El Producto Interior Bruto (PIB) de España, en términos nominales, alcanzará una cifra récord en 2022, sobre todo por culpa de la elevada inflación; pero en términos reales a la economía le está costando alcanzar los niveles previos a la pandemia. La última revisión del INE ha estrechado la brecha en pleno estancamiento de la actividad económica. En 2023, el crecimiento debería acercarse al 2% para cerrar de forma definitiva el hueco, pero casi nadie apuesta por unas tasas semejantes.
Por primera vez la producción nacional de España superará los 1,3 billones de euros. La cifra estará muy por encima de 2019, año de referencia para casi todo, ya que fue el previo antes de que se desatara la pandemia, y el año donde la economía en términos nominales se había expandido hasta los 1,245 billones de euros, el anterior récord para la economía española. Pero economistas e instituciones todavía no hablan de que la brecha que abrió el coronavirus en el PIB esté cerrada. La inflación tiene mucho que decir en este punto.
Aunque imperfecto, el PIB es el indicador más fiable y más utilizado para observar la evolución económica de un país, al calcularse la producción de bienes y servicios durante un determinado periodo de tiempo. Tiene dos variables, el PIB nominal, que refleja en términos monetarios la producción bruta, lo que hace que el dato final sea muy sensible al impacto de la inflación, y el PIB real, que en los cálculos descuenta la inflación, para poder comparar periodos y datos de otros países.
El INE publicó el pasado viernes el PIB del tercer trimestre del año. El organismo ofrece los dos datos de crecimiento. Por un lado, expresa el PIB nominal a precios corrientes en millones de euros. Las tasas de crecimiento apuntan a una subida del 8,7%, respecto al tercer trimestre de 2021.
Pero este dato en frío es irreal, una alucinación, si no se tiene en cuenta la inflación en ese mismo momento. Por ello, el INE también calcula el deflactor del PIB, que no es más que el dato de inflación dentro del PIB, la evolución de los precios de un periodo a otro dentro de la producción total. El crecimiento real de la economía es el resultado del PIB nominal menos la inflación, que viene determinada por el IPC.
Por ello, el INE publica el PIB real, la referencia que toman economistas, instituciones y medios de comunicación, en volumen encadenado y a precios de mercado, y entre otras cosas, sirve para compararlo con otros periodos temporales y con otros países. Ya incluye la evolución de los precios, es decir, descuenta la inflación. Está expresado en forma de índice, en puntos. A los economistas y estadísticos les gusta pasarlo todo a base cien, porque de esta forma pueden contrastar la evolución de datos muy distintos, como paro con PIB o ingresos fiscales con IPC, por ejemplo. El INE, ahora mismo, está utilizando base cien con la referencia del año de 2015. Es decir, el PIB deflactado, el PIB real, de 2015 tiene un valor de cien. A partir de esta fecha se va construyendo la serie histórica, teniendo en cuenta la evolución trimestral o interanual.
El PIB real del tercer trimestre se situó en 109,5 puntos, tras avanzar un 0,1%, respecto al segundo trimestre del año, y un 4,4%, teniendo en cuenta el dato del año pasado en el mismo periodo. En 2019, el PIB a precios de mercado se situaba en 110,7. Este nivel es el que utilizan las instituciones y economistas para hablar de que la economía recupera o no los niveles previos a la crisis del covid. Es decir, la economía española está a un 1% de recuperar los niveles previos a la crisis.
¿A dónde va la economía?
Todavía falta por publicarse los datos de PIB del cuarto trimestre, pero tanto en términos nominales, como reales, las primeras estimaciones apuntan a que ha habido pocos cambios, respecto a la dinámica del tercer trimestre. El Banco de España indicó la semana pasada, con los datos disponibles, que la economía estaba creciendo a un ritmo trimestral del 0,1%. Tras la revisión a la baja del tercer trimestre por parte del INE, por efecto arrastre el PIB podría aspirar a un 0,2%. La AIReF, bajo la perspectiva de su modelo de PIB en tiempo real, dice que la economía crece a un ritmo del 0,3%. En cualquier caso, salvo desastre, la economía española alcanzará una producción nominal superior a 1,3 billones, para todo el conjunto de 2022.
¿Cuándo superará la economía los niveles previos a la crisis? El pasado viernes, el INE no solo retocó el crecimiento del tercer trimestre, revisó en profundidad y al alza el crecimiento del primer y, sobre todo, del segundo trimestre. La consecuencia directa es que el PIB para todo 2022 ha recibido un serio empujón. La revisión ha supuesto alrededor de 8.000 millones más al PIB nominal y que quede asegurado que el PIB real crezca por encima del 5% este año.
Estas cifras están muy por encima de las previsiones del propio Gobierno, del Banco de España o de Bruselas. También de las casas privadas de análisis. El consenso recogido por el Panel de Funcas, que incluye a veinte firmas privadas y todos los organismos oficiales, apunta a un crecimiento del 4,5% para 2022.
Nadie pensaba en el 5% a estas alturas de la película. Ayer lo verbalizó el presidente del Gobierno. Hay que ponerse en la piel de los economistas a principio de año para que predijeran estos ritmos de crecimiento y lo que ello supone. La invasión rusa a Ucrania todavía no había empezado, los bancos centrales todavía no habían empezado a subir tipos y había esperanzas de que la inflación fuera transitoria. Desde entonces las sensaciones han ido a peor según avanzaba el año, sobre todo, en el segundo semestre.
A modo de conclusión, la economía española saldrá muy favorecida en la foto fija de 2022 por los ajustes de PIB del INE, pese a que desde julio solo se puede hablar de prácticamente estancamiento. Esta circunstancia también plantea un problema de exigencia en 2023. Para que el PIB real sume, las cifras de producción deberán ser superiores a este año, lo que hace que los datos de la primera parte del año puedan ser decepcionantes, por no decir negativos. La comparativa del primer y segundo trimestre no juegan a favor del recorrido de la economía para el primer semestre de 2023. Al engordar las cifras, el listón está más alto para que haya avances porcentuales anuales positivos.
El Banco de España ya dijo que 2023 comenzaría con una clara desaceleración. El consenso de Funcas señala un estancamiento. No será hasta primavera cuando la economía comience a carburar. No solo la española, también la europea, una vez superado el invierno y las estrecheces que están provocando los problemas de suministro energético. Pero cualquier organismo o analista pone a sus previsiones con miles de salvedades, por la volatilidad del contexto económico. En Europa, hay pocas economías que no hayan recuperado los niveles precovid y la española es una excepción. Teniendo en cuenta el posible cierre de 2022, el nivel precovid solo se alcanzará si la economía mantiene un crecimiento anual de 2%. Por ahora, solo el cuadro económico del Gobierno mantiene esta previsión.