Economía

La recaudación baja un 30% en el confinamiento y un 11% en el año

  • Fedea cree que la caída de la actividad tocó fondo en junio y se recupera
  • Calcula que el retraso del pago de impuestos resta 3.400 millones
Foto: eE
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La recaudación neta de la Administración, tanto por tributos como por cotizaciones sociales a la Seguridad Social, empieza a dar muestra de debilitamiento a partir de abril con un claro deterioro de los ingresos totales, que el Estado absorbe por entero. Así, las cotizaciones de abril caen un 6% en relación al año anterior y las de mayo y junio en un 14%. En cuanto a los ingresos tributarios, su cuantía total cae en torno a un 30% en relación a 2019 en abril, mayo y junio y el acumulado hasta este último mes en un 11%, según se recoge en el quinto boletín de seguimiento de los aspectos económicos de la crisis del Covid de Fedea publicado este martes.

Recaudación de AEAT

El informe matiza que se centra en los ingresos gestionados por la AEAT (Agencia Tributaria) y no entra en los tributos de gestión directa de comunidades y ayuntamientos, aunque sí recoge el desglose de los ingresos de la AEAT entre las distintas administraciones. El grueso de estos ingresos se reparte entre el Estado y las comunidades autónomas de régimen común (quedan fuera el País Vasco y Navarra), mientras que una pequeña parte corresponde a las corporaciones locales. Por este motivo, las cifras en las administraciones territoriales reflejan sus ingresos mensuales por las entregas a cuenta y liquidaciones de los distintos impuestos de gestión estatal.

Partiendo de esta premisa, el Gobierno central sufre la peor parte, pues los ingresos que se queda se reducen en torno a dos tercios durante abril y mayo y pasan a ser negativos en junio (indicando que el Estado está pagando más de lo que recauda en entregas a cuenta a las administraciones territoriales). Lo que explica que los ingresos estatales acumulados hasta junio caen casi un 35%, mientras que los de las comunidades autónomas aumentan en torno a un 11%.

El informe de Fedea explica que el grueso de la caída refleja el descenso de la actividad y los aplazamientos de pagos tributarios que han sido autorizados en los recientes decretos de medidas paliativas de la crisis del Covid, que han supuesto una pérdida (en principio transitoria) de recaudación hasta junio de unos 3.400 millones.

En la partida de gastos, Fedea analiza los del Estado, las regiones y la Seguridad Social, contabilizados con un criterio de caja, aunque en la quinta entrega del boletín de seguimiento del Covid, los datos de gasto llegan hasta junio para el Estado y la Seguridad Social y están disponibles solo hasta mayo en el caso de las comunidades. A nivel autonómico, el impacto de la crisis es poco significativo, con la excepción puntual de abril, y proviene en buena parte del fuerte crecimiento del gasto corriente en bienes y servicios del 13,3% en el acumulado hasta mayo, que seguramente es de origen sanitario, en opinión de Fedea.

En cuanto al Estado, los efectos de la crisis comienzan a apreciarse en marzo, con un incremento en el gasto total del 20% en relación al mismo mes del año pasado que recoge el fuerte aumento de las transferencias a las administraciones autonómicas (en más del 50%) y del gasto corriente en bienes y servicios (que más que se triplica) como resultado de la evolución del gasto sanitario y farmacéutico. En abril el patrón se mantiene y acentúa, con un crecimiento interanual del gasto del 50% debido fundamentalmente al aumento de las transferencias a las comunidades (incluyendo un anticipo de la mitad de la previsión de la liquidación de 2018, además de las mayores entregas a cuenta) y a la Seguridad Social, así como al crecimiento del gasto sanitario (que pesa poco en el total).

Por su parte, en mayo las transferencias a las comunidades se normalizan y con ellas el nivel de gasto en el mes, que "solo" crece un 11% en relación al año anterior. Finalmente, en junio se observa otro fuente repunte del gasto que se debe fundamentalmente a una transferencia de 11.000 millones a la Seguridad Social para compensar los efectos de la crisis.

Finalmente, en el caso de la Seguridad Social el cambio más llamativo es el incremento en el gasto de abril y mayo como resultado del pago de prestaciones por ceses de actividad ligados al Covid, que asciende a más de 1.000 millones mensuales. Esta partida es la principal responsable del aumento interanual del gasto en los meses de abril a junio (entre el 12% y el 14%).

Como en los otros boletines, el informe recopila una batería de indicadores que facilita el seguimiento de los efectos de la pandemia sobre la actividad económica y las cuentas públicas. Fedea apunta que los indicadores sugieren que la actividad habría tocado ya fondo, dando paso a un incipiente proceso de recuperación que se inició en mayo en la construcción y en junio en el resto de los sectores.

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