
La segunda ola está complicando la salida de la mayor recesión en la historia de la UE. Europa ha sacado hasta ahora todas las cartas de su manga, aflojando el corsé normativo para que los gobiernos gasten e incluso lanzando un fondo de recuperación sin precedentes de 750.000 millones de euros.
Pero las últimas previsiones económicas han alejado un poco más la salida del agujero. Tan solo la economía de Alemania y Polonia recuperarán los niveles previos a la crisis durante los próximos dos años. Por eso, desde la Comisión Europea insisten en pedir que se mantengan los estímulos fiscales para superar la caída.
Y para facilitarlo, la Comisión sugiere que la suspensión del Pacto de Estabilidad y Crecimiento, que controla el déficit y la deuda nacionales, podría ir incluso más allá de 2021, que es la fecha que se ha comunicado a los Gobiernos.
En una entrevista con el diario Financial Times, el comisario de Economía, Paolo Gentiloni, volvió a repetir que el periodo de gracia se podría alargar más allá del año que viene. "La cláusula general de escape permanecerá vigente todo el 2021. Pero eso no significa que a partir del 1 de enero de 2022 se desactivará", comentó al diario.
No es la primera vez que Gentiloni, de la socialdemocracia italiana y partidario de abrir la mano, ha deslizado que el periodo de excepción se alargue en el tiempo para lidiar con la evolución de una pandemia que todavía no sabemos cuándo terminará, ni cómo nos dejará. El pasado 27 de octubre, ya señaló en un discurso que la cláusula de escape del Pacto de Estabilidad permanecería activada "tanto tiempo como fuera necesario".
Además, el italiano advirtió entonces que, dado el empeoramiento del horizonte económico, a causa del aumento de casos en Europa y las restricciones, "necesitamos mantener el apoyo a la economía tanto como sea necesario, y el tiempo que haga falta".
Resulta "vital" que los Estados miembros mantengan medidas de estímulo económico el próximo año
Las proyecciones económicas de otoño dieron argumentos a quienes, como Gentiloni, son partidarios de alargar las medidas extraordinarias. Según la Comisión, el rebote será el próximo año más flojo que lo inicialmente previsto, al quedarse en el 4,1% en vez del 5,8% previsto en julio. Está por ver cuál será el impacto de las últimas restricciones o de la vacuna, una vez que se fabrique y distribuya durante los próximos meses, dado que las previsiones se publicaron antes del anuncio de la cura diseñada por BioNTech y Pfizer.
La llamada europea a más estímulos va dirigida a los Estados miembros, y no a las instituciones comunitarias, dado que el fondo de recuperación europeo aún se tiene que terminar de pulir. Tal y como dijeron los ministros de Finanzas de la zona euro (el Eurogrupo) tras su videoconferencia de octubre, "dado el mayor riesgo de que la recuperación se retrase", resulta "vital" que los Estados miembros mantengan medidas de estímulo económico el próximo año "y se adapten a la situación a medida que evolucione".
La suspensión del Pacto de Estabilidad permitirá a los países bombear más dinero a la economía desde el punto de vista normativo, al no tener que cumplir con los límites de déficit y de deuda. Pero dado el deterioro de las cuentas públicas por las medidas ya tomadas, no todos tendrán el espacio fiscal suficiente. Y es aquí donde entrará el estímulo europeo, diseñado al calor de la primera ola, pero que está empezando a llegar sobre el terreno en plena segunda ola. No obstante, la mayor inyección de la ayuda europea llegará a partir del año que viene, sobre todo del segundo semestre, cuando se transfiera a los países las ayudas a fondo perdido del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia.