Todas las instituciones reconocen que nuestra economía se encuentra en un proceso de desaceleración que, sin llegar a una recesión técnica, hará que la actividad económica del año 2023 se debilite sustancialmente y que el PIB crezca alrededor del 1%. Además, la crisis energética seguirá estando presente y la inflación, en especial la subyacente, va a mantenerse en niveles elevados durante bastante tiempo, lo que junto a la contracción monetaria lastrará aún más la recuperación futura.

Analista económico y profesor EAE Business School