Economía

España aguanta mejor que nadie el mal augurio de recesión para la zona euro

  • Durante meses el escenario central era de una recesión técnica
  • El PIB de España apunta a un crecimiento trimestral del 0,2%
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Los datos de actividad de los PMI de diciembre, en la zona euro, confirman que la amenaza de recesión se va haciendo pequeña, según avanza el invierno. La economía española es la que mejor está aguantando entre las grandes potencias europeas. Todos los indicadores adelantados publicados hasta el momento apuntan a que el PIB no cayó a final de año.

El crudo invierno que esperaba para la economía europea se está convirtiendo en días más o menos soleados. El gran golpe de la crisis energética por la dependencia del gas ruso se está quedando en un frenazo asumible para la economía de la zona euro, gracias a todas las medidas lanzadas para soportar los precios energéticos y a unas temperaturas benévolas, con países como Alemania.

El peor escenario de un colapso de la industria europea, gripada por el alto coste de la energía, no se ha producido y, en los últimos meses, incluso ha levantado ligeramente cabeza. "La economía de la zona euro continuó deteriorándose en diciembre, pero la fuerza de la desaceleración se moderó por segundo mes consecutivo, indicando tentativamente una contracción en la economía que puede ser más leve de lo que se anticipó inicialmente", resume Joe Hayes, economista de S&P Global Market Intelligence.

Alemania, que ha sido el principal lastre para la zona euro en su conjunto en la segunda mitad de 2022, no ha quedado en el sprint final del año tan perjudicada. El PMI Compuesto del país, que mide la actividad del sector privado, se sitúa en 49 puntos, cerca de 50, nivel que significa que la economía se está expandiendo. En Francia, el registro de diciembre marca 49,1 y en Italia, 49,6 puntos. España lidera las estadísticas con 49,9 puntos.

Los PMI se han convertido en un indicador adelantado fiable de la evolución del PIB. De hecho, la propia consultora suele extrapolar los datos a una simulación adelantada del crecimiento trimestral. Mientras para el conjunto de la zona euro apunta a una ligera contracción, para la economía española indica un ligero rebote, respecto al tercer trimestre del año, cuando el PIB creció en tasas trimestrales un 0,1%.

El primer dato oficial no se conocerá hasta el próximo 27 enero, con la publicación de la Contabilidad Nacional, pero los indicadores conocidos hasta la fecha van en la misma dirección. El Banco de España es la primera institución que adelanta el crecimiento previsto. Hace dos semanas indicó que la economía española estaba creciendo a un ritmo trimestral del 0,1%. Tras la revisión de una décima a la baja del tercer trimestre por parte del INE, por efecto arrastre el PIB ya estaba creciendo a un 0,2%.

Otro de los organismos que está muy pegado a la evolución del PIB es la AIReF. La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal utiliza un modelo de estimación de PIB en tiempo real, en el que va añadiendo desde los datos de afiliación de la Seguridad Social a los datos de consumo de electricidad. Hoy ya han incluido los datos de PMI de diciembre y la estimación indica que el crecimiento en el cuarto trimestre será del 0,2%.

Si se confirman estas tasas de crecimiento, la economía española terminará creciendo por encima del 5,2% en 2022. La economía ha cumplido con las expectativas que había a principio del año pasado. Hay que tener en cuenta que la invasión rusa a Ucrania todavía no había empezado, los bancos centrales todavía no habían empezado a subir tipos y había esperanzas de que la inflación fuera transitoria. Las sensaciones han ido a peor según avanzaba el año, sobre todo, en el segundo semestre. El PIB de España y, por extensión, el de la zona euro se apagó de repente.

Con casi toda seguridad, la economía española ha escapado de la recesión técnica, dos trimestres consecutivos de caída de PIB, y, hay muchas posibilidades que la zona euro también, en cualquier caso el escenario es que la contracción será corta y superficial, según el escenario central que maneja el BCE. El nuevo director de economía del organismo, Óscar Arce, limitó el alcance para la economía europea y la española hasta primavera. Para el segundo trimestre, la actividad debería comenzar a carburar una vez superado el invierno y las estrecheces que están provocando el desafío de suministro energético. No obstante, para el primer trimestre del año se espera otro frenazo, que roce la contracción. El Banco de España ya dijo que 2023 comenzaría con una clara desaceleración. El consenso de Funcas señala un estancamiento. El último parón antes de acelerar.

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