Opinión
El pasado miércoles, el gobierno de la Generalidad de Cataluña aprobó un Decreto-Ley para "fortalecer" la Agencia Tributaria de Cataluña, de tal forma que pueda estar en condiciones de gestionar la "financiación singular", más conocida como cupo catalán. Este "fortalecimiento" consiste en la creación de dos nuevos cuerpos de funcionarios, agentes e informáticos, dar más autonomía presupuestaria y prever un contrato-programa para la Agencia Tributaria de Cataluña. En resumen, un aumento permanente de gasto público en Cataluña para la realización de unas funciones, que, en estos momentos ya desarrolla la Agencia Tributaria del Estado, y que, sin una modificación legal sustancial, no puede desarrollar la Agencia catalana. Lo primero que sorprende de esta decisión es que Cataluña no tiene presupuestos. No hay prioridades de gasto aprobadas en el Parlamento, pero, vía decreto-ley, se aumenta el gasto para asumir la gestión de nuevos impuestos. Además, la Generalidad de Cataluña ha tenido que recurrir a ampliaciones de crédito porque el presupuesto prorrogado se le ha quedado corto.