
La prima de riesgo española, en máximo desde noviembre de 2014 por la incertidumbre griega. La Comisión helena sobre la deuda contable costó 22.700 euros por un trabajo de cinco días.
Los acreedores ya descartan un acuerdo con Atenas en el Eurogrupo del próximo día 24 de abril en Riga (Letonia) y comienzan a pensar en mayo para un posible pacto. La incertidumbre sobre la situación helena sacudió ayer de nuevo los mercados y elevó la prima de riesgo española 11 puntos básicos, hasta los 138, su nivel más alto desde comienzos de noviembre de 2014. Los diferenciales de otros países de la eurozona también subieron y el de la deuda griega repuntaba a los 1.282 puntos básicos. Grecia acordó con el Eurogrupo una prórroga de cuatro meses de su rescate para conseguir los 7.200 millones que todavía quedan para evitar la quiebra. A cambio, debe presentar antes de que concluya abril un paquete de medidas que incluya las reformas pendientes del programa acordado con sus acreedores en 2012.
El encuentro de los ministros de finanzas del euro en Riga el próximo viernes debía ser el momento para bendecir políticamente la lista de reformas helena. Pero ya nadie alberga la esperanza de que el Ejecutivo de Alexis Tsipras llegue a tiempo de presentar una lista "completa y creíble" tal y como le reclaman la UE y el Fondo Monetario Internacional (FMI). Fuentes del Eurogrupo comentaron a elEconomista que aunque algo se ha avanzado, el progreso ha sido "muy pequeño" para lograr un acuerdo durante la cita del próximo viernes.
En la carta que el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, envió ayer al Parlamento holandés con la agenda del próximo encuentro, el también ministro de Finanzas holandés señaló que "todavía se deben superar diferencias significativas en algunas áreas".
Encallados en pensiones e IVA
Los obstáculos siguen siendo los mismos que, desde el inicio de la negociación, han bloqueado el progreso: la subida del IVA, un ajuste de las pensiones y la reforma laboral. Estas reformas fueron marcadas como líneas rojas inasumibles por el Ejecutivo de Alexis Tsipras, sin embargo son un imperativo para los acreedores internacionales. En el único punto en el que fuentes comunitarias reconocen un progreso moderado es en el campo de las privatizaciones. Tras varios giros, Atenas se comprometió a no detener los procesos de privatización en marcha y a fomentar iniciativas público-privadas para explorar la venta otros activos públicos.
Una alta fuente diplomática comentó ayer a elEconomista que una gran mayoría es "escéptica" respecto a que se vaya a lograr algún resultado antes de finales de este mes, por lo que desde el lado de los acreedores ya se mira al Eurogrupo del 11 de mayo para cerrar un acuerdo. Las mismas fuentes comentaron que el Eurogrupo no tiene la "voluntad" de provocar una salida accidental del euro (Grexident). Pero añaden que no ayuda "la gran incertidumbre" en torno la situación financiera de Grecia, que el propio país ha fomentado para poder presionar a los europeos con la inminencia de un default.
Para intentar tender puentes entre dos posturas, inamovibles durante los dos últimos meses, la troika (rebautizada ahora como Grupo de Bruselas) se reunirá con los representantes del Gobierno heleno hoy sábado. Sin embargo, no se esperan resultados concretos de esta nueva ronda negociadora, sino más bien mantener el proceso de diálogo vivo tras el pesimismo manifestado en los últimos días. Voces importantes como la del Ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, han comentado que "nadie" sabe cómo cerrar un acuerdo con el Ejecutivo de Syriza.
Sin lugar para el encuentro
El encuentro del Grupo de Bruselas con los enviados de Grecia tendrá lugar seguramente en Bruselas aunque, como muestra de la improvisación que se ha instalado en torno a la saga griega, el lugar no se pudo cerrar en un primer momento ya que todos los hoteles de la capital belga estaban reservados, al planearse el encuentro en el último minuto.
Si el diálogo de sordos de Tsipras con la UE y el FMI termina por arrastrar el proceso hasta el mes de mayo, Grecia podría encontrarse muy cerca del barranco. El país necesita parte de los 7.200 millones que le quedan de la ayuda internacional para cubrir, entre otras necesidades, un pago de 1.000 millones al FMI y otros 1.600 millones para sus funcionarios y pensionistas. Más aun, como recordó ayer Dijsselbloem a los diputados holandeses, la lista de reformas requerida para el desembolso necesita primero el visto bueno de la Comisión, BCE y FMI.
Aprobación parlamentaria
Tras este visto bueno, el Eurogrupo autorizará el desembolso de los fondos tan sólo cuando se verifique la "aplicación" (es decir, al menos la aprobación parlamentaria y no sólo el anuncio del Ejecutivo), de las medidas requeridas, y tras una misión de las instituciones a Grecia que lo confirme. Demasiados pasos para un Gobierno que ha tropezado con el primer obstáculo.
El ministro de Finanzas de Grecia, Yanis Varoufakis, sostiene que Atenas "no juega" con la salida del euro, e insiste en su intención de alcanzar un acuerdo que "no sea impuesto" por los acreedores. Mientras, el FMI ha indicado que el retraso en los pagos de Grecia no es "recomendable", en alusión a las especulaciones sobre el anterior vencimiento, el 9 de abril, cuando se dudó de que Atenas atendiera el pago, como finalmente hizo. Días antes, se constituía una comisión en el Parlamento heleno la "Comisión de la verdad sobre la deuda contable"- que desempeñó sus funciones del 4 al 8 de abril, por un coste de 22.700 euros, cuyo informe se conocerá dentro de un mes y que pretende una suerte de auditoría de la deuda como elemento de presión en las negociaciones, al atribuirse la capacidad de determinar si parte de la deuda es "ilegítima", un argumento que desde la propia Grecia distintos analistas consideran dudoso.
Reacciones en Washington
El director del Departamento Europeo del FMI, Poul Thompsen, dijo ayer en Washington que las negociaciones con el país heleno han mejorado, pero reconoció que "nadie espera" que el programa esté listo el próximo 24 de abril.
"Seamos muy claros, para concluir la revisión del programa con el Fondo, necesitamos un paquete coherente, no podemos concluirlo con sólo un par de medidas", explicó el funcionario de la institución al señalar que este proceso tardará aún "un par de semanas". Señaló que la previsión de crecimiento que el Fondo tiene sobre Grecia, del 2,5 por ciento "no es realista" y tendrá que ser revisada a la baja "de forma significativa", una vez se complete la revisión del programa.
Por su parte, el Comisario Europeo de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici, aseguró durante una entrevista con Bloomberg en Washington que "el mensaje para el gobierno heleno es claro: aceleren". "Nadie está abogando por una salida de Grecia, nadie está preparando una salida de Grecia, pero todo el mundo está diciendo a los griegos que es el momento de cumplir", dijo Moscovici.
En una jornada en que las primas de riesgo de los países de la periferia europea continuaban subiendo, el director del Departamento Europeo volvía a reiterar que "no debe subestimarse" el efecto en la confianza que una posible salida de Grecia de la eurozona podría generar. "La salida de Grecia será muy severa para la economía helena", reconoció el funcionario, quien señaló que "supondría un reto muy importante para la zona del euro". Thompson repitió insistentemente durante su rueda de prensa que "nadie debe subestimar los riesgos" de una salida griega.