Economía

Guindos esgrime el apoyo de Merkel como arma en el pulso para dirigir el Eurogrupo

Luis de Guindos, ministro de Economía. Foto: Archivo

El primer intento de apartar a Jeroem Dijsselbloem de la presidencia del Eurogrupo pilotado desde Economía fracasó, ya que el reparto de las sillas de poder en Europa el pasado verano no fue excusa suficiente para mover al holandés de la suya, sin destino claro para aterrizar. Por eso, esta vez Guindos quiere dejar, al menos en apariencia, el peso de la negociación en manos del presidente Mariano Rajoy.

El paso atrás responde además a la estrategia sobre la que España pretende jugar su baza: la elección final se realizará al más alto nivel, donde nuestro país cuenta con el apoyo crucial de Angela Merkel. La canciller alemana dio el espaldarazo en agosto al anunciar que "cuando terminara el plazo del actual presidente" apoyaría a Guindos, quien ha sido "un excelente ministro".

Quién decide

Aunque la elección corresponde a los ministros, según el tratado, desde el círculo de Guindos se sugiere que la decisión partirá de los líderes europeos. La próxima cumbre, y última antes de que concluya el mandato de Dijsselbloem, será el próximo 25 y 26 de Junio. Las mismas fuentes añaden que las maniobras han comenzado, como pareció indicar el propio Guindos. Al ser preguntado sobre posibles contactos en marcha, señaló que "existen posibilidades" de conseguir el cargo y que "tenemos apoyos", sugiriendo una labor de sondeo entre las capitales europeas.

Sin embargo, desde el lado de Dijsselbloem -cuyo mandato concluye el 21 de julio- se subraya que son los ministros de Finanzas los que quieren tomar la decisión con independencia. El holandés es consciente de que su candidatura tiene más posibilidades entre sus colegas del Eurogrupo, ante cuyos ojos ha conseguido crecer desde el torpe comienzo de la gestión del rescate de Chipre, hasta pilotar con mano firme la negociación con el Gobierno griego, como reconoce una alta fuente europea que comenzó siendo crítica con su labor.

Más allá del foro en el que se tome finalmente la decisión, uno y otro cuentan con puntos fuertes y, sobre todo, flancos por los que puede caer su candidatura. Dijsselbloem tiene la carta de pertenecer (aunque sea de nombre) a los socialdemócrata, a quienes correspondería la silla en el equilibrio de poder en Europa. Pero sus duras posiciones han levantado ampollas sobre todo en países de la periferia. A Guindos le pesa la inestabilidad de su cargo nacional, ya que a día de hoy el PP se quedaría fuera del Gobierno. Sin embargo, el breve protocolo del Tratado de Lisboa que se refiere al Eurogrupo sólo señala que los ministros "elegirán a un presidente por dos años y medio, por una mayoría de los Estados miembros [del euro]". Es decir, el elegido no tiene ni siquiera el requerimiento legal de pertenecer al Eurogrupo.

Francia es crucial

En un contexto en el que un nutrido grupo de ministros de Finanzas puede ser reacio a empujar de la silla a un presidente que ha realizado una buena labor, y con una Alemania que se puede plegar a la voluntad de la mayoría, Francia puede resultar crucial para decidir la partida, comenta una fuente europea. Sin embargo, el ministro galo Michel Sapin no tiene decidido a quien ofrecer su apoyo.

Guindos se mostró firme el sábado en Riga, al señalar rotundo que "el presidente del Gobierno me ha dicho que vamos a presentar la candidatura de España" y, como había señalado en anteriores ocasiones, "yo haré lo que me diga el presidente".

También aprovechó el Eurogrupo para anunciar a sus colegas que acelerará la devolución del rescate a la banca española. El gesto, sin beneficios claros para las arcas nacionales, refuerza la campaña española para ganar el "reconocimiento" por la recuperación económica, que quiere coronar con la presidencia del Eurogrupo. El adelanto del pago "sobre todo tiene que ver con el cambio de la percepción de la situación española", reconoció Guindos.

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