Sabemos que el gran problema endémico de nuestra economía es la elevada tasa de paro estructural que mantenemos y que nadie consigue rebajar, a menos que se eliminen las rigideces y cargas del mercado, por mucho que se cambien las leyes laborales para maquillar la precariedad y temporalidad. A eso hay que sumarle la iniciativa de reducir la jornada laboral que es una carga más para el empresario y que le obliga, sobre todo al pequeño, a tener que prescindir de parte de su personal, en especial los de mayor edad.

Analista económico y profesor EAE Business School