Economía

Grecia exprime sus fondos públicos ante el lento avance de la negociación

Sin expectativas ya de lograr un acuerdo este viernes en el Eurogrupo informal de Riga y con los ojos puestos en la reunión del 11 de mayo, las autoridades griegas continúan con su estrategia de ordeñar todos los fondos públicos a su disposición. El Ejecutivo de Syriza aprobó ayer un decreto por el que obliga a sus municipios a transferir todas sus reservas al Banco de Grecia.

En una señal del estado de urgencia en el que se encuentran los cofres griegos, sólo quedan excluidos los fondos necesarios para cubrir los gastos locales de los próximos 15 días.

Para responder a la falta de resultados, los representantes del Gobierno griego y de los acreedores internacionales han intensificado en las últimas horas las conversaciones para intentar producir una lista de reformas con las que acceder al menos a parte de los 7.200 millones que quedan en el rescate. Tras la reunión del sábado pasado en París, ambos polos se encontraron ayer, y lo harán de nuevo hoy, para discutir los mismos problemas que desde el arranque de las negociaciones hace dos meses: la subida del IVA, las pensiones, la reforma del mercado laboral y las privatizaciones.

Tensas negociaciones

Fuentes comunitarias reconocen como un elemento "positivo" la intensificación de las negociaciones. Sin embargo, los mismos portavoces añaden que el muy ligero progreso es insuficiente como para lograr resultados concretos en los próximos días. Por esta razón, desde el lado europeo ya solo esperan que el Eurogrupo de Riga "tome nota del estado de las negociaciones". De esta manera, los acreedores internacionales se preparan para hacer la vista gorda al compromiso inicial dado por Atenas a los ministros de Finanzas del euro el pasado 20 de febrero, cuando acordó presentar una lista completa de reformas para finales de abril.

La UE y el FMI se resignan a utilizar el único elemento de presión con el que cuentan para convencer a Grecia: la falta de liquidez para cubrir sus obligaciones internacionales. Y es que, como reconoció la semana pasada el ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, "nadie" sabe cómo conseguir un acuerdo con el Gobierno griego. O, más bien, cómo hacer digeribles para el Ejecutivo de Syriza las reformas sin las que el UE y el FMI no están dispuestos a desbloquear los fondos que necesita para evitar el default.

Así las cosas, desde la Comisión y las capitales europeas se espera lograr un acuerdo con el país durante el Eurogrupo posterior del 11 de mayo. El club del euro se reunirá en vísperas de un gran pago que los helenos deben realizar al FMI que, sumado a otro de los primeros días de mayo, sumará alrededor de 1.000 millones. Para asegurar que esta vez la lista de reformas sí llegará, algunas fuentes sugieren en Bruselas que se podría cerrar este viernes una hoja de ruta con los griegos para llegar a un pacto el 11 de mayo.

Con los mismos obstáculos sobre la mesa después de transcurridos dos meses de discusiones, pero ahora con apenas margen para superarlos, los comentarios, rumores y preguntas sobre los planes de contingencia se multiplican.

El vicepresidente del BCE, Vitor Constancio, dijo ayer en el Parlamento Europeo que una quiebra de la economía griega no implicaría directamente su salida de la eurozona. Tampoco lo haría la imposición de controles de capital en su sistema bancario, que ya se aplicaron en el rescate de Chipre sin provocar su caída de la eurozona.

Constancio también recordó que esos controles tan sólo pueden aplicarse si las autoridades griegas los solicitan, y tras la aprobación de la Comisión.

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