Economista es inspector de Hacienda. Coautor de ?La factura del cupo catalán. Privilegios territoriales frente a ciudadanía? (La Esfera de los libros, 2025).

Sin salud no hay economía. Por esa obvia razón, la Pandemia del Coronavirus además de una serie interminable de tragedias, también ha supuesto un desastre económico sin precedentes en el mundo entero. Pero, dentro de este desolador panorama, algunos datos resultan sorprendentes. Por ejemplo, en el momento en que escribo estas líneas, el bono español a diez años, cotiza en negativo. Esto quiere decir que hay inversores que pagan por colocar a diez años su dinero en deuda española. ¿Esto es un índice de enorme confianza en la economía y la Hacienda española, falta de mejores alternativas o que todo el mundo se ha vuelto loco?

Donald Trump no quiso renovar en 2018 a Janet Yellen como presidenta de la Reserva Federal, banquera central de los Estados Unidos. Ahora Yellen será la encargada de lidiar con la herencia económica de Trump como nueva secretaria del Tesoro de los Estados Unidos. Como solía repetir Josep Pla, citando a Montaigne, “la vida es ondulante” es decir, como decimos otros, la vida da muchas vueltas.

Cuenta Monterroso en el cuento más corto que, “cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí”. Cuando concluya el recuento interminable de votos en Estados Unidos, muchos dinosaurios seguirán estando ahí, nos guste o no. Lo que parece claro es que Trump ha perdido las elecciones, pero Biden no va a ser todo lo contrario de Trump, ni en lo positivo ni en lo negativo…

Una de las noches electorales más largas que ha vivido Norteamérica arroja una conclusión, como no provisional: El Coronavirus pudo con el Colegio Electoral. Como contábamos hace un par de meses en ElEconomista, las opciones de victoria de Donald Trump, tras su desastrosa gestión de la Pandemia estaban en el Colegio Electoral. Sin embargo, no siempre se tiene la suerte de ganar todos los estados decisivos por muy pocos votos. Trump ya perdió las elecciones en voto popular en 2016. Sin embargo, como él mismo señalaba hace cuatro años: “gané en los estados donde se hizo campaña”. Ésta vez, aunque por mucho menos margen que el pronosticado por las encuestas, no fue así…

Las empresas que más dinero ganan del mundo son, paradójicamente, las que, en proporción, pagan menos impuestos por sus beneficios. Y buena parte de estas empresas son multinacionales tecnológicas, casi todas ellas norteamericanas. Esto ya era así antes de la pandemia del Coronavirus, pero la tendencia se está acelerando. Hace algunos años, eran las petroleras las empresas que más ganaban, fundamentalmente las que se centraban en la extracción de crudo. Ahora, la demanda de combustible para el transporte está yendo a la baja, mientras la digitalización se acelera. Esto ocurre al mismo tiempo que los problemas fiscales de la Haciendas de todos los países se agravan.

Hacer los más conveniente para uno mismo no siempre es lo más conveniente, ni para todos, ni incluso para uno mismo. Si quieren un ejemplo, recuerden el famoso dilema del prisionero, uno de los elementos fundamentales de la teoría de juegos. La enunciación clásica del "dilema" es la siguiente:

"El primer martes después del primer lunes de noviembre, cada cuatro años”. Ésa es la fecha de las elecciones al Colegio Electoral de Estados Unidos establecida por la ley federal estadounidense. En esa fecha se elige al colegio de 538 electores que posteriormente eligen al Presidente de Estados Unidos. Y el actual presidente no parecía tener nada claro que pueda volver a ganar las elecciones a este Colegio Electoral, y seguramente por esa razón, pidió retrasar las elecciones. Sin embargo, a veces las apariencias engañan.

¿Se está disparando la presión fiscal en España? A primera vista no lo parece porque la recaudación de impuestos se está reduciendo debido a los efectos de la pandemia del Coronavirus sobre la actividad económica. Sin embargo, en los seis primeros meses del año, la recaudación de impuestos gestionados por la Agencia Tributaria se redujo en un 11%. En ese mismo periodo, la caída del PIB fue de más del doble, del 22,1%. Si esto continúa así, España experimentaría un importante incremento de la presión fiscal, que no es más que el cociente entre la recaudación de impuestos y el PIB.

Toda inversión tiene que ser financiada porque nada es gratis. Y por supuesto un fondo de cientos de miles de millones de euros como el fondo europeo de recuperación y resiliencia (FERR) no es precisamente una excepción. En consecuencia, las posturas que buscan limitar, aplazar o incluso no abordar este fondo de reconstrucción, el FERR, no sólo se deben a desacuerdos con el destino de los fondos o su condicionalidad, sino también con la propia financiación del fondo.

La sentencia de ayer del Tribunal General de la Unión Europea en el caso de la Comisión contra Apple e Irlanda es importante, por varias razones. En primer lugar, por el importe que decide: más de 13.000 millones de euros. Pero también porque afecta de lleno a varios asuntos cruciales de la Unión Europea. El más importante de todos estos asuntos es la fiscalidad de las grandes empresas multinacionales. Y esta fiscalidad tiene implicaciones en la actividad de las multinacionales en toda Europa, e incluso fuera de Europa.