejor de los casos y siempre que lleguen los fondos europeos, no veremos la luz al final del túnel de la pandemia económica y eso, repercute en la generación de empleo.
Y aunque ya es un tema manido, no me resisto a repetir que la manipulación del lenguaje con fines políticos no soluciona los problemas de los ciudadanos sino los de algunos políticos. Y es que añadir el adjetivo "registrado" al paro no es un detalle nimio sino toda una maniobra para ocultar la existencia de 1.809.564 personas que engrosan la demanda de empleo pero que no aparecen en los datos de paro registrado al igual que ocurre con los trabajadores en ERTE. Se trata, de juegos de trilerismo político que usan interesadamente los datos para maquillar la realidad en dirección favorable, ocultando bajo la alfombra la mugre de nuestro mercado de trabajo, que nadie sabe limpiar, y que es incapaz de satisfacer las demandas de empleo de los ciudadanos, pues poca gente comprende qué es un demandante de empleo que no se contabiliza, pues el hecho de que alguien esté estudiando o simplemente tenga un contrato de un minuto a la semana, no es motivo para clasificarlo como no parado. Si demanda empleo, como poco, es un trabajador infrautilizado en la economía o sobrecalificado para el puesto que desempeña.
De igual forma, insisto en el concepto que defiendo por el que un trabajador a tiempo parcial también es un parado a tiempo parcial, pues si busca trabajar más horas y no lo consigue, también debería contabilizarse en las cifras del paro, si queremos medir la realidad y no hacer ejercicios de escaparatismo político.
Y a eso, le añadimos la pipirrana de datos que tratan de difuminar la realidad de un mercado de trabajo metastásico, con bajos salarios que además deben soportar como la inflación del 5,6% se merienda su poder de compra a pesar del triunfalismo que se nos vende. Algunos dicen que la estadística es como un traje de baño, está bien lo que nos muestra, pero mucho mejor lo que oculta y eso es lo que parece haber tras los pomposos datos que nos presentan, donde siempre hay que mirar la letra pequeña porque lo que no son cuentas son cuentos y aquí nos presentan muchas cuentas vestidas de gala cuando realmente vemos que, como en el cuento, el emperador sigue desnudo y que cada vez hay más familias al borde de la pobreza.
En cuanto a los contratos firmados durante el mes totalizan poco más de 2 millones de los que apenas el 14% son indefinidos y de ellos, uno de cada tres, son a tiempo parcial. Estos datos ponen de manifiesto que la temporalidad y precariedad sigue instalada en nuestra economía a pesar de que la nota de prensa que publica el Ministerio habla de una recuperación justa en su encabezado, aunque a muchos nos parezca un eslogan vacío de contenido.
Por otro lado, la disminución acumulada del paro hasta la fecha, que realmente ha sido de -705.450 personas y no vale comenzar la cuenta desde el primer mes que interesa. Si a eso sumamos el "chute" de empleo público que se genera, podemos decir que los datos del mercado de trabajo, no son, ni de lejos, tan buenos como pretenden mostrarnos ni lo buenos que deberían ser a la vista de que los PGE2021 se vendieron como los de la verdadera recuperación, el despegue interestelar de nuestra economía y, con ella junto a los aclamados fondos europeos, el "acabose" de nuestro paro estructural que siempre camina a una velocidad de dos dígitos, a mayor vergüenza para nuestro país en el contexto europeo y mundial, pues no podemos llamar economía avanzada a un país que mantiene históricamente estos niveles de desempleo que quienes nos gobiernan no saben cómo cortar de raíz.
Aunque cualquier comparación con el año 2020, carece de sentido de logro, ojalá, estos datos que se publican ahora, sean premonitorios de lo que debería llegar en los próximos meses si el gobierno se aplicase y pusiese en marcha los mecanismos que utilizan los países europeos con menores tasas de paro y gastasen, inteligentemente los fondos europeos, para alinearse con otro refrán, "Si en noviembre oyes que truena, la siguiente cosecha será buena" aunque mucho me temo que aun hay margen para la sinrazón y que las decisiones políticas empeoren la lamentable situación que nos envuelve.