El primer intento de apartar a Jeroem Dijsselbloem de la presidencia del Eurogrupo pilotado desde Economía fracasó, ya que el reparto de las sillas de poder en Europa el pasado verano no fue excusa suficiente para mover al holandés de la suya, sin destino claro para aterrizar. Por eso, esta vez Guindos quiere dejar, al menos en apariencia, el peso de la negociación en manos del presidente Mariano Rajoy.