Periodista económico

Aunque formalmente se trataba de unas elecciones autonómicas, es indudable que emocional y políticamente estos comicios andaluces se antojan como una especie de primera vuelta de cara a las próximas generales. Así lo habían planteado los partidos y así lo interpretaban los analistas y los ciudadanos todos. Y con este enfoque el titular no puede ser más claro y contundente: Triunfo histórico del PP y debacle del sanchismo que anuncia el cambio de ciclo en la política española. Recordemos que desde el inicio de la Transición las elecciones generales se ganan en Madrid, Andalucía y Cataluña, con un pequeño añadido de la Comunidad Valenciana. Y el PP ya domina ampliamente en las dos primeras comunidades y es el favorito en la región levantina con la ayuda inestimable de Ximo Puig y Mónica Oltra.

Con los gafes ocurre lo que dicen de las brujas que no existen, pero haberlas, “haylas”. Porque díganme si no es para creer en gafes que el mismo día que el Gobierno pone en marcha su medida estrella de topar el gas para bajar la tarifa eléctrica el precio de la luz no sólo no baje, sino que suba un 5% y un 15% más el día después.

Un “fallo de cálculo”. Así calificaban desde La Moncloa el incendio diplomático que la improvisación e irresponsabilidad de este gobierno ha desencadenado con Argelia, con ruptura de las relaciones comerciales incluidas, y para el que ahora llaman a los bomberos de Bruselas a ver si les salvan de la quema.

Admiración y envidia sana son las sensaciones que sentimos muchos ciudadanos demócratas a principios de esta semana viendo como el primer ministro del Reino Unido, el excéntrico Boris Johnson, era sometido a una moción de confianza presentada por miembros de su propio partido por el llamado partygate, y como 148 de sus compañeros tories votaban a favor de echarle del Gobierno. Y si finalmente el paciente ingles salió con vida, aunque muy tocado, de la operación, los precedentes y la opinión generalizada de todos los especialistas apuntan a que tiene los días políticos contados y bajo vigilancia permanente.

El Parlamento, la Fiscalía, la educación, el CNI, la seguridad nacional, los medios de comunicación públicos, el prestigio internacional de España… Este Gobierno que ha demostrado no tener escrúpulos en utilizar las instituciones no en el beneficio general sino en el propio, tampoco los ha tenido a la hora de utilizar los dineros de todos los españoles para hacer campaña electoral e intentar dar la vuelta a unas encuestas que en Andalucía le pintan bastos y le señalan como el posible gran derrotado de las urnas.

Hay que tener mal fario para que el día que convocas para lucir un traje electoral de triunfalismo y autobombo, vengan el Banco de España y Eurostat a darte un baño de realismo y decir que el rey está desnudo. Y eso es lo que le ha ocurrido a Pedro Sánchez y a este Gobierno que presume de social pero cuya obcecación doctrinaria y su sordera ante los consejos de quienes saben de esto de la economía nos han llevado a ser el país cuya combinación de mayor tasa de paro de Europa con una de las mayores tasas de inflación nos sitúan a la cabeza del Índice de Miseria Okun, que mide el deterioro económico y de la calidad de vida de las clases medias y bajas de la sociedad.

Si vamos a una guerra prolongada la guerra económica será incluso más prolongada y en otoño vamos camino de una recesión". Esta predicción, más que una presunción, la hacía el general Miguel Ángel Ballesteros, director del Departamento de Seguridad Nacional del Gabinete de la Presidencia del Gobierno y es especialista en geopolítica, estrategia de seguridad y prevención del terrorismo.

Durante el pasado fin de semana y el primer día de la presente hemos asistido al hecho insólito en un estado de derecho, pero no tan raro en la sanchismocracia, de ver como un presidente y un gobierno que prometieron lealtad al Rey y guardar y hacer guardar la Constitución violan flagrantemente el artículo 14 de la Carta Magna, en el que se afirma textualmente que "los españoles tienen derecho a elegir libremente su residencia y a circular por el territorio nacional".

SUSPENSO y con mayúsculas. Así han calificado los catedráticos de la Comisión Europea a España y al Gobierno sanchista-podemita en su examen de primavera, además de señalarles, una vez más, como los últimos de la clase de la UE en economía, como lo han sido en sanidad y en respeto a las instituciones democráticas. Y suspenso también con cero zapatero y reprimenda el que recibieron sólo 24 horas después en el tribunal del Banco de España.