Europa ha pasado en cuatro meses de celebrar el acuerdo histórico del estímulo económico frente a la pandemia a cuestionarse de nuevo su futuro. La Unión ha sufrido en este tiempo un doloroso repunte de casos del covid-19, que han parado en seco la recuperación. Y, sobre todo, se ha topado con el veto de Hungría y Polonia a sacar adelante los 1,81 billones euros para impulsar la economía por la condicionalidad del Estado de Derecho.

La UE ha suspendido el control del déficit y la deuda, a través del Pacto de Estabilidad, para salir del agujero que ha causado el covid-19. La Comisión Europea quiere que los países mantengan los estímulos el año que viene, o incluso más allá, para superar la mayor recesión en un siglo. Por eso, la Comisión dio este miércoles un aprobado general a los presupuestos de los socios del euro, claramente expansivos.

Análisis

La disyuntiva entre valores e intereses a menudo se ha colado la sala de mandos europea, cuando a la UE le tocaba actuar más allá de sus fronteras. Los socios vuelven ahora a estar ante este viejo problema con diferentes ropajes. Hungría y Polonia bloquearon este lunes la aprobación del mega estímulo europeo frente a la crisis causada por el covid-19. La razón es su rechazo al nuevo mecanismo del Estado de Derecho que incluye, y que puede llevar a la suspensión de los fondos europeos en casos de corrupción o problemas con la independencia de la justicia. En juego está la llegada de 1,81 billones de euros, incluyendo el presupuesto plurianual comunitario para los próximos siete años y el fondo de recuperación de 750.000 millones de euros.

La sombra del veto húngaro, al que se sumó recientemente Polonia, planeaba desde hace tiempo sobre la aprobación del gran estímulo frente a la crisis causada por el covid-19, la mayor recesión en siete décadas de vida de la UE. Ambos países eran muy críticos con el nuevo mecanismo del Estado de Derecho, que vincula el desembolso de los fondos comunitarios al respeto de los principios buena gestión presupuestaria. Más aún porque ambos están en la picota comunitaria por haber erosionado el Estado de Derecho dentro de sus fronteras.

Europa está en pleno proceso de revisar sus relaciones con Estados Unidos tras la victoria de Joe Biden en las elecciones presidenciales. Las "grandes expectativas" se extienden del frente comercial a la lucha contra el calentamiento global, pasando por la tasa digital, otro de los temas que enfrentó a los europeos con la Administración de Donald Trump.

La segunda ola está complicando la salida de la mayor recesión en la historia de la UE. Europa ha sacado hasta ahora todas las cartas de su manga, aflojando el corsé normativo para que los gobiernos gasten e incluso lanzando un fondo de recuperación sin precedentes de 750.000 millones de euros.

La Comisión Europea anunció este martes que comprará 300 millones de dosis de la vacuna desarrollada por Pfizer y el laboratorio alemán BioNtech, cuya efectividad llega al 90%, según anunciaron este lunes las compañías.

Los líderes europeos necesitaron en julio algo más de cuatro días, con sus largas noches de negociación, para aprobar el fondo de recuperación de 750.000 millones de euros. También acordaron el presupuesto plurianual comunitario para 2021-2027, de 1,074 billones de euros. Pero esa maratoniana cumbre dejó detalles en el aire, y sobre todo la posición del Parlamento Europeo aún por considerar.

Presupuesto de la UE

Los Estados miembros (el Consejo de la UE) y el Parlamento Europeo continuaron progresando ayer en las negociaciones para cerrar el presupuesto plurianual comunitario de algo más de un billón de euros para el periodo 2021-2027.

Bruselas. Las negociaciones para sacar adelante el fondo de recuperación europeo de 750.000 millones de euros y el presupuesto de la UE de 2021-2027, de algo más de un billón de euros, podrían salvar el último de sus grandes obstáculos la semana que viene. Los Estados miembros (Consejo de la UE), liderados este semestre por Alemania, y el Parlamento Europeo están cerca de llegar a un acuerdo sobre las cantidades adicionales que han pedido los eurodiputados para el presupuesto plurianual, uno de los temas que más han dividido a ambos lados.