
"Política macroeconómica en una economía desigual". La cabecera del Simposio de Jackson Hole (Wyoming) que arranca este jueves arropa bajo su formato virtual los pormenores del comienzo de la retirada de los estímulos monetarios. En un momento en que la recuperación muestra síntomas de fatiga, el acecho de la variante Delta apremia y la Reserva Federal cumple ya uno de sus objetivos, véase la estabilidad en los precios, el riesgo de un potencial error aumenta.
Es por ello que el discurso del presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, previsto en la mañana del viernes (a las 16.00 en España), copará la máxima atención del mercado. En su calculado mensaje, el guardián que vela por el pleno empleo y una inflación media del 2% evitará dar detalles concretos sobre cuándo y cómo comenzará el tapering, como se conoce en la jerga financiera al proceso de reducción de las compras de deuda que actualmente alcanzan los 120.000 millones de dólares mensuales.
"Powell será muy cauteloso para evitar acorralar a la Fed en un calendario fijo", reconoce David Mericle, economista de Goldman Sachs. Al respecto considera que la última reunión del Comité Federal de Mercados Abiertos (FOMC) de julio adoptó una visión sorprendentemente optimista de los riesgos económicos que plantea la situación actual del virus, de ahí que el tono del presidente de la Fed sea muy diferente esta semana.
Progreso en el empleo
No obstante, tras el repunte en la creación de nóminas en junio y julio, reconocerá que el mercado laboral ha progresado, algo que contribuirá a mantener vivas las expectativas de que el guiño clave que instigará el anuncio oficial del tapering podría producirse tan pronto como en la comitiva del FOMC del próximo 21 y 22 septiembre.
"Se espera que el anuncio de la reducción de las compras se produzca en septiembre, noviembre o diciembre, lo que significa que la capacidad de Powell para influir en los precios del mercado no será limitada", señala Andrew Hollenhorst, economista de Citi.
Desde su punto de vista, cuando finalizará el tapering es una cuestión mucho más importante, dado que la mayoría de los funcionarios de la Fed querrán completar este proceso antes de subir los tipos. "No esperamos ninguna información nueva sobre el ritmo y la composición del tapering", indica al referirse al encuentro de los próximos días.
El presidente de la Fed será cauteloso y no concretará el calendario del 'tapering'
En estos momentos existe cierto consenso entre las distintas mesas de inversión de que la Fed reducirá sus compras a un ritmo de 15.000 millones de dólares por reunión, repartidos entre 10.000 millones en bonos del Tesoro y 5.000 millones en activos respaldados por hipotecas con el objetivo de finalizar las compras de ambos al mismo tiempo.
El simposio no es una reunión de política formal. En su lugar, el encuentro se organiza como una conferencia, un formato mas adecuado para plantear de forma distendida riesgos y fórmulas de la política monetaria.
Jackson Hole adquirió una mayor importancia política a principios de la última década, ya que por aquel entonces, los discursos del expresidente de la Fed, Ben Bernanke, en 2010 y 2012 sirvieron para adelantar una mayor política acomodaticia, que dio pie a dos rondas más de programas de compras de deuda (quantitative easing o QE por sus siglas en inglés).
Actualmente el margen de error de la Fed aumenta considerablemente. Mientras que la producción de bienes y la construcción de viviendas se han recuperado y se ven limitadas solo por problemas de oferta y no por una demanda insuficiente, algunas partes del sector de los servicios que tienen un alto grado de contacto continúan deprimidas a medida que el resurgimiento del virus ha retrasado aún más su plena recuperación.
Anatomía de un potencial berrinche en el mercado
El berrinche de 2013 fue provocado por los comentarios de Bernanke el 21 de mayo. Las ventas se tradujeron en una caída del 5,8% para el S&P 500 que duró hasta el 24 de junio. Sin embargo, cuando el mercado observó que la retirada suponía una sanación completa de la economía, el S&P 500 recuperó todo lo perdido en sólo 17 días y luego se disparó un 15,1% en los seis meses siguientes. El mercado tropezó dos veces en 2014, con una caída del 5,8% y del 7,4% a partir de enero y septiembre, respectivamente, pero no fue hasta mayo de 2015 cuando el S&P 500 sucumbió a un descenso más significativo del 14,6%.